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Economía Moral

Nussbaum contra antiesencialismo reinante en filosofía y ciencias sociales

L

a autora acepta críticas al esencialismo basado en el realismo metafísico. Martha Nussbaum (MN) es una muy destacada feminista, experta en filosofía antigua, particularmente en Aristóteles, y autora (aliada y rival al mismo tiempo de Amartya Sen) en el enfoque de moda: el de las capabilities (cuya traducción usual como capacidades me parece incorrecta). MN ha criticado con agudeza el antiesencialismo dominante en ciencias sociales y filosofía; crítica que tiene algunos elementos en común, aunque partan de premisas y conocimientos muy diferentes, con la de Steven Pinker (sicólogo cognitivo) a la negación moderna de la naturaleza humana, que describí en la entrega del 7/6/13. A continuación describo las percepciones de MN sobre el antiesencialismo con base en su artículo Human Functioning and Social Justice. In Defense of Aristotelian Essentialism, Political Theory, vol.20, número 2, mayo 1992, pp. 202-246). MN empieza narrando tres conversaciones en las que participó en el seno del WIDER (World Institute for Development Economics Research) de la ONU:

1. Un economista de EU, considerado radical, presenta una ponencia en la que demanda la preservación de las formas de vida tradicionales en un área rural de la India, que considera en peligro de contaminarse de los valores occidentales. Como prueba de la excelencia de este modo de vida, dice que mientras los occidentales vivimos una aguda escisión entre los valores prevalecientes en el lugar de trabajo y los del hogar, en dicha área existe una forma de vida integrada. Su ejemplo: igual que en la casa una mujer menstruante se considera que contamina la cocina y por tanto no puede entrar en ella, en el lugar de trabajo la mujer menstruante se considera que contamina los telares y, por tanto, no puede entrar en el lugar donde están. Amartya Sen objeta que este ejemplo en vez de admirable resulta repelente, pues tales prácticas degradan a la mujer e inhiben su libertad. Una antropóloga francesa, colaboradora del economista de EU, se dirige a Amartya Sen diciéndole que no se da cuenta de que en estos asuntos no hay un lugar privilegiado desde el cual situarse, que parece no darse cuenta que está desconociendo la otredad radical de esta gente rural al poner en juego sus valores occidentales esencialistas. 2. En su ponencia, la antropóloga francesa expresa su pesar porque la introducción de la vacuna de la viruela a la India erradicó el culto a Sittala Devi, la diosa a la que se solía rezar para evitar la viruela, y añade que éste es un ejemplo más del desprecio por la diferencia. Objeto que seguramente es mejor estar sano que enfermo, mejor vivo que muerto. Recibo una helada respuesta: la esencialista medicina occidental concibe las cosas en términos de oposiciones binarias: vida opuesta a muerte, salud a enfermedad. En este punto, Eric Hobsbawm [notable historiador marxista británico fallecido el año pasado a los 95 años de edad) se levanta y lanza una acusación mordaz al tradicionalismo y relativismo que prevalece en este grupo. Enumera ejemplos de cómo la apelación a la tradición ha sido usada para defender varios tipos de opresiones y violencias. Su ejemplo final es el nazismo. 3. Amartya Sen expone su enfoque de capabilities y al hablar de la libertad de elección como un bien humano básico es interrumpido por el economista radical de EU, quien señala que la antropología contemporánea ha mostrado que la gente no occidental no está muy interesada en la libertad de elección, y pone como ejemplo un libro sobre Japón que señala que los esposos prefieren que sus esposas elijan la comida y la ropa para ellos. (pp. 203-204)

Estos ejemplos muestran, dice MN, cómo gente muy inteligente, comprometida con el bien de hombres y mujeres en los países en desarrollo, que se consideran progresistas, feministas y antirracistas, están adoptando posiciones que convergen, como correctamente vio Hobsbawm, con la posición de la reacción, la opresión y el sexismo. Bajo el estandarte de su radical y políticamente correcto antiesencialismo, marchan antiguos tabúes religiosos, la mala salud, la ignorancia y la muerte. Esencialismo se está convirtiendo en una palabra sucia en la academia y en las partes de la sociedad influidas por ella. El esencialismo –que para estos propósitos identifico, dice MN, con el punto de vista que la vida humana tiene ciertos rasgos centrales definitorios– se asocia, por sus opositores, con la ignorancia de la historia, con falta de sensibilidad a las voces de mujeres y minorías. Se considera, usualmente sin mayor argumentación, que está en la misma liga que el racismo y el sexismo, con el pensamiento patriarcal, mientras que el relativismo extremo es tomado como una receta para el progreso social. En este artículo, explica MN, cuestiono estas conexiones. Para organizar lo que llama el “asalto contemporáneo a las visiones universalistas del ser humano y del funcionamiento humano, MN clasifica estos ataques: 1) los que dependen del ataque general al realismo metafísico (que hoy examino); y 2) los ataques a versiones del esencialismo que no dependen de este tipo de realismo.

El realismo metafísico, explica MN, postula que el mundo es de una cierta manera, tiene una cierta estructura, al margen de la operación interpretativa de las facultades cognitivas de los seres vivos. Una descripción del mundo es verdadera sólo cuando corresponde a dicha estructura independiente. Alguna mente u otra –ya sea sólo la de Dios o también la de algunos humanos– se dice que son capaces de aprehender esta estructura real como es en sí misma. En tal punto de vista, la manera en la que el ser humano es esencialmente una parte del amueblado del universo, algo que los dioses pueden ver y estudiar al margen de cualquier experiencia de la vida e historia humanas. Los paradigmas que proveen conocimiento de lo que nosotros en nuestra naturaleza somos, son radicalmente independientes de nuestras elecciones efectivas, de nuestro auto-entendimiento, nuestras esperanzas, amores y temores. Están ahí para ser descubiertos por expertos –ya sean filósofos, biólogos o religiosos– y entregados como una explicación correcta de la manera en que las cosas son. Esta explicación se entiende usualmente que tiene fuerza normativa: la explicación celestial [aquí MN cierra las opciones que antes dejó abiertas y supone que estas visiones sólo pueden provenir de Dios] de lo que somos restringe lo que legítimamente podemos proponernos ser. La objeción común a este tipo de realismo es que este tipo de verdad metafísica no está disponible. Algunas veces esto se formula escépticamente: la estructura independiente puede existir pero nosotros no podemos conocerla. Más frecuentemente se pone en duda la coherencia de toda la idea realista de que las cosas tienen una estructura determinada independiente de toda interpretación humana. MN menciona diversos filósofos contemporáneos, incluyendo a Jacques Derridá, que han adoptado esta postura, pero reconoce que el asunto es de tal complejidad que rebasa su artículo. Concluye, por tanto, que si la única visión disponible de la realidad es una en cuya derivación las interpretaciones humanas desempeñan una parte; si las únicas concepciones defendibles de verdad y conocimiento mantienen que éstos dependen de algún modo de la actividad cognitiva humana a través de la historia, entonces la esperanza de una visión pura, sin mediaciones, de nuestra esencia humana como ella es en sí misma, aparte de la historia y la interpretación, no es esperanza alguna sino sólo una profunda confusión. Las únicas respuestas con las que podemos esperar contar habrán de venir, de algún modo, de nosotros mismos.

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