Opinión
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México SA

Economía en el borde

¿Recesión en puerta?

Treinta años en espera

P

ues nada, que el México que todos queremos (Peña Nieto dixit) debe esperar un mejor momento, porque el de por sí frágil ciclo económico mexicano va de mal a peor, pues se encuentra en desaceleración y haciendo guiños a la recesión, todo ello en medio de un discurso triunfal, igual de azucarado que de hueco, que narra fabulosos avances que nadie registra.

Resulta que el Inegi reportó que en abril pasado el indicador coincidente continuó mostrando signos de desaceleración al registrar un valor de 100 puntos (justo la frontera entre desaceleración y recesión) y una disminución de 0.07 puntos con respecto al mes anterior. Por su parte, el indicador adelantado continúa mostrando signos de crecimiento alrededor de la tendencia al observar un valor de 100.2 puntos y una variación de 0.03 puntos con relación a marzo. En la raya, pues, y en una posición similar a la reportada en el último trimestre de 2008, cuando los mexicanos comenzaron a conocer de qué tamaño era el catarrito pronosticado por el gobierno calderonista.

El indicador coincidente acumula diez meses al hilo a la baja –reducciones leves, pero constantes–, sin visos de recuperación, al pasar de 100.53 en julio de 2012 a 99.98 en abril de 2013. Por su lado, el indicador adelantado reporta ocho meses al alza –si así se le puede llamar–, al pasar de 99.96 en agosto del año pasado a 100.2 en abril del presente. Lo que es un hecho es que la desaceleración económica goza de cabal salud, y la recesión envía señales para quienes la quieran registrar. Así, el México que soñamos y el México que sí es posible tener (el susodicho dixit) se mantiene, como desde hace ya muchos años, en stand by, es decir, la constante en las últimas tres décadas.

Ante tal panorama, el Inegi precisó los conceptos: para que se detecte un punto de giro, ya sea en los indicadores compuestos o en las variables que los conforman, entre uno y otro debe existir por lo menos un periodo de nueve meses que los separe y la longitud de los ciclos debe ser de al menos 21 meses, entre otros elementos. Con base en lo anterior, para determinar si la actividad económica entra o se encuentra en recesión, por ejemplo, es necesario considerar no solamente si el indicador coincidente se ubica en la etapa recesiva sino además si ha registrado por lo menos nueve meses desde que inició la desaceleración. Si esta condición no se presenta, no se podrá afirmar que se ha detectado un punto de giro en el ciclo económico. Lo mismo ocurre para establecer si la actividad económica entra o se encuentra en expansión, dado que para ello es indispensable considerar no solamente si el indicador coincidente se localiza en la etapa de expansión sino además si ha registrado al menos nueve meses desde que inició la etapa de recuperación.

El citado instituto también aclara que el Sistema de Indicadores Cíclicos permite determinar la fase del ciclo económico en la que se encuentran sus dos indicadores compuestos: el coincidente y el adelantado. El indicador coincidente refleja el estado general de la economía, mientras el adelantado busca señalar anticipadamente la trayectoria del indicador coincidente, particularmente sus puntos de giro.

Así, cuatro de los cinco componentes del indicador coincidente reportan descensos permanentes: el correspondiente a la actividad económica mensual acumula nueve meses a la baja; diez el de la actividad industrial; nueve el de ventas netas al por menor en establecimientos comerciales; tres el de la tasa de desocupación urbana y 11 el de las importaciones totales. Sólo el del número de asegurados permanentes en el IMSS no registra bajas, pero tampoco incremento, a menos de que 0.01 puntos signifique esto último.

Por lo que toca a los componentes del indicador adelantado, el Inegi precisa que “su evolución en el pasado mayo es consecuencia del comportamiento del tipo de cambio real y del índice Standard & Poor’s 500 (índice bursátil de Estados Unidos) que se ubicaron en su fase de expansión; así como de la tasa de interés interbancaria de equilibrio y las exportaciones no petroleras que se localizaron en fase de recuperación. Por otro lado, la tendencia del empleo en las manufacturas (cinco meses consecutivos a la baja) y el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores (cuatro meses al hilo) en términos reales se posicionaron en su fase de recesión. El comportamiento del tipo de cambio real de mayo de 2013 corresponde a una cifra oportuna obtenida con base en el tipo de cambio real México-Estados Unidos” (este indicador acumula un año de descensos).

Ya entrado en gastos, el Inegi también reportó el comportamiento del índice de confianza del consumidor en el reciente junio, cuando disminuyó 1.94 por ciento con cifras ajustadas por estacionalidad. Reporta el instituto que a su interior, se presentaron reducciones mensuales en los cinco componentes que lo integran, y se situó en 93.3 puntos contra 100 en enero. Dicho nivel fue 2.4 por ciento inferior al reportado en el sexto mes de 2012.

El Inegi detalla el comportamiento de los indicadores que componen el citado índice: el que hace mención a la situación económica que se espera para los miembros del hogar dentro de 12 meses, respecto a la que registran en el momento actual, disminuyó 0.99 por ciento a tasa mensual; el que mide la situación económica del país hoy en día comparada con la que prevaleció hace 12 meses mostró una variación mensual negativa de 2.16 por ciento. El que capta las expectativas sobre la condición económica del país dentro de un año respecto a la situación actual cayó 2.91 por ciento. El componente que evalúa las posibilidades en el momento actual por parte de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para efectuar compras de bienes durables como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos, reportó un descenso de 1.61 por ciento, y el que hace referencia a la situación económica de los integrantes del hogar en el momento actual frente a la que tenían hace 12 meses decreció 1.41 por ciento.

Las rebanadas del pastel

Sumisos y bien portaditos, los gobiernos francés (¡socialista!), español, portugués e italiano (más el remedo de James Bond gachupín que fallidamente despacha en Austria) acataron la orden de la Casa Blanca y negaron el uso de su espacio aéreo para que aterrizara el avión de Evo Morales con el fin de recargar combustible. Por agachados están como están.