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Firman convenio la Sedesol local y el laboratorio de neurosicología y sicología de la UNAM

Capacitarán a madres de Tepito para evitar conductas antisociales

Atenderán a las que tengan hijos de entre tres y seis años

Prevenir adicciones, otro de los fines

El programa se complementará con apoyos económicos y el mejoramiento del barrio

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Feggy Ostrosky, directora del laboratorio de neurosicología y sicología de la UNAM, y Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Desarrollo Social del Distrito Federal, durante la conferencia de prensa en la que dieron a conocer el programa de prevención de adicciones y conductas antisociales en TepitoFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Martes 9 de julio de 2013, p. 32

La secretaria de Desarrollo Social del Distrito Federal, Rosa Icela Rodríguez, dio a conocer que en los próximos días se pondrá en marcha un programa de prevención de adicciones y conductas antisociales en Tepito. Para ello, se capacitará a mil madres de familia con niños de entre tres y seis años, considerada una etapa crítica en los trastornos de conducta.

Por medio de un convenio firmado con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la doctora Feggi Ostrosky, directora del laboratorio de neurosicología y sicología, se encargará de la capacitación mediante juegos, cuentos y actividades lúdicas, cuyo costo se dará a conocer después.

Los resultados que se obtengan, precisó Rodríguez, se complementarán con apoyos económicos a niños y adultos mayores, así como con la construcción de comedores comunitarios, atención a casos de violencia familiar y ejecución de obras para mejorar la imagen urbana, entre otras acciones que se desarrollan en la zona.

La doctora Ostrosky explicó que en un estudio realizado entre 370 reos de alta peligrosidad, entre ellos Juana Barraza, conocida como La Mataviejitas, se observó una baja implicación de los padres en la educación de sus hijos en el tiempo que pasan con ellos, un uso de disciplina inconsistente y, en muchos casos, una aplicación excesiva de castigo corporal”.

De acuerdo con los resultados obtenidos, existen tres periodos críticos de prevención: a los tres años, cuando hay trastornos de conducta y comportamiento; de los cinco a los seis años, cuando ya van a la escuela, y en algunos casos les cuesta mucho trabajo aprender a leer y escribir, y de los 11 a los 13 años, cuando se vinculan a pandillas y empiezan a robar o a matar. Es un punto muchas veces de no regreso, indicó.

Por ello la importancia de enseñar habilidades, para enfrentar problemas, darles autocontrol en el manejo del estrés y la comunicación interpersonal, y evitar que caigan en las drogas o la delincuencia, con el apoyo de los padres o los abuelos, quienes se encargan de su educación, en lugar de crear más cárceles.

Los niños que viven en extrema pobreza, lejos de la escuela y carentes de oportunidades de educación, advirtió Ostrosky, tienen 10 veces más posibilidades de ser reclutados por el narcotráfico, por lo que es necesario que los gobiernos inviertan en programas de prevención en hogares de alto riesgo.

Comentó que el premio Nobel de Economía 2000, John Hackmam, encontró que si el gobierno invierte en las etapas prescolares y escolares, la tasa de retorno de esa inversión al capital humano es mucho mayor, y está demostrado que le irá mejor a la sociedad, aunque los resultados se vean a mediano plazo.

Por eso el programa trabaja en el desarrollo cognitivo, en cómo piensan los niños en la etapa prescolar, así como en el desarrollo del lenguaje y aspectos sensoriales y perceptuales. Asimismo, en la estimulación, en la capacidad de planear y tener autocontrol, el cual es menor en los niveles socioeconómicos bajos, detalló.

Se trata, argumentó, de un trabajo inédito que permitirá, en 25 sesiones de tres horas cada uno, capacitar a los cuidadores primarios: madres o abuelos, para mejorar la crianza de los niños, y que éstos pueden repetirlo en los centros de desarrollo comunitario ubicados en Jesús Carranza y Paseo de la Reforma.