Opinión
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Plagio a Carlos Monsiváis et al
E

l asunto pone a prueba a nuestra mayor institución cultural. La documentación que demuestra el plagio académico reiterado de un historiador que imparte clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM puede ser consultada por quienes tengan el interés de acceder a ella.

En el sitio que sus autores han titulado Yo (también) quiero un trabajo como el de Boris Berenzon hay un cúmulo de evidencias que sacan a luz que el doctor Berenzon Gorn se apropió del trabajo de varios autores y autores para presentarlo en distintos tiempos y lugares como propio. Uno de esos autores hizo llegar una carta al rector de la UNAM, José Narro Robles. El pasado 1º de abril Juan Manuel Aurrecoechea Hernández denuncia en su misiva al académico debido al “descarado plagio de por lo me­nos 18 párrafos de Puros cuentos, la historia de la historieta en México 1874-1934, que escribí en coautoría con Armando Bartra y que fue publicado en 1988 por el Conaculta, el Museo de Culturas Populares y Grijalbo”.

Los al menos 18 párrafos referidos por Aurrecoechea fueron insertados por Boris Berenzon en su tesis de doctorado, que posteriormente fue publicada como libro en 2010 y titulado Re/tratos de la re/vuelta: el discurso del humor en los gobiernos revolucionarios (Universidad de Guadalajara, colección Excelencia Académica). El denunciante adjunta las secciones presentadas como propias por Berenzon Gorn pero que no le pertenecen, sino fueron tomadas de Puros cuentos.

Con toda razón Aurrecoechea concluye que en su metodología Boris Berenzon hizo una “transcripción […] prácticamente literal, aunque el doctor agregó falsas referencias en llamados pies de página, quizá para simular una investigación que no realizó […], además incurrió en algunas erratas atribuibles a un apresurado copy and paste”.

Hizo bien el coautor de Puros cuentos en documentar y hacer públicos los hallazgos que le llevaron a señalar a Boris Berenzon Gorn de haber perpetrado un descarado plagio. No puede hacer lo mismo un gran autor porque ya no está con nosotros. Hace una semana, en el tercer aniversario de su deceso, tuvieron lugar varios actos para recordar la vida y obra de Carlos Monsiváis. El suyo fue un trabajo de grandes dimensiones, y su herencia intelectual seguirá creciendo, porque están en curso recopilaciones de sus escritos que deben ver la luz en forma de libros.

En el mismo libro en el cual Aurrecoechea detectó los 18 párrafos expropiados, Boris Berenzon le rinde un peculiar homenaje a Carlos Monsiváis: le gustó tanto uno de los múltiples ensayos del autor de Los rituales del caos que simplemente extrajo parágrafos completos y no dio crédito a Monsiváis. De éste reproduce prácticamente de manera literal más párrafos que los de Juan Manuel Aurrecoechea y Armando Bartra.

Como Carlos Monsiváis publicaba en diarios y revistas de prácticamente todo el país, además de contribuir con capítulos de libros colectivos de variadas editoriales, seguirle el paso a su producción requería, y requiere, un bien entrenado equipo para solamente completar un índice bibliohemerográfico que diese cuenta del corpus monsivaisiano. Tal vez confiado en lo anterior, Boris Berenzon supuso que no sería detectado el despojo que hizo del trabajo intelectual de Carlos Monsiváis.

El escrito de Monsiváis generosamente plagiado por Berenzon Gorn es Reír llorando (notas sobre la cultura popular urbana), incluido en el libro, coordinado por Moisés Ladrón de Guevara, Política cultural del Estado mexicano (CEE-GEFE, 1983, pp. 15-91). Los lectores y lectoras que se den el tiempo para cotejar el cuadro comparativo incluido en el blog que citamos al inicio de este artículo podrán comprobar los párrafos originales de Monsiváis y en qué paginas se localizan en el libro de Boris Berenzon. Ante las evidencias, es incontrovertible que el profesor universitario hizo un artero despojo al prolífico Monsiváis.

En la bibliografía citada por Berenzon se consignan dos libros de Carlos Monsiváis: A ustedes les consta: antología de la crónica en México y Escenas de pudor y liviandad, además de un ar­tículo, Junto contigo le doy un aplauso al placer y al amor (artícu­lo publicado en Guadalajara en 1975). Habiéndose apropiado de buena parte de Reír llorando (notas sobre la cultura popular urbana), Boris Berenzon decidió omitirlo en la bibliografía, no fuese a ser que algún lector cuidadoso pudiera percatarse de lo bien que se sirvió de un escrito de Carlos Monsiváis.

No sé si los herederos de los derechos de las obras de Carlos Monsiváis van a pedir a Boris Berenzon que reconozca su abuso y se disculpe públicamente de lo sustraído al gran intelectual. Tampoco tengo conocimiento sobre si amigos y amigas cercanos a Monsiváis están al tanto del asunto Boris Berenzon, particularmente del hurto al gran Carlos, y por lo tanto exigirán que el atracador reconozca el saqueo perpetrado. Se lo requieran o no, Berenzon debe salir a reconocer su grave falta.

El caso que hemos glosado debe ser resuelto ejemplarmente por las instancias de la UNAM encargadas de analizar el asunto. La UNAM debe salvaguardar su autoridad moral, y no puede quedar impune quien ha vulnerado pilares de la vida académica: la confianza, la integridad y la honestidad intelectual.