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Realizan expo-venta de prendas abierta al público en el Museo Franz Mayer

Crear marcas, alternativa para impedir la desaparición del tradicional rebozo

Los artesanos tienen la posibilidad de aprovechar el espacio entre las denominaciones de lujo y el anonimato, opina especialista colombiana

Si no tienen una huella clara, no existen

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Tejido de puntas de esas prendas, imagen captada en el Museo Franz MayerFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Sábado 6 de julio de 2013, p. 5

Ante el riesgo de desaparición del rebozo se abren alternativas como la creación de marcas, en las que los artesanos participen, ya sea de manera individual o colectiva, y como ejemplos tres casos: Norlha, con artesanos tibetanos, Adele Dejak, en Kenia; One Tribe en Swazilandia y Ruta del Sol en Perú.

Baste recordar los inicios de las marcas de lujo, como Channel, Louis Vouiton o Hermès, que comenzaron como pequeños talleres artesanales hasta convertirse en lo que son.

En este momento, los artesanos tienen la posibilidad no de convertirse en una marca como ésas, pero sí de aprovechar el espacio que existe entre una marca de lujo y el anonimato, señaló Marcela Echavarría, especialista en marcas durante la mesa El papel de las instituciones públicas y privadas en la preservación y desarrollo de una tradición, que se realizó el jueves por la tarde en el Museo Franz Mayer, como parte del encuentro El arte del jaspe y el rebozo: pauta para la conservación de una tradición, en la que ayer, hoy sábado y mañana domingo se realiza una expo-venta abierta a todo público.

Lo primero, dijo la experta colombiana, es encontrar un nombre, crear una marca con estándares de calidad. Una marca es una huella digital a algo que importa mucho, si no tienen una huella clara, única y distintiva simplemente no existen, a pesar de que sean productos de calidad. En los códigos del mercado si no se tiene una marca, simplemente no existe.

Regresamos al ejemplo de marcas de lujo, que comenzaron con pequeños talleres, pero que con la globalización se fueron acomodando con el objetivo de conseguir producción más barata. Son empresas cuya esencia de marca está fundamentada en su espiritu artesanal, pero su producción no está muy alineada con los temas locales y tradicionales.

Importancia de las redes sociales

Un caso específico de conexión marca-tradición es el de Norlha, que tras el empeño de una mujer estadunidense realizan ahora la producción de prendas de yak a la que integran procesos nuevos de color, y mezclas con otros tejidos como la seda.

Construyeron talleres gigantes, llevaron nutricionistas porque con el tema de la globalización ingerían comida chatarra, para que que volvieran a sus setas del bosque; comenzaron a crear colecciones de casa, de moda, se trabajó el tema de los acabados, señaló Marcela Echavarría. Esta marca se vende ahora en China, Europa y Estados Unidos.

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Capullos de gusano de seda, cuyos hilos se utilizan para confeccionar rebozos imagen captada en el Museo Franz MayerFoto Roberto García Ortiz

Asunto vital en el tema es el de las redes sociales y la utilización de las nuevas tecnologías por los artesanos, para dar a conocer su producto, desde Twitter y Facebook hasta Pinterest, subrayó Echavarría.

Otra marca es la peruana Ruta del Sol, que congregó a artesanos de la parte norte de ese país, y comenzó siendo de producción para los habitantes de la zona.

Ahora su mercado también es de carácter mundial. Nunca se pensó que tuviera resonancia internacional, indicó Clara Salvarriaga, también especialista en marcas.

Redignificación y precio justo

José Hernández, del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), habló desde la parte institucional, no específicamente en el tema del rebozo, porque estamos obligados a ver la artesanía como un fenómeno global, y nuestro universo son los artesanos que viven en condiciones de pobreza y tenemos el deber de atender una amplia gama de población con líneas de producción variadas, sin olvidar las cadenas de valor del producto, no sólo el objeto final.

Quizá el ejemplo más lacerante sea la joyería de ámbar. Poco se ha volteado a ver a los mineros que extraen esta resina en condiciones infrahumanas. Nos interesa trabajar con el resultado final, pero reconocer esta cadena de valor.

En el Fonart se está consciente de la discusión mundial acerca del comercio justo que en México se ha hablado poco, no sólo para el rebozo, sino para todas las ramas artesanales. Eso es de las primeras estrategias.

Lo que nos interesa como institución es reconocer esta mejora en el proceso de producción, coadyuvar en esta tarea y apoyar a los artesanos con nuestro sistema comercial que es un buen escaparate. El reto está en generar igualdad de oportunidades, no solamente apoyar desde una perspectiva ideológica o mercantil, y la difusión de maestros artesanos y nuevos creadores.

Minutos antes, en la conferencia titulada Experiencia del rebozo: patrimonio en riesgo en Tlaxcala, Luz Estela Hernández, del Instituto Tlaxcalteca de Cultura, subrayó que además de la capacitación de los artesanos se debe apoyar y guiar con alternativas novedosas y utilitarias respetando la tradición de su quehacer artesanal con algo tan simple como pagar el precio justo de la prenda que compramos y redignificar la actividad, empezando por lo local: que los hijos de los artesanos vean que es un oficio.