Sociedad y Justicia
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Pese a beneficios probados, la lactancia se pierde por desinformación y publicidad

Alimentados con leche materna, sólo 14 por ciento de bebés en México: consultora

Separar al recién nacido de la madre en los primeros minutos, una práctica errónea de hospitales, dice

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Mamás amantaron a sus bebés en un parque de San Jerónimo, como parte de las actividades de la Semana Mundial de la Lactancia MaternaFoto Francisco Olvera
 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de agosto de 2013, p. 34

La lactancia materna se perdió en el camino de la desinformación y campañas publicitarias que promueven fórmulas lácteas y las ofrecen como lo más fácil y mejor. Pero eso es falso, como se comprobó en investigaciones que demuestran, por ejemplo, que los niños amamantados tienen un coeficiente intelectual más alto y un riesgo 50 por ciento menor de sufrir infecciones respiratorias y diarreicas, aseguró Mariana Colmenares, consultora certificada en la materia.

En México sólo 14 por ciento de bebés menores de seis meses son alimentados con leche materna en forma exclusiva, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este es un problema nacional y de varios países y, por eso, motivo de preocupación internacional.

Del 1º al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, iniciativa de la OMS que promueve el apoyo a las madres para que desde la primera hora de vida de su bebé inicien el amamantamiento y que éste sea el alimento exclusivo durante seis meses. Esta práctica salvaría la vida a casi un millón de niños cada año en el mundo, asegura el organismo.

También se podría prevenir el sobrepeso, porque con la lactancia los niños regulan su saciedad. Se alimentan sólo cuando tienen hambre y toman la cantidad que requiere su organismo, a diferencia de los que ingieren sustitutos que casi siempre les obligan a terminarse, aunque no lo requieran.

Prácticamente todas las mujeres pueden alimentar a sus hijos, pero el ambiente no es favorable para ello, resaltó Colmenares. La lactancia no se promueve y tampoco existe orientación eficiente sobre la mejor manera de llevarla a cabo, a fin de estimular la producción de leche.

La especialista, miembro de la Asociación Pro Lactancia Materna (Aprolam), reconoció que hay un sector muy pequeño de mujeres que en realidad no puede alimentar a su bebé por enfermedad u otra situación.

En otros casos, donde las madres afirman que no tienen leche o que se les fue, el problema se origina porque están solas, por falta de información o prácticas que no ayudan, como el personal de hospitales que se limita a ordenar pégueselo al pecho, pero no orientan sobre cómo amamantar; pretenden que la mujer lo logre sola después de que el bebé pasó algunas horas en el cunero y fue alimentado con biberón una o varias veces.

La existencia de cuneros en los nosocomios es otro factor contra la lactancia. Somos el único mamífero en la faz de la tierra que permitimos que nos separen de nuestra cría cuando nace. En estas condiciones es fácil comprender que desde el principio se altera el ciclo natural. En lugar de que el niño avise a su madre que tiene hambre, es alimentado con fórmulas.

Si desde la primera hora de vida se pusiera al bebé al pecho y se permitiera que madre e hijo estén juntos el mayor tiempo posible, se fortalecería el lazo entre ambos y los estímulos para la producción de leche. El contacto piel con piel es fundamental para ello, aseguró.

Como parte del problema está la desinformación. Cuando en una familia a alguien le fue mal con la lactancia, le dolió o salieron grietas, las futuras mamás piensan que a ellas les pasará lo mismo y eso es falso.

Si hubiera una adecuada información, las mamás sabrían que ese tipo de complicaciones ocurren por una técnica de amamantamiento incorrecta, y que no hay de qué procuparse ante una escasa producción de leche, ya que en las primeras horas los niños requieren de sólo pocos mililitros de leche para quedar satisfechos y en el transcurso de los días, en un proceso natural, aumentará la producción, conforme lo demande el bebé.