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El Museo Franz Mayer presenta exposición de joyería alusiva a un tema difícil

Ochenta y nueve artistas de varios países reflexionan alrededor de la frontera México-EU
 
Periódico La Jornada
Miércoles 24 de julio de 2013, p. 6

Un collar con réplicas de armas de alto poder, llaveros de cuero con las caras impresas de los integrantes más buscados de los cárteles de la droga, prendedores de protección, otras en forma de pequeñas envolturas de plástico con fotos de los seres queridos, collares que simulan bolsas de comida que las mujeres solidarias de La Patrona, Veracruz, lanzan a los migrantes que pasan en los trenes y broches en forma de calaveras con referencias a las armas.

Las anteriores son algunas de las 150 piezas reunidas en La frontera: joyería contemporánea, exposición en la cual participan 89 artistas, no sólo de México y Estados Unidos, sino de otros países, montada en el Museo Franz Mayer.

No se trata de joyería en su acepción tradicional, cuya finalidad es que se vea bonita y adorne. El valor de las piezas no está en función de los materiales, pues son de resina, plástico, papel, ya que éstos ayudan a los artistas a expresar sus conceptos e ideas.

Para Lorena Lazard –artista y cocuradora de la muestra, con Mike Holms y Elizabeth Shypertt–, el tema de la línea fronteriza México-Estados Unidos, con sus aspectos económico, político, social y cultural, nos afecta a todos de alguna manera, aunque no vivamos allí. Constantemente en los medios oímos hablar de historias y situaciones de la frontera. En los años recientes se habla mucho de las drogas, el narcotráfico, las muertes, que son reales, pero también se trata de un espacio muy poroso. También pasan personas muy trabajadoras, familias, ideas y culturas.

Shypertt, fundadora con Holms de la Galería Velvet Da Vinci, en San Francisco, California, adonde viajará después la exhibición, explicó que hace 11 años, cuando empezó la guerra de Estados Unidos contra Irak, “organizamos Medallas contra la guerra”.

De allí que tenemos una historia de hacer exposiciones políticas, de trabajar temas difíciles.

Los curadores lanzaron una convocatoria, que tuvo amplia respuesta, a tal grado que originalmente se iban a mostrar 60 piezas y se triplicaron. Para seleccionarlas se basaron en el tema, el aspecto estético, los materiales y, sobre todo, la reflexión expresada.

Si se incluyeron obras de artistas en apariencia no relacionadas con esa frontera, fue porque sentimos que dada la globalización de hoy día las personas saben lo que pasa en otro lado aunque no vivan allí. Nos dimos cuenta que las respuestas, las preocupaciones y el interés son iguales. No importa de dónde sea el artista, hablan de cosas muy similares, señaló Lazard, también creadora de joyería. Muchos de los expositores europeos habían vivido en México, o visitado el país, agregó Shypertt.

La joyería contemporánea es un mundo poco conocido. Siempre se pregunta cómo representar un tema tan duro y fuerte por medio de joyas que se llevan en el cuerpo.

Lazard apuntó que la joyería contemporánea es un medio surgido en los años 60 o 70 del siglo pasado, con un concepto diferente: los artistas sentían la necesidad de expresar sus ideas mediante las piezas. Si se llama joyería es porque se porta en el cuerpo, pero son piezas únicas.

La frontera: joyería contemporánea terminará el 28 de julio en el Museo Franz Mayer (avenida Hidaglo 45, Centro Histórico).