Mundo
Ver día anteriorDomingo 4 de agosto de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Buscó generar caos para impedir las elecciones en que triunfó Nicolás Maduro

Aplicó la oposición venezolana el proyecto de EU para desestabilizar el país: expertos
Foto
Aspecto de la Gran Marcha contra la Corrupción, convocada por el presidente Nicolás Maduro en Caracas, la cual concentró también a opositores al gobiernoFoto Xinhua
Enviada
Periódico La Jornada
Domingo 4 de agosto de 2013, p. 23

Caracas, 3 de agosto.

Investigadores venezolanos del grupo Jóvenes por la Patria conocieron anticipadamente algunos de los planes previstos para boicotear las elecciones del 7 de octubre de 2012, en las que triunfó ampliamente el fallecido presidente Hugo Chávez, y las acciones golpistas que se desarrollaron la noche del pasado 14 de abril, después de los comicios donde se impuso el presidente Nicolás Maduro.

En febrero de 2012, la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos, en un informe presentando ante el comité de inteligencia del Senado (27 de enero de 2012), definía un plan de lucha en Venezuela a partir de los ejes de profundizar el problema de la escasez de energía y los apagones, trabajar el desabasto (programado por ellos mismos) y el aumento de precio en los alimentos, resaltar los índices de criminalidad y acentuar la denuncia sobre la problemática carcelaria.

Estos ejes temáticos fueron la “fuente de inspiración del plan desestabilizador impulsado por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

De acuerdo con James R. Clapper, director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, el 31 de enero de 2012 se destacaba ya: una vez que la campaña electoral comience, en febrero de 2012, el electorado buscará soluciones para 25 por ciento de la inflación del país, la generalizada carencia de alimentos y la escasez de energía, así como para los galopantes índices de delincuencia y homicidios.

Asimismo, se consideraban prioritarias la conflictividad social y la movilización de calle, lo que no implicaba ignorar los planes de acción directa en lo militar, como operaciones encubiertas, señalan los expertos.

También advierten que en otros trabajos donde se abordaron los preparativos para el escenario no electoral, figuraba “la estrategia para cambiar las actuales relaciones de fuerzas, produciendo gran conmoción o una sucesión de eventos; como puede ser el paro eléctrico por gota o apagones sucesivos que irriten a la población y puedan producir diversos estallidos. Esta estrategia implicaba tácticamente combinar diversas formas de lucha”.

En cumplimiento de estos diseños, la MUD desarrolló en esa coyuntura varios planes, prevaleciendo “las formas de luchas pacíficas y de empleo de los canales institucionales, que se empalmaron con movilizaciones de calle, provocando a la seguridad de Estado y a las Fuerzas Armadas Bolivarianas para que reprimieron y se produjeran detenciones, heridos y muertos. A partir de esta situación se daría el pretexto de nuevas movilizaciones contra la ‘represión’, escalando el conflicto”.

Se esperaba que la agudización de este proceso haría emerger formas violentas de lucha, y finalmente aparecería la lucha armada como justificación”.

Ante esta situación, la MUD preparó movilizaciones masivas hacia Miraflores, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el Comando Nacional Electoral (CNE) y otras instituciones. También para activar grupos violentos en el seno de las marchas y movilizaciones, promoviendo saqueos y violencia callejera catalizadas por equipos con armas populares (armas cortas, explosivos caseros). Se intentaría establecer el control territorial de algunas regiones y la partición de ciudades como Caracas, Valencia, Barquisimeto, Maracaibo y San Cristóbal.

Otro de los aspectos citados en este “decálogo, donde el imperio se ha empleado a fondo, se refiere a las operaciones sicológicas y a las distorsiones informativas, siendo el eje que sincroniza el mayor esfuerzo, el foco dinamizador del conjunto de las acciones. Tales actividades encuadran con temas generadores de conflictos y se aprovecha cualquier acto circunstancial. Cualquier hecho o suceso se le da un sentido que originalmente no poseen a través de extrapolaciones, proyecciones, generalizaciones y otros.

Así, las campañas fueron duras, con diversos sabotajes, incluso produciendo deterioro e insuficiencia de los servicios públicos. Entre otros elementos claves para confundir y asustar a la ciudadanía, como cuestionamientos y críticas al CNE o vincular al gobierno con el narcotráfico y el terrorismo, , nexos con estados forajidos y ejes del mal; burocratismo y corrupción, para erosionar la legitimidad del proceso bolivariano y en particular el liderazgo del presidente Chávez, cuya enfermedad fue cruelmente explotada en esas circunstancias, por la oposición y los medios.

Se intentó cambiar la correlación de fuerza electoral, promoviendo un clima de incertidumbre y angustia permanente en la población, magnificando fallas u omisiones en la gestión pública, que por otra parte el propio Chávez había expuesto en sus nuevo proyecto gubernamental; el Plan de la Patria.

Incluso se preparaba a la opinión pública para una salida violenta, que adopta en la actual coyuntura formas de intervención de fuerzas especiales en operaciones encubiertas señalan los expertos.

Por supuesto la guerra de rumores, mentiras y falsificación en algunos medios, formaron parte de una "verdadera guerra" donde sin fronteras, principios ni escrúpulos, se actuó contra el presidente y el pueblo venezolano".

Buena parte de todo esto no pudo ser aplicado ante el triunfo del presidente Hugo Chávez Frías el 7 de octubre de 2012, después de una campaña en la que no escatimó sacrificios ya que estaba ante el agravamiento de su enfermedad, que lo llevó a la muerte, el 5 de marzo de este año.

“El presidente sabía lo que se estaba jugando en Venezuela y dio su vida. No descansó un momento para derrotar los planes enemigos, porque sabía lo que significaba para el pueblo, cualquier vuelta atrás", dice al final de un trabajo de Jóvenes por la Patria.