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Reúne perfil, labor e impacto de El Nigromante, Ignacio Manuel Altamirano y Justo Sierra

Presentan Trilogía magisterial..., sobre los cimientos de la educación pública mexicana

Este trío puede compararse con el de la época de oro de la filosofía griega: Sócrates, Platón y Aristóteles, señaló Luis Maldonado Venegas, autor y secretario general del gobierno de Puebla

 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de junio de 2013, p. 7

El perfil biográfico, la trayectoria y el impacto histórico de tres célebres personajes que convergieron en el siglo XIX son objeto de análisis en el libro Trilogía magisterial: Ignacio Ramírez, Ignacio Manuel Altamirano y Justo Sierra Méndez, de Luis Maldonado Venegas.

Ayer, durante la presentación del volumen en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, acompañaron al autor Saúl Juárez, titular de la secretaría Cultural y Artística del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), y Miguel Limón Rojas, ex secretario de Eduación Pública y prologuista de la publicación.

Uno de los propósitos de la investigación, explicó Maldonado Venegas, consistió en abordar la obra de estas tres vidas, las cuales sentaron las bases de la escuela pública mexicana en el México independiente.

Es decir, prosiguió el autor, en el volumen se detalla “el surgimiento de un nuevo sistema de educación que sustituía al implantado en el periodo novohispano, que corresponde y se sintetiza con las aportaciones que realizaron estos tres personajes a lo largo del siglo XIX, en las cuales –agregó– encontramos los cimientos de la escuela pública que hoy florece en todos los rincones, zonas y regiones más apartadas de nuestra geografía”.

Estos tres hombres, quienes conforman dicha investigación, estuvieron dedicados al magisterio y destacaron uno tras otro; incluso, pueden ser equiparados a aquella trilogía de la época de oro de la filosofía griega: Sócrates, Platón y Aristóteles, dijo Maldonado.

Estos personajes, explicó el autor, quien funge como secretario general del gobierno de Puebla, se prepararon con el enciclopedismo francés y se nutrieron de esta literatura que era la más avanzada de la época; leyeron a Montesquieu y a Rousseau, y a todos aquellos que adivinaron ese nuevo régimen de garantías y libertades individuales que inspiraron el movimiento liberal del siglo XIX.

Asimismo, puntualizó, ahora evoco con emoción el recuerdo de esta trilogía magisterial que fundó la bases de la educación publica mexicana y a quienes esta generación debe de honrar no sólo en el recuerdo, sino en el ejercicio, aún incumplido de la educación para millones de ciudadanos que cada día aspiran en ascender los peldaños del alfabeto y la ilustración, así como a elevar su desarrollo y dignidad.

Al respecto, Saúl Juárez manifestó que lo que hoy ocurre con la educación y con los profesores nos obliga a mirar hacia atrás para repensar los valores educativos esenciales. México, hoy requiere de un nuevo impulso educativo, y este libro es esencial en ese empeño.

El funcionario añadió que la lectura de esta obra se realiza de manera amena –sin inhibir el rigor histórico–, y mediante la claridad de la prosa y en capítulos breves se “deshoja la vida y obra de Ramírez, Altamirano y Sierra.

La investigación realizada por Luis Maldonado es una magnífica concreción de saberes, experiencias y conocimiento de la historia, añadió Saúl Juárez.

Por su parte, Miguel Limón Rojas refirió que la lectura de la obra es un enorme gozo para recordar a estas tres figuras que entre los liberales ilustres del siglo XIX tienen en común, precisamente, el magisterio, el cual entrevera sus vidas en un promedio de 15 años de diferencia.

En el contenido de la Trilogía magisterial..., Maldonado evocó el legado de Ignacio Ramírez El Nigromante, quien como liberal puro tuvo un papel protágonico al rechazar toda expresión dogmática que se desprendiera del pensamiento colonial sin descontar su firmeza desde la oratoria, los artículos periodísticos y el ensayo para impulsar sus libertades.

El Nigromante, retomó Limón Rojas, es quizás el primer pensador mexicano que se preocupa para los indígenas considerándolos en sí mismos como poseedores de una riqueza y valores culturales que los mexicanos debíamos respetar.

De Manuel Altamirano, el autor publicó en el texto que fue detonador del cambio profundo, sustentado en los profesores y no en los sacerdotes como depositarios de la moral pública al tiempo que aspiraba a la apertura de la Escuela Normal y su brillante carrera al servicio público.

A Justo Sierra, puntualizó Limón Rojas, debemos recordarlo con enorme gratitud y como gran educador, extraordinariamente ilustrado, quien a la vez transmitía el conocimiento.