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Reporte de País

Un discreto encuentro con Lula
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Periódico La Jornada
Martes 23 de julio de 2013, p. 22

La reunión de la presidenta Dilma Rousseff con el ex presidente Luiz Inazio Lula da Silva, el 9 de julio en Brasilia, sugiere que éste asesora a la mandataria para ayudarla a remontar la crisis política. También desencadena especulaciones sobre si el ex presidente volverá al centro de la escena y contenderá por la presidencia el año próximo.

La brusca caída de la popularidad de Rousseff a raíz de las protestas callejeras en toda la nación y del rechazo del Congreso a su iniciativa de plebiscito ha sonado la alarma en el campo gubernamental, menos de 18 meses antes de la elección presidencial. La presidenta aún aventaja a sus rivales en intenciones de voto, según una encuesta de la firma local Datafolha, pero su tasa de aprobación ha descendido 21 puntos en el curso de un mes.

La encuesta también indicó que a Lula le iría mejor que a Rousseff en las elecciones. Lula es elegible como candidato para 2014, pese a haber completado dos periodos presidenciales en el pasado (2003-10). De hecho, antes de junio estaba muy activo tras bambalinas, pero se ha mantenido notablemente silencioso durante la perturbación social, fuera de conceder una larga entrevista a un diario brasileño cuando viajaba por Etiopía, a finales de junio. Pero su reunión del 9 de julio con Rousseff indica que cumple el papel de asesor, al menos de modo informal.

Por ahora, las posibilidades de que Lula regrese a la arena electoral son bajas, pero han crecido a la luz de los sucesos recientes. Una proporción creciente de miembros del PT favorecerían su retorno, pues lo consideran más cercano a los electores que Rousseff. El resultado dependerá en gran parte de la capacidad que ella tenga de enfrentar la crisis en las próximas semanas y meses. Por ahora la perturbación social ha cesado, pero bien puede resurgir si los manifestantes sienten que sus demandas no han sido atendidas. Si la mandataria no logra hacer frente a los nuevos retos y su popularidad continúa decayendo durante el resto del año, la presión para que Lula retorne a la política activa podría ser irresistible.

Con todo, más allá de Rousseff y su gobierno, las recientes protestas han expuesto el rechazo de los brasileños a la mayor parte de la clase política, el cual refleja una extendida crisis de representación y liderazgo. Pese a la movilidad social y a un descenso de las desigualdades sociales en los 10 años pasados, las clases medias urbanas –en especial los jóvenes– sienten cada vez mayor insatisfacción con la forma en que marcha el país, en especial cuando la propaganda gubernamental proyecta una imagen de bienestar que difícilmente concuerda con su vida cotidiana. La capacidad de los políticos de adaptar sus mensajes a las cambiantes demandas de los electores antes de octubre de 2014 bien podría ser la clave para el resultado de la contienda presidencial, hoy más incierto que antes de las protestas de junio.

Economist Intelligence Unit

Traducción: Jorge Anaya

En asociación con infoestratégica