Opinión
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El ombudsman de la ciudad de México
S

on tiempos de barbarie. El grado en que vivimos hoy la violencia, las guerras, la corrupción, el abuso de poder, las extremas desigualdades sociales, no encuentran salida en las instituciones que hemos creado. La noción de derechos humanos emergió como la necesidad de construir un nuevo tejido moral, un espacio de defensorías del pueblo contra los excesos institucionales, contra la violencia ilegítima del Estado.

Los líderes de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) han tomado en serio el papel de defensores del pueblo. Hace cuatro años las y los diputados a la quinta Legislatura local eligieron por unanimidad a Luis González Placencia para presidir la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. El doctor recibió una institución sólida construida por sus antecesores, con prestigio nacional e internacional muy destacado. Tal como el mismo reconoce: Con cimientos firmes y una plataforma sólida, el reto no era derribar el edificio sino construirle un segundo piso. En la nueva administración se identificaron cuatro funciones sustantivas: empoderar personas y colectivos, construir ciudadanía, generar sinergia y fortalecer una institucionalidad democrática.

Se estableció la Unidad de Atención a Víctimas para brindar soporte y orientación sicosocial a las personas que sufren violaciones graves a sus derechos humanos, se creó la Oficina de Litigio Estratégico que presenta amicus curiae, se han llevado casos ante instancias jurisdiccionales nacionales e internacionales, se ha ido perfeccionando el modelo de seguimiento de recomendaciones, se pusieron en marcha los proyectos Ombudsnet y Ombudsmóvil que acercan virtual y materialmente la CDHDF a un número mayor de usuarios y se instauró también el servicio profesional en derechos humanos. Además de múltiples actividades que se desplegaron y que no es posible cubrir aquí, algo que hace de la CDHDF una institución casi única es la búsqueda de congruencia al interior de la comisión, la proyección hacia adentro del ejercicio de derechos humanos y la equidad de género. Con base en encuestas anuales sobre el clima laboral, el también sicólogo y doctor en política criminal renovó las condiciones laborales para las más de 600 personas que forman parte del equipo de la comisión: abrió horarios flexibles y días económicos para buscar armonizar la vida familiar con la vida laboral de los papás y las mamás; se realizan evaluaciones periódicas para la prevención, identificación y sanción de incidentes de hostigamiento sexual y laboral, se ha llegado a la intervención de la Contraloría Interna y de la Dirección de Asuntos Jurídicos para erradicar estas prácticas.

Quiero destacar algunos casos emblemáticos en que Luis González Placencia demostró ser un defensor del pueblo frente al Estado. Al emitir la recomendación 1/2011 del caso de la Supervía Poniente, determinó que al realizar esa obra se había violado el derecho a una vivienda adecuada, el derecho a un medio ambiente sano, el derecho a la participación ciudadana, el derecho a la información y el derecho a la seguridad jurídica. Otro acto ejemplar fue la recomendación 7/2013 ante el operativo policiaco durante los disturbios del primero de diciembre de 2012. Se denunció la actuación desorganizada y notoriamente desproporcionada de la policía capitalina, al grado de llegar a tratos crueles e inhumanos. Se solicitó la investigación de los mandos a cargo del operativo y se subrayó la falta de coordinación entre los funcionarios para detener a quienes causaron destrozos en las inmediaciones de la Alameda Central, así como a reparar el daño y ofrecer una disculpa pública a las personas que no causaron daños en propiedad privada ni pública y que fueron detenidas de manera arbitraria. El tercer caso destacable fue la actuación de la CDHDF en el asunto de Ana María Orozco y el señor Genaro Góngora Pimentel: se tramitaron expedientes de quejas vinculadas con derechos de la niñez, derechos de las personas con discapacidad y debido proceso, se han realizado más de 40 diligencias, se solicitó que en los procesos penales se garantizara la imparcialidad de los jueces y se velara por el interés superior de los niños, evitando violentar sus derechos y generaran condiciones para que tuvieran la asistencia de abogados victimales, sicólogos infantiles y demás personal especializados en las diligencias, se hizo acompañamiento para que en todo momento se garantizaran los derechos de la madre y los menores, se ha mantenido comunicación con la peticionaria y familiares, se le ofreció el acompañamiento sicosocial y se gestionó atención médica cuando ella se encontraba en situación de reclusión.

Como ciudadana de esta ciudad –y en consonancia con un grupo amplio de organización civiles–, solicito respetuosamente a las y los legisladores de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal que propongan y apoyen la relección del doctor Luis González Placencia para que continúe cuatro años más al frente de la CDHDF y pueda consolidar los proyectos generados.

Porque los derechos humanos son una forma racional de mostrar sensibilidad ética en un medio rodeado de instituciones que la han perdido, un lugar de identidad común y flexible en sociedades globales en creciente pluralización que requieren reconocerse y respetarse recíprocamente. Las defensorías del pueblo, el ombudsman, las comisiones de derechos humanos son espacios de arbitraje jóvenes, y por lo tanto incomprendidos, frágiles seres en disputa… frente a quienes detentan el poder.

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Twitter: @Gabrielarodr108