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De extracción humilde, fue el primero en ganarle un punto a EU en una Copa Davis

El Pajarito Reyes, de recogebolas a máxima leyenda nacional del tenis

Mañana cumple 100 años el maestro de Rafael Osuna y Gustavo Palafox, entre otros

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Para El Pajarito, México desperdicia su potencial por no apoyar a los niños pobresFoto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de julio de 2013, p. 35

Para jugar tenis no se necesita tener sangre azul. Esteban El Pajarito Reyes empezó como recogedor de bolas y pintacanchas en un club deportivo a los seis años de edad, para luego convertirse en un jugador que rompió las barreras de la discriminación y se volvió la máxima leyenda del tenis nacional.

Esteban Reyes González nació en 1913 en la ranchería El Tejocote, municipio de Contepec, Michoacán. Tuvo cuatro hermanos: Victoria, Teresa, Diego y Félix, de este último, quien era su hermano mayor, heredó su apodo, ya que le decían El Pájaro por ser muy chiflador.

Ante las carencias en su estado natal, la familia de El Pajarito Reyes decidió emigrar a la capital del país. En esa época los niños podían trabajar como recogebolas y así comenzó a ganarse la vida en el club de tenis de Tacubaya.

Todos los días veía tenis y empezó a practicarlo de manera improvisada en la calle, al lado de su hermano, con raquetas fabricadas por ellos con pequeños trozos de madera.

Tras ganar diversos campeonatos nacionales, en 1933 consiguió entrar al equipo mexicano Copa Davis.

En un deporte considerado de élites, logró una hazaña única al ganarle el primer punto a un estadunidense en dicho torneo. Fue en el año 1935, su oponente era Gene Mako.

Un año después se casó con Herlinda Delgado, con quien tuvo tres hijos: Esteban, Rosa María y Patricia, los cuales dedicaron también su vida al tenis y se convirtieron en grandes exponentes de este deporte.

Su hija Rosa María Reyes narra que un día decidió que era suficiente ante la falta de apoyo a los jugadores, se cansó de las injusticias y a la edad de 28 años anunció su retiro como jugador para dedicarse a la enseñanza. El Pajarito Reyes dio clases hasta que tenía 94 años y formó a grandes campeones como Rafael Osuna, Gustavo Palafox y Marcelo Lara, por mencionar algunos.

Siempre enemigo de los actos discriminatorios, buscó acercar el deporte a la gente de menores recursos y fundó el club Reyes Tenis, pero siempre quiso que se practicara en los parques públicos, un deseo pendiente que su familia espera cumplir.

Mañana 22 de julio cumplirá 100 años, durante los cuales nunca ha dejado de soñar.

Es un soñador, un luchador. Todo lo que ha deseado lo ha cumplido, prosigue su hija Rosa María Reyes. Así ha sido: un día cuando tenía seis años soñó con ser tenista, luego en ser un profesional que jugara en la Copa Davis y le ganara a los gringos; después en ser el mejor entrenador, un buen esposo y padre; y en llegar a los 100 años. Todo lo cumplió.

Durante un siglo, su filosofía ha sido que el deporte es el antídoto del vicio, ya que con éste habría niños más sanos, llenos de porvenir y con mejores perspectivas de vida; sin embargo, alguna vez sentenció: México tiene un enorme potencial en cuanto a infraestructura, pero pocas veces se aprovecha. El gobierno tiene la obligación de darle los apoyos necesarios a los niños pobres para que practiquen el deporte, el parque público tiene mucho futuro, pero no se explota, los tienen abandonados. Debería haber más esfuerzo y trabajo en beneficio de los tenistas mexicanos, que la búsqueda de ganancias.

Esteban El Pajarito Reyes ingresó al salón de la fama el 8 de mayo de 1989. Dio clases a políticos, artistas y embajadores, pero jamás olvidó su origen.Él es una prueba viviente, un maestro de tenis que pasó a ser un maravilloso entrenador de la vida, concluye Rosa María, también llamada La Pajarita.