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Gracias a su renovación dejó atrás su imagen de campamento para indigentes

Jardín Buenaventura, de hotel de paso a sala de conciertos y baile

Ahora luce jardineras recién remozadas y una antigua fuente revestida con mosaicos

El Museo de San Carlos aprovecha el espacio para recitales de música clásica

 
Periódico La Jornada
Domingo 30 de junio de 2013, p. 31

De ser un campamento de indigentes y hotel de paso al aire libre bajo el cobijo de las rejas y los arbustos, el jardín Buenaventura, ubicado en la colonia Tabacalera, adjunto al Museo Nacional de San Carlos, recobró su función como sitio de esparcimiento, incluso, durante los fines de semana se convierte en una sala de baile y conciertos.

Durante un recorrido, vecinos y autoridades del museo señalaron que durante años los habitantes de la colonia Tabacalera, de origen sindicalista, se alejaron de este espacio, que en el día ofrecía escenas desagradables y por las noches era una cueva de lobos, ya que se encontraba en total oscuridad.

El abandono del jardín perjudicaba las actividades del Museo Nacional de San Carlos. “Antes, la gente decía ‘qué miedo ir a la Tabacalera o al museo, la parte de atrás está horrible y no hay ni dónde estacionarse’”, relató Carmen Gaitán, directora del recinto.

La coordinadora del comité ciudadano de la colonia, Ignacia Carranza, comentó que los asaltos eran el pan de cada día, no había ningún tipo de vigilancia, por lo que además de ser refugio de indigentes, también se ejercía la prostitución.

La rehabilitación del jardín detonó el cambio y dejó atrás el aspecto sombrío que caracterizaba a este sitio, que actualmente luce jardineras recién remozadas que enmarcan una antigua fuente, revestida con mosaicos.

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La fuente del jardín Buenaventura, que era refugio de indigentes, ahora formará parte de un corredor culturalFoto Prometeo Lucero

A la remodelación se sumó el remozamiento de la calle Ramos Arizpe –que va del Monumento de la Revolución a la avenida Puente de Alvarado–, que ahora presume palmeras, luminarias y nuevo mobiliario urbano, aprovechado para colocar carteles con las actividades del Museo de San Carlos.

Desde entonces se abrieron las rejas del museo que dan hacia el jardín y comenzó a ser un espacio entrañable. Hacemos conciertos de música clásica o popular, la delegación Cuauhtémoc pone las tarimas y las sillas, la gente viene, se sienta y se hace una atmósfera agradable, expresó Carmen Gaitán, quien consideró que en una ciudad donde no todos tienen dinero para divertirse, este tipo de espacios son indispensables.

Los colonos también se apropiaron del sitio y promueven sus propias actividades. Cada viernes, a partir de las cuatro de la tarde, realizan encuentros de danzón y todo tipo de bailes.

Con la inauguración del estacionamiento subterráneo del Monumento de la Revolución, se espera convertir este espacio en parte de un corredor cultural, para entrelazar las actividades que se realizan en el museo.