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El potencial de Pemex

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Rastros clandestinos, carne descompuesta

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Economía Moral

Coneval confirma la cocina de datos de la ENIGH: mini-baja en % de pobreza

Acuerdo entre Coneval y el MMIP: México país de 80% fregados–20% bien

Enrique Galván Ochoa
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Garrett, Payton, LaVette y DeFrancesco, juntos en Guadalajara

Antonio Malacara
Snowden: asilo político y enojo estadunidense
M

ás de un mes después de su sorpresivo arribo al aeropuerto moscovita de Sheremetievo, Edward Snowden, ex contratista de la Agencia Nacional de Inteligencia estadunidense (NSA, por sus siglas en inglés), quien sacó a la luz pública una masiva red de espionaje telefónico e informático operada por Estados Unidos, recibió respuesta favorable del gobierno de Rusia a su solicitud de asilo político temporal, concedido con la condición de que deje de difundir información clasificada.

El Correo Ilustrado

Derrota para Occidente

E

l hombre que hace su ruego está completo, dice Péguy, porque es el que se consagra con su miseria de huésped, de suplicante, de extranjero en tierras alejadas del hogar. Los dioses olímpicos son indefendibles, salvo cuando Zeus actúa como dios de los huéspedes. Rusia acoge al extranjero como a un infinito, responsable de él, porque al decir de Levinas, es el Otro, anterior y superior al yo, como la viuda y el huérfano. El rostro desnudo del Otro demanda que no lo reduzcan a nada, que lo saluden, que le nombren con el asilo. Rusia respetó la alteridad del extranjero y se consagró, se afirmó a sí misma. Ello significa en el mundo de la ética la derrota para el Occidente posmoderno, desmemoriado, mediocre, miedoso y filisteo; pero más aún, la traición a los orígenes, a la hospitalidad antigua que define todavía la grandeza de un pueblo. Para Rusia, una victoria ética sin precedente. ¿Qué se espera de un país que amenaza a los que escuchan las súplicas del huésped y del huérfano?

La sierra del terror
C

reo que así se titulaba una de las películas de las gloriosas matinées de mi infancia, en la que Antonio Aguilar interpretaba al agente federal Mauricio Rosales, El Rayo, y con su fiel compañero, Emeterio Berlanga, encarnado por Agustín Isunza, hacía cera y pabilo de cuanto maleante y cacique asolaba los tranquilos pueblos de escenografía de aquellas elementales cintas de aventuras.

El tiempo, el capitalismo y la ideología
E

l capitalismo funciona y logra sobrevivir –entre otros– gracias a un hábil uso de diferentes tiempos y velocidades. Por un lado requiere de rapidez y de ligereza para mover el capital y las mercancías; por otro, la lentitud y dilación son indispensables para conservar el orden social. En el intervalo entre los dos tiempos florece la ideología que se nutre de sus desfases.

Víctor M. Quintana S.
Maciek Wisniewski*
Enseñanzas del 26 de julio: amanecer de nuestra América
E

l 26 de julio de 1953, con el asalto al cuartel Moncada, se inicia la época que daría un giro trascendente a la historia de nuestra América con la siembra en tierra fértil de la semilla de la revolución social que establecería el primer bastión de socialismo en este hemisferio. A 60 años de esa clarinada de la liberación de nuestros pueblos, ¿qué nos enseña el asalto al cuartel Moncada?

9 mil 810.89 euros
¡Q

ué extraño título para un texto! Pues sí, más extraña, y la palabra no es suficiente, resulta la decisión del presidente Enrique Peña de regalarle el consulado general de Milán a alguien que bien pudiera ser presunta responsable de delitos como obstrucción de la justicia, en sus tipificaciones de prevaricación, peculado y fraude, por lo menos.

Gilberto López y Rivas
Jorge Carrillo Olea
La mirada penetrante de Buñuel
L

a obra cinematográfica de Luis Buñuel encuentra raíces en la obra nietzscheana: “En el centro de esas experiencias límite del mundo occidental surge por supuesto la de lo trágico propiamente dicho, partiendo de la demostración de Nietzsche de que la estructura trágica a partir de la cual se forma la historia del mundo occidental no es otra cosa que el rechazo, el olvido y el arranque silencioso de la tragedia (una religión para la muerte, el cristianismo; cruces, espinas, clavos, sangre…)

José Cueli