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Es positiva para dejar claro que ninguna preferencia sexual es enfermedad, dicen

Aplauden activistas propuesta a la OMS sobre homosexualidad

Las modificaciones al Catálogo Internacional de Enfermedades permitirán actualizar las leyes del país que discriminan a esa comunidad y el punto de vista médico-científico: Adolfo Voorduin

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Las velas Istmeñas son unas de las fiestas más arraigadas en Oaxaca. Se celebran en las regiones en las que habitan los pueblos zapotecos, chontales, huaves, zoques, mixes, mixtecos y chinantecos. Los llamados muxes (hombres que se visten como mujer), como el de la imagen en Juchitán, son participantes frecuentesFoto Ap/Eduardo Verduzco
 
Periódico La Jornada
Jueves 11 de julio de 2013, p. 2

La propuesta de un grupo de científicos mexicanos para que sean retiradas la homosexualidad y la bisexualidad de los capítulos de enfermedades de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se incluyan como aspectos asociados a las problemáticas sociales sobre la salud sexual, es un gesto positivo para dejar claro que ninguna preferencia sexual puede ser considerada como una enfermedad, aun en contra de los intereses económicos e ideológicos de ciertos grupos, afirmaron activistas especializados en el tema.

Adolfo Voorduin, director del Circuito de la Diversidad Sexual, consideró que con este cambio no sólo se actualizarán las leyes en México que discriminan a los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, sino también el punto de vista médico-científico sobre el tema para dejar de considerar algunas preferencias sexuales como anormales o indeseables.

Se están actualizando estas categorías conforme se dan avances a escala mundial para aclarar que la homosexualidad no es una enfermedad, pero se hace a destiempo por intereses económicos, culturales y sociales. ¡Imagínate todos los medicamentos que van a dejar de vender las empresas farmacéuticas que todo lo quieren curar a través de píldoras mágicas!, señaló Voorduin, quien llamó a superar estos prejuicios por medio de la educación.

Jaime López Vela, coordinador del grupo Agenda LGBT, consideró, por su parte, que la propuesta de modificación de los catálogos de la OMS puede ayudar a que se fortalezcan los derechos jurídicos de los no heterosexuales, que ya han sido reconocidos en diversos convenios internacionales.

Estamos en el auge de los derechos LGBT a escala mundial. Lo acabamos de ver con la aprobación de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos a los matrimonios entre personas del mismo sexo. Lo mismo ocurrió en Argentina y Uruguay, y esto puede generar que en los países musulmanes o en Rusia se pueda ir revirtiendo la triste realidad de la homofobia, indicó.

Sin embargo, a pesar de estos avances a escala internacional, en México sigue habiendo graves rezagos y omisiones en el reconocimiento de las garantías de los grupos de la diversidad sexual, lamentó.

Víctor Velasco, sexólogo y sicoterapueta del Centro de Capacitación y Apoyo Sexológico Humanista AC, coincidió en que la propuesta de los investigadores mexicanos es adecuada para determinar que la homosexualidad no debe considerarse una enfermedad o una conducta reprobable, sino únicamente un tipo de orientación sexual.

“El término mismo de ‘homosexualidad’ es muy reciente, de 1896, y tiene más que ver con cuestiones sociales que con un comportamiento patológico en sí mismo. Por eso creo que la iniciativa en cuestión es muy plausible”, indicó el especialista.

Momentos históricos

Velasco subrayó que aunque la ciencia parece ser una disciplina objetiva o neutral, en realidad sus categorías están influidas por las convicciones de cada momento histórico y a la capacidad de los grupos sociales subordinados de hacer valer sus propios intereses.

“Mientras había poca movilización social de los grupos de diversidad sexual, no había ninguna presión hacia los científicos para cambiar sus conceptos. Si las poblaciones no se hacen capaces de tomar conciencia de sí mismas, mucha gente va a ir a terapia con la ide de que está mal y quiere que lo ‘arreglen’, sin que su comportamiento tenga nada malo”, recalcó.

La rapidez o lentitud de este tipo de cambios en las clasificaciones de la OMS, dijo, obedecen a la lucha de poder sobre quiénes determinan qué hacemos con nuestros cuerpos. Esta lucha no es sencilla ni se va a acabar, porque sigue habiendo tensiones entre quienes dominan la sociedad y quienes presentan resistencia a ello.

Los temas de salud sexual “son campo fértil para imponer prejuicios que no se cuestionan. Hay muchos intereses económicos que se pueden justificar con argumentos biomédicos para vender pastillitas que ‘curen’ a los gays, pero cada vez se está haciendo más grande la masa crítica que pone en duda que la homosexualidad sea una enfermedad”, concluyó.