Opinión
Ver día anteriorSábado 8 de junio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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¿Y la Condesa cuándo?
A

nte una especie de andanada en contra del buen nombre de la ciudad de México, casual o intencional, el gobierno de la capital ha respondido con reflejos rápidos y prudencia; algunos casos recientes son: los jóvenes desaparecidos en la Zona Rosa, los homicidios en un gimnasio de Tepito y el freno a la tala clandestina en Milpa Alta. Procurador, secretario de seguridad y jefe de Gobierno al frente, no han dado información sin corroborar ni rehuido a los medios, muy incisivos en algunas ocasiones. Han respondido mediante la investigación policíaca, pero también iniciaron en la vieja colonia Juárez acciones de rescate social y urbano.

Hace unos días cruzó como un relámpago la noticia de la desaparición de los 12 muchachos de Tepito, que según sus familiares se encontraban en un antro de la Zona Rosa, cuyo deterioro y envilecimiento han sido constante desde hace ya algunos años; hoy llena de lugares sórdidos, de centros de venta de alcohol, de drogas, de prostitución lo mismo profesional que amateur, con lo que los restoranes familiares, las tiendas de arte o de antigüedades y, especialmente, los habitantes, se han ido alejando paulatinamente del rumbo.

La respuesta fue como digo, rápida y esperamos que sea contundente; la cercanía con Paseo de La Reforma, lo señorial de muchas de las casonas que aun quedan en pié y la fama de espacio de recreación y vida nocturna que tuvo en épocas pasadas, así lo exigen; la presencia policiaca, la renovación de luminarias y en general la supresión de lugares precursores de delitos, son medidas necesarias y oportunas.

Pero advertimos que otro espacio emblemático de nuestra hermosa capital, la colonia Condesa, se encuentra en riesgo de sufrir el mismo proceso de degradación y deterioro. Hace ya cuatro o cinco años se le dio el nombre de fondesa, por la gran cantidad de pequeños y medianos restoranes y bares que se multiplicaron en el rumbo. El recordado restorán taurino El Tío Luís ya desapareció, lo mismo El Chisme, pero se conservan otros que desde hace años ya estaban instalados en el rumbo; ahora en Ámsterdam, Tamaulipas, Michoacán y otras calles han proliferado los que llegaron recientemente y en los que el producto que más se vende es la cerveza y su clientela principal son los jóvenes.

Lamentablemente también han surgido, con permiso de las autoridades o de forma clandestina, otros lugares, los afters que empiezan a dar servicio en la madrugada y al filo de las ocho o nueve de la mañana expulsan a su clientela con apariencia de salir fumigada. Hay pleitos frecuentes y también homicidios, como el cometido hace poco en un sitio de esos llamado Black.

La Condesa es una zona llena de vida, de acción humana muy variada y con un ambiente cosmopolita, juvenil y moderno, que al mismo tiempo ha conservado cierto aire de distinción que le dan sus parques, sus casas y edificios art decó o art nouveau, sus avenidas arboladas y amplias, sus iglesias, librerías, neverías y otros espacios de convivencia.

Por los andadores de los jardines, por los camellones y por las calles, circulan todos los días muchas bicicletas y corredores a pie, más que en otras partes de la ciudad, hay varias asociaciones de vecinos preocupados por el ambiente de su barrio y abundan los visitantes que lo admiran y frecuentan.

Sería una lástima que vecinos y autoridades permitieran la degradación de esta zona emblemática sin recordar la experiencia tan negativa de su vecina la colonia Juárez y su Zona Rosa.

La Condesa debe preservarse y todos debemos cuidar que se clausuren y supriman los centros de vicios, se mantengan los restoranes, las zonas verdes cuidadas, los árboles podados, las lámparas encendidas y los centros de diversión funcionando para todos, pero especialmente para jóvenes, sin permitir que la delincuencia, el cinismo y el vicio, por la puerta de la codicia de los dueños de giros negros y sus cómplices, se adueñen del lugar.