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De manera espontánea, el general César Milani se presenta ante un juzgado federal

El jefe del ejército argentino niega ligas con acciones represivas de la dictadura
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 18 de julio de 2013, p. 29

Buenos Aires 17 de julio.

El jefe del ejército de Argentina, general César Milani, se presentó hoy ante el juzgado federal de La Rioja espontáneamente para hacer frente a las versiones de medios opositores locales, que intentan vincularlo a acciones represivas durante la última dictadura militar (1976-1083).

Autorizado por el Ministerio de Defensa, Milani se presentó ante el juez federal Daniel Herrera Piedrabuena, para dejar aclarada su situación, en medio de una campaña de medios como el conservador diario La Nación y ultraopositor periódico Clarín, enfrentado fuertemente con el gobierno nacional.

Llama la atención que La Nación, que ha criticado la política de derechos humanos del gobierno y defendido a militares, y que junto con Clarín mantuvo estrecha relación con la última dictadura, en este caso haya emprendido una campaña, que de acuerdo a varios organismos humanitarios e investigadores no tiene bases en la realidad.

La acusación se basa en la declaración de un ex preso político Ramón Olivera, que declaró a esos medios que Milani, entonces subteniente de un batallón de ingenieros (y de 22 años) participó en interrogatorios a los que fue sometido en 1977, tras ser detenido legalmente en La Rioja, y también en la captura de su padre.

La primera versión sobre el hecho de que MiIani hubiera participado en la represión surgió de La Nación, donde también se dijo que el militar habría participado en levantamientos carapintadas.

Casi de inmediato el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), organismo dirigido por el periodista Horacio Verbitsky y que tiene uno de los mayores archivos sobre la dictadura, advirtió que Milani no tiene antecedentes ni existen pruebas sobre las acusaciones de los medios opositores.

César Milani tenía 22 años y estaba en el arma de Ingenieros en 1976, y sus allegados informaron que nunca realizó una detención en La Rioja, que nunca entró a un centro clandestino y que la justicia tucumana archivó una denuncia sobre él desvinculándolo de la desaparición de soldado Alberto Ledo porque por ese entonces no tenía nada que ver con Inteligencia del ejército.

Consultado por este periódico el periodista Marcos Taire, el más importante investigador sobre el Operativo Independencia y los efectos de la dictadura en su provincia Tucumán, sostuvo que en ningún momento los soldados compañeros de Ledo le dijeron a la madre de éste que Milani tuvo algo que ver como se cuenta ahora, sino que el joven fue llevado por el capitán Alberto Sanguinetti y nunca regresó. Incluso se lo dio por desertor, aunque esto no se lo informaron a la madre.

Dijo recordar que en esos momentos llevaban a los militares jóvenes del Batallón de Ingenieros a trabajar en refacciones como sucedió en Montero mi pueblo donde refaccionaron la Escuela de Comercio que está hasta hoy, señala Taire, a lo que se refirió el porpio Milani en estos días.

No existe ningún documento sobre Milani, en todo lo que he investigado y me pregunto si todo esto que está sucediendo no tiene nada que ver con el hecho de que fuera Milani quien entregara a la entonces ministra de Defensa, Nilda Garré en los últimos años las famosas listas del Batallón 601 de inteligencia de la que surgieron muchos de los nombres de colaboradores de la dictadura.

Con respecto a esto Página 12 señala que durante su gestión (de Milani) al frente del sistema de Inteligencia Militar del ejército pasó a retiro a todo el Personal Civil de Inteligencia (PCI) que hubiera revistado durante la dictadura. Los PCI, a cuyo nombre figuraban propiedades del ejército y del Estado, ya venían desde hacía años haciendo ventas simuladas. Milani, con el respaldo de la entonces ministra Garré, lograron recuperar tres de esas propiedades y denunciaron penalmente la venta de la cuarta.

El actual jefe del ejército se incorporó a Inteligencia prácticamente el 1º de diciembre de 1983 cuando llegaba el primer gobierno democrático. También fue agregado militar en Perú.

Los ascensos del ahora jefe del ejército fueron motivo de obsesión de todas las agrupaciones de represores y ya en 2011, uno de los sitios más emblemáticos de los ex servicios de inteligencia hacía alusión a la casa de Milani en San Isidro, que está legalmente inscrita, explica Página 12.

Sobre la supuesta participación de Milani en alzamientos carapintadas, el CELS señaló que después de estudiar el listado completo de los militares participantes, recogido por la Corte Suprema, el militar no figura en esa nómina y no consta su participación en el Operativo Independencia.

Una de las las razones que algunos analistas ven en esta campaña es el hecho de que además Milani proviene de una familia peronista y su padre, militar y constructor, fue intendente de Cosquín. Un perfil poco tradicional en los altos mandos de la fuerza.

No resulta extraño que La Nación hable en estas horas de malestar en las fuerzas armadas, que los oficiales objetan el uso de los derechos humanos y la excesiva politización y además que al asumir como jefe del ejército Milani proclamó el alineamiento de las fuerzas armadas con el proyecto político del gobierno”, dice el periódico.

Pero lo importante para entender mejor la situación que se intenta crear La Nación dice que “con la mirada (del gobierno) puesta en Venezuela, muchos miran con desgano la probable intención de trasladar el ‘modelo chavista’ a las fuerzas armadas argentinas”.

En realidad es esta insólita sospecha que tratan de instalar opositores y sus fuentes militares ligadas a la pasada dictadura.