Moscú, 29 de junio.

La policía disolvió con violencia una manifestación de la comunidad gay de San Petersburgo este sábado, después de que un grupo homófobo agredió con piedras, huevos y granadas de humo a los activistas que defendían de modo pacífico los derechos de las minorías sexuales.

El ataque –acompañado de todo tipo de insultos y bajo la consigna de ¡Sodoma no pasará!– derivó en una batalla campal desigual: en proporción de dos contra uno.

Un centenar de personas que salieron a la calle en la segunda ciudad de Rusia para protestar por la polémica ley contra la propaganda homosexual, aprobada este mes en la Duma, cámara baja del Parlamento ruso, poco pudieron hacer frente a cerca de 200 agresores, muchos de los cuales llevaban boinas celestas de las tropas de desembarco aéreo y atributos de los destacamentos de cosacos, sinónimos de que sus portadores tuvieron una intensa preparación en artes marciales.

Las unidades antidisturbios repartieron golpes por igual y detuvieron a unas 60 personas, entre gays y agresores.

La intervención policial –supuestamente para proteger a los activistas ante la arremetida homofóbica, presentada por los medios oficialistas como sentimiento mayoritario de esta sociedad– suspendió la manifestación gay.

El colectivo Ravnopraviye (igualdad de derechos en ruso) convocó a esta manifestación en un parque de San Petersburgo, habilitado especialmente para celebrar actos públicos sin necesidad de pedir permiso a las autoridades municipales.

Sólo querían expresar, una vez más, su inconformidad con la ley que prohíbe la propaganda de relaciones sexuales no tradicionales entre menores de edad e impone elevadas multas a quien incumpla estas restricciones.

La comunidad gay argumenta que dicha ley proscribe las manifestaciones en favor de los derechos de los gays y puede ser utilizada en contra de cualquier persona que haga público su respaldo a estas demandas.

La controvertida norma, que ya se turnó al Consejo de la Federación o Senado, aún no entra en vigor. Si se aprueba en esa instancia, como todo indica, faltará únicamente que la promulgue el presidente Vladimir Putin.