Estambul, 15 de junio.

La policía turca desalojó por la fuerza la noche del sábado a miles de manifestantes que ocupaban el parque Gezi de Estambul, epicentro de las protestas contra el gobierno que agitan a Turquía desde hace dos semanas, con saldo de cientos de heridos y un número indeterminado de detenidos, luego de un nuevo ultimátum del primer ministro Recep Tayyip Erdogan.

Poco antes de las 21 horas las fuerzas de la policía intervinieron disparando gases lacrimógenos y con camiones lanza agua para dispersar a las personas que acampaban en el parque Gezi, luego de que previamente se acordonó la zona y fueron expulsados otros manifestantes reunidos en la adyacente plaza Taksim.

Entraron a la fuerza, con mucho gas. Nos pegaron incluso a las mujeres, comentó una de las manifestantes. Apenas se conoció el desalojo del parque, decenas de miles salieron a protestar a las calles de Ankara, Estambul, Esmirna, Adaba, Eskisehir, Samsun y Antalya pidiendo la renuncia del gobierno.

Dos horas antes el jefe de gobierno advirtió nuevamente en un discurso pronunciado ante varias decenas de miles de partidarios reunidos en un lejano suburbio de Ankara que los manifestantes debía desalojar el parque y la plaza Taksim a más tardar el domingo, ya que de lo contrario las fuerzas de seguridad los evacuarán.

Erdogan se comprometió a detener el proyecto de urbanización del parque Gezi hasta que la justicia se pronuncie sobre su legalidad, por lo que, dijo, ya no tenía caso que protestaran.

El colectivo Solidaridad Taksim, que reúne a 116 asociaciones y dirige la ocupación del parque Gezi, había anunciado su rechazo a salir del lugar y tras el desalojo denunció la violencia policial. Este brutal ataque dirigido por la policía debe parar. Dijo que el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamita) será el responsable de estos acontecimientos.

Afirmó que el asalto policial dejó cientos de manifestantes heridos y hay decenas de personas alcanzadas por balas de goma que no pueden ser hospitalizadas. Activistas indicaron que había un número indeterminado de detenidos. Por su parte, el gobierno proporcionó un balance de 29 heridos y dijo que varias personas fueron arrestadas.

Mucha gente trataba de escapar de los gases lacrimógenos, lo que aprovechó la policía para entrar con máquinas excavadoras y levantar las tiendas de campaña abandonadas. A su llegada, los uniformados gritaban por los altavoces que abandonaran el parque y la plaza lo antes posible, pues esta ocupación es ilegal.

La policía intervino hasta en los hoteles de lujo, como el Hilton y el Divan. Este último, cercano al campamento del parque Gezi, se transformó en un hospital de campaña para atender a los manifestantes afectados por gases lacrimógenos o balas de goma, según reportes de prensa.

Vamos a seguir nuestra resistencia contra cualquier injusticia en nuestro país. Esto es sólo un principio. ¡Nuestra lucha continuará!, indicó Solidaridad Taksim en un comunicado.