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Desde hace 20 mil años, la humanidad depende de los avances, dice el doctor Raúl Alva García

Uso inconsciente de la tecnología e ignorar la ciencia, mezcla explosiva

Se sabe que los primeros humanos eran tan inteligentes como el hombre de hoy, sólo que el saber se genera poco a poco, se hereda y se produce más, dijo en el programa de la AMC

Depende de nuestra comprensión ética optar por la extinción o por la trascendencia, afirmó

 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de julio de 2013, p. 2

En la actualidad, las personas dependen en gran parte de la tecnología; pero esto no es algo nuevo, lo hacemos desde hace 20 mil años, y aunque hace 10 mil todavía el hombre atravesaba las estepas, también observaba que las estrellas se movían y comenzó a contar el tiempo entre cada movimiento, entonces notó la relación del cielo con el tiempo en que las flores nacen y los frutos crecen.

El doctor Raúl Alva García, investigador del Departamento de Ciencias Biológicas y de la Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, ofreció la charla La ciencia, una vela en la oscuridad, en el programa Domingos en la Ciencia, de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

En el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad, el biofísicoquímico explicó que el hombre actual tiene la misma inteligencia que los primeros humanos, lo cual es posible saber gracias al estudio de los cráneos de los representantes de la especie humana más antiguos, pues de acuerdo con la estructura del mismo se puede deducir el tamaño del cerebro del individuo, y en el humano no ha cambiado en los 200 mil años pasados.

“No es que ellos fueran tontos, porque muchos saben hoy, por ejemplo, que un rayo no es algo mágico. Lo que importa es que el conocimiento se va generando poco a poco y se hereda a las siguientes generaciones, cada una de ellas aprovecha el conocimiento en su favor y produce nuevos datos.

Un ejemplo muy claro es el de Isaac Newton: no es fuera un genio salido de la nada, él mismo decía que estaba parado sobre los hombros de gigantes. Es decir, para formular sus leyes, Newton se basó en el conocimiento que muchos otros habían generado, precisó Alva García.

Conocer sin saber

Este uso del conocimiento permitió al hombre llegar al desarrollo industrial, cuando aprendió a manejar el calor, el carbón, el petróleo, pero hasta hace unos 50 años, por ejemplo, se conoció que las aves ya no cantaban como antes; es decir, se tomó conciencia de cómo el ser humano en su desarrollo y evolución ha alterado su entorno.

Así como la tecnología es muy útil al hombre, apuntó el investigador, destaca que otros aspectos no lo son tanto. Debemos tratar de comprender no sólo los beneficios, sino los efectos que tienen su uso. Hay ocasiones en que decimos que somos expertos en mecánica y dispositivos móviles, pero ¿cuántos de nosotros sabemos realmente cómo funciona el teléfono inteligente?

La forma en que la actual sociedad existe es altamente dependiente de todo el poder de la ciencia y la tecnología, pero su uso inconsciente o basado en la ignorancia y el analfabetismo científico representan una mezcla explosiva que está estallando en sus manos, consideró Raúl Alva García.

Agregó: Depende de nosotros y de nuestra comprensión ética de la ciencia y de la tecnología optar por el camino hacia la extinción masiva de vida en la Tierra o por trascender más allá de ella, hacia las estrellas.