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Se había hablado de llevarlo a Mercedes, su tierra natal, pero vecinos se opusieron

Videla fue enterrado el pasado jueves en un cementerio a 46 km de Buenos Aires

Editorial de La Nación compara al gobierno argentino con el nazismo; molestia de grupos judíos

Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 29 de mayo de 2013, p. 23

Buenos Aires, 28 de mayo.

El ex dictador argentino Jorge Rafael Videla fue enterrado en secreto en el cementerio Memorial de Pilar, a unos 46 kilómetros de esta capital, el pasado 23 de mayo, según informe de la agencia oficial Télam, que reprodujeron los medios locales.

Videla, quien reivindicó todo lo actuado durante la pasada dictadura (1976-1983) que dejó 30 mil desaparecidos, miles de muertos y de torturados, imponiendo el terror en el país, se llevó los secretos a la tumba y su último gesto fue negarse a declarar en el juicio oral sobre cuatro causas de la Operación Cóndor, por la cual era procesado con otros altos jefes militares.

El entierro se realizó el pasado 23 de mayo, día en que se entregó el cuerpo a la familia, aunque el 21 se terminó la autopsia ordenada por la justicia y que determinó que su muerte se debía a un paro cardiaco después de una caída una semana antes, en el mismo baño donde lo encontraron muerto en las primeras horas del 17 de mayo.

Télam cita fuentes del juzgado tres de Morón que dijeron que el ex dictador fue enterrado en el cementerio Memorial de Pilar y que consta en la licencia de inhumación, expedida por el registro civil delegación Marcos Paz ese mismo día. Ésta fue entregada en el juzgado esta mañana por uno de los hijos de Videla.

No obstante, en el cementerio privado negaron que haya registro del ingreso del cuerpo de Videla, que por orden de la justicia no puede ser cremado.

En un principio se había hablado de enterrarlo en Mercedes, donde nació, pero allí no sólo se movilizaron los familiares de desaparecidos –más de 22 en el lugar–, sino que también lo hicieron los vecinos, que solicitaron que se impidiera el entierro.

Así, el hombre que en su momento ejerció el poder de facto más duro y cruel que se recuerde, fue enterrado clandestinamente por su familia y allegados, por temor a las reacciones populares, aunque todos los organismos de derechos humanos y sus víctimas mantuvieron una serena austeridad ante su muerte.

Esto también marcó una línea entre lo que fue aquel tiempo de persecución y terror a lo que hoy se vive en el país, donde un hombre con tal cantidad de crímenes, tuvo derecho a un juicio con defensores, una cárcel donde hay comodidades que antes no existían y fue enterrado por su familia, lo que no sucede con los miles de desaparecidos que se siguen buscando, a tantos años de la dictadura.

En el Memorial de Pilar también está enterrado el que fue ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz, acusado no sólo de destruir el país en lo económico y social, sino también de secuestrar a empresarios para obligarlos a firmar la venta de sus empresas o quedarse con sus bienes, entre otros delitos.

En otro orden, la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentina (DAIA) rechazó y expresó malestar por un editorial del diario La Nación, que con el título 1933 publicó, comparando el proceso de ascenso del nazismo con la realidad política actual en Argentina.

Todo esto sucede dentro de una dura campaña sucia de los medios hegemónicos contra el gobierno, donde se hacen acusaciones falsas, que se recogen en el exterior, a pesar de que no se ha comprobado en ningún caso la veracidad. Ahora es el fascismo.

Los argentinos deberíamos reparar en los rasgos autoritarios que, cada vez con mayor frecuencia, pone de manifiesto el gobierno, sostiene el diario. La DAIA respondió que el editorial analiza aspectos históricos vinculados a la caída de la República de Weimar y el posterior régimen nazi, la entidad representativa de la comunidad judía argentina expresa su malestar respecto de la comparación con la actualidad política de nuestro país, según un comunicado, firmado por su presidente, Julio Schlosser.

Asimismo, esa organización dice estar reafirmando su postura permanente de que la dictadura nazi y su siniestra política de persecución y exterminio no pueden ni deben ser equiparadas con otras situaciones o decisiones políticas ajenas a ella y exhorta una vez más a evitar referencias como la que motiva la presente declaración.