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Golpe al Derecho Internacional

No se rechazó la petición boliviana, afirma el canciller

España quitó el bloqueo sólo al saber que no iba Snowden

El embajador en Austria pidió tomarse un café para revisar el avión

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En La Paz, los bolivianos realizaron una protesta frente a la embajada de Francia, que negó autorización a la aeronave del presidente Evo Morales para hacer una escala técnicaFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 4 de julio de 2013, p. 5

Madrid, 3 de julio.

El gobierno de España, encabezado por el conservador Mariano Rajoy, mantuvo una postura ambivalente ante al bloqueo del vuelo del presidente boliviano Evo Morales por Europa. Más aún, las autoridades no sólo no respondieron durante las horas cruciales del vuelo a su petición de sobrevolar el espacio aéreo y recargar combustible en Islas Canarias, sino que el embajador en Austria, Yago Pico de Coaña, exigió a Morales tomarse un café en el interior del avión para revisar lo que había dentro.

La luz verde para que el aparato del gobernante sudamericano sobrevolara territorio español y repostara en Islas Canarias se dio después que Austria confirmó que no iba a bordo de la aeronave el especialista informático Edward Snowden, perseguido por Estados Unidos tras haber sacado a la luz pública la existencia de un vasto programa de espionaje de Washington mediante la Internet.

En tanto, el canciller José Manuel García Margallo aseguró que en ningún momento se negó la petición boliviana, y el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró que las vejaciones al mandatario boliviano en tierra europea representaban un debate artificial.

El bloqueo de Francia, Italia, Portugal y España a Evo Morales comenzó cuando de forma sorpresiva los gobiernos de estos países suspendieron de forma temporal los acuerdos para que la nave presidencial pudiera sobrevolar sus respectivos territorios.

La situación insólita generó alarma en los pilotos de la aeronave, que recibieron en cadena las negativas a su petición y, en el caso de España, un prolongado silencio que suponía, de facto, descartar como solución su paso por el espacio aéreo español.

Morales, que regresaba de Moscú tras reunirse con varios mandatarios sobre cuestiones energéticas, movilizó a su personal diplomático en España para que negociaran con las autoridades los permisos necesarios para aterrizar y cargar combustible en Islas Canarias, como estaba previsto inicialmente.

Una vez en Viena –donde el avión en que se trasladaba Evo Morales aterrizó de emergencia–, y cuando el gobierno austriaco confirmó a sus socios comunitarios que en el interior de la aeronave no viajaba Edward Snowden, el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadunidense, el gobierno español decidió aceptar la petición de Bolivia y dejó volar y aterrizar en suelo español al mandatario latinoamericano.

Antes, cuando todavía prevalecía el nerviosismo en las diplomacias europeas por la supuesta presencia de Snowden en el avión presidencial, el embajador de España en Austria, Yago Pico de Coaña, intentó ingresar la aeronave para hurgar en el interior y corroborar que Snowden no viajaba con él.

Intentó convencer a Morales de que tomaran un café en el interior del avión, a lo que el presidente de Bolivia se negó en forma rotunda, al considerar que esa petición era degradante para la dignidad que le confiere su cargo y una afrenta pública a las instituciones de su país.

España ha sido utilizada por el ejército estadunidense como base de paso y de operaciones en el norte de África para los aviones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) –en los que se torturaba a sospechosos de actividades terroristas. Y esa fue precisamente una de las principales razones de la indignación que provocó en una parte de la opinión pública española la postura del gobierno sobre el avión de Morales.

Alrededor del mediodía, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España envió una confusa nota de prensa: “En el día de ayer, España recibió una solicitud de autorización de sobrevuelo y escala técnica en Las Palmas, del avión del presidente Evo Morales procedente de Moscú, que fue concedida. Finalmente, el avión presidencial aterrizó en Viena.

Esta madrugada las autoridades bolivianas solicitaron que se actualizara la autorización de sobrevuelo y escala técnica del avión del presidente Evo Morales en su viaje de regreso a Bolivia. A las 9:30, España procedió a otorgar la autorización.

Pero como la nota oficial era tan confusa, tuvo que salir a la palestra el propio canciller García Margallo, quien reiteró que no ha habido ninguna prohibición y sostuvo que España ha intentado allanar el camino para que pudiese volar.

Acerca de las acusaciones de Evo Morales y del gobierno boliviano, además de los intentos del embajador por ingresar en el avión, García Margallo afirmó que si ha habido dificultades posteriores, ha sido como consecuencia de autorizaciones para sobrevolar espacios aéreos que no son el español, pero no es verdad que España pidiese permiso para registrar el avión como condición para esa escala técnica.

Malestar de embajadores latinoamericanos

En un gesto poco habitual y enérgico, un grupo de embajadores latinoamericanos en España expresó su más absoluto rechazo al acto de agresión sufrido por Morales, al subrayar que se puso en peligro su vida y la del resto de pasajeros y tripulantes.

Los embajadores advirtieron que se estudiará la posibilidad de presentar una demanda ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, por vulnerar el derecho internacional consuetudinario y la Convención de la Organización de Naciones Unidas.

Entre las representaciones diplomáticas presentes se encontraban las de Ecuador, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Perú, Colombia y Bolivia, cuya embajadora, María del Carmen Almendras, criticó con dureza la postura tanto de Portugal, por su negativa a destiempo, como de Francia, por su actitud arbitraria.

Almendras sostuvo que son intolerables las actitudes promovidas desde Estados Unidos, que le tiene miedo a un campesino, que le tiene miedo a un indígena y a un hombre honesto que defiende la soberanía de nuestra patria.

El embajador de Argentina, Carlos Betini, advirtió por su parte que en la próxima reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) nuestros países adoptarán todas las medidas posibles para salvaguardar los derechos de nuestros estados.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks