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Concluye juicio contra el soldado que filtró documentos a medios; el veredicto, en días

Manning buscaba denunciar la política belicista de EU: defensa

Es joven, ingenuo, pero bien intencionado; no pretendía dañar al país, argumentan sus abogados ante la juez

Los periodistas que cubren el proceso acusan intimidación

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Bradley Manning a su llegada a la corte en el Fuerte Meade.Foto Ap
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La camioneta del dibujante Clark Stoeckley, quien fue sacado de la audiencia contra el militar. El hombre suele conducir ese vehículo que lleva mensajes de apoyo a Manning y a la página de Internet WikileaksFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 27 de julio de 2013, p. 15

Nueva York, 26 de julio.

Una juez militar determinará próximamente si el soldado Bradley Manning es un traidor que actuó como espía y buscó asistir al enemigo, como acusa el gobierno de Barack Obama, o alguien que actuó como denunciante que deseaba detonar un debate público sobre las políticas de guerra estadunidenses, como afirmó hoy su abogado defensor, al concluir la etapa final de la corte marcial por cargos relacionados con la mayor filtración de documentos oficiales clasificados en la historia de Estados Unidos.

Manning es joven, ingenuo, pero bien intencionado. Actuó como denunciante que buscaba no dañar a su país, sino provocar un debate público para reformar la política exterior, expresó hoy el defensor David Coombs en los argumentos finales ante el tribunal militar, en el Fuerte Meade, en la fase final de la corte marcial, ofreciendo así una caracterización contrastante con la presentada por los fiscales, quienes calificaron de traidor, anarquista y egoísta al soldado, de 25 años.

El defensor insistió en que la evidencia presentada en semanas recientes en el proceso demuestra que la motivación de Manning eran sus creencias humanistas. No es egoísta, insistió, sino alguien preocupado por todos, por salvar vidas, reportaron los pocos periodistas que han tenido acceso al proceso, bajo condiciones criticadas por ellos y otras organizaciones que han denunciado obstáculos a su trabajo, así como la transparencia de la corte marcial.

Coombs señaló algunas cosas que el mismo Manning escribió en chats sobre sus motivaciones. Sentía que todos estábamos conectados con todos, que teníamos un deber con nuestros hermanos seres humanos. Eso podría ser un poco ingenuo, pero ello no es antipatriótico. No es algo antiestadunidense. De eso verdaderamente se trata Estados Unidos, argumentó el abogado ante la juez, la coronel Denise Lind.

Durante varias horas Coombs cuestionó varios elementos claves del caso contra su cliente, sobre todo sus intenciones y el uso de Wikileaks, sitio de Internet al que entregó más de 700 mil documentos oficiales militares y diplomáticos que forman parte del argumento para el cargo más serio de los 21 que enfrenta Manning: Asistir el enemigo, el cual implica una condena a cadena perpetua.

Después de reiterar que no había ninguna intención de dañar a Estados Unidos y menos de asistir a los enemigos, el abogado insistió en que Wikileaks era un medio noticioso legítimo, no algo diferente a los medios tradicionales, como el New York Times o The Guardian, entre otros, que publicaron el material filtrado por Manning. Él se lo dio a una organización periodística, enfatizó. Aseguró que sí seleccionó datos, ya que tenía acceso a millones de documentos clasificados. Seleccionó la información que él creía que el público debería conocer.

Coombs advirtió que acusar a Manning de ayudar a enemigos de Estados Unidos, como Al Qaeda –algo explícitamente declarado por el gobierno en este caso–, por filtrar información a una empresa que opera como medio de noticias, establecería un precedente peligroso. Dar algo a una organización noticiosa legítima es la manera de hacer que el gobierno rinda cuentas. Dar información al mundo para comunicar al público no es dar inteligencia al enemigo, subrayó.

La evidencia en este juicio, resumió Coombs, comprueba que él (Manning) tenía buena motivación: detonar reformas, provocar cambio, hacer una diferencia. No tenía una intención general de maldad.

La juez Lind, con la conclusión de la presentación de evidencia por el gobierno y la defensa, ahora tendrá que decidir entre las caracterizaciones casi opuestas del acusado, que han sido presentadas a lo largo de casi dos meses y resumidas en estos últimos dos días. Los 21 cargos, incluyendo los más graves –asistir al enemigo y violaciones a la Ley de Espionaje–, implican condenas a cadena perpetua más 154 años de prisión. Manning ya había aceptado cargos con una pena máxima de 20 años de cárcel. Se espera una decisión en los próximos días, pero no hay plazo para anunciar el veredicto.

Ello marcará la primera vez que habrá un fallo judicial en uno de los casos contra denunciantes que han filtrado documentos oficiales al público perseguidos en el gobierno de Obama –duplicando el número total durante todos los presidentes anteriores. También será la primera vez en que se determinará si un oficial o funcionario puede ser condenado como espía –varios de los cargos en éste y los otros seis casos son bajo la Ley de Espionaje– por filtrar información clasificada a los medios, estableciendo potencialmente un precedente legal para el futuro con graves implicaciones para la libertad de prensa en este país.

Mientras tanto, reporteros en el centro de prensa instalado en las afueras del tribunal, donde tienen que observar el juicio por circuito cerrado, informaron que ayer y hoy hubo presencia intimidatoria y nuevas medidas de seguridad.

Ayer, varios comunicadores, incluido el reportero del New York Times, relataron que dos guardias militares, armados con pistolas, vigilan a los periodistas pasando por las filas y observando lo que están haciendo en sus computadoras e indicando que no puede tener abiertos otros sitios de Internet mientras avanza el juicio, entre otras cosas, algo que no había sucedido a lo largo de las semanas que ha durado este proceso.

Hoy, la juez anunció que alguien había sido expulsado –a partir de ayer– por acciones intimidatorias, aunque nunca se detalló más el asunto, y que estaba prohibido su regreso. Al parecer el expulsado era un dibujante acreditado, quien suele conducir una camioneta pintada con mensajes de apoyo a Manning y Wikileaks.

Los periodistas reportan la ironía de que estando en el Fuerte Meade, sede de la Agencia de Seguridad Nacional, la súper secreta agencia de espionaje de comunicaciones a escala mundial, la red de Internet se cae a cada rato en el centro de prensa.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks