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México, condenado a ser importador neto de alimentos básicos

De 1989 a la fecha pasó de la autosuficiencia en producción de arroz a generar sólo 10% del consumo interno del grano

 
Periódico La Jornada
Sábado 10 de agosto de 2013, p. 14

Adalides del libre comercio –con 12 tratados firmados con 44 países y nueve acuerdos en el contexto de la Asociación Latinoamericana de Integración–, los gobiernos mexicanos han sido tan aplicados en la ejecución de las políticas neoliberales que, de 1989 a la fecha, pasó de la autosuficiencia en la producción de arroz a primer importador mundial del grano palay (con cáscara), y los productores nacionales son una especie en vías de rápida extinción.

El país genera apenas 10 por ciento de su consumo de ese cereal, que ronda en un millón 200 mil toneladas; el resto proviene principalmente de Estados Unidos, pero también de naciones como Pakistán, Vietnam o China, reconoció en entrevista el director general de Fomento a la Agricultura de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Jorge Kondo López.

También ex secretario de Agricultura de Sinaloa, coincidió con lo expresado a La Jornada por los dirigentes arroceros Alejandro Díaz Hartz y Luis Bueno Torio: se requiere un plan de choque para rescatar el campo arrocero o, como definió el fucionario: medidas para mantener la llama prendida de la producción nacional, tanto de arroz como de oleaginosas, rubros en los que México depende en 95 por ciento de las importaciones. Las oleaginosas representan importaciones por 2 mil 500 millones de dólares (mdd). El arroz, unos 400 mdd.

¿Cómo se llegó a este desastre? La élite política decidió modernizar el campo mexicano de acuerdo con las directivas para América Latina del Consenso de Washington (que se habían implantado a sangre y fuego en el Chile de Augusto Pinochet) –privatización, apertura comercial a rajatabla, eliminación de subsidios–, primero con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio y después con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ya durante el régimen de Carlos Salinas de Gortari. El primero de enero de 1994, cuando entraba en vigor dicho acuerdo, estalló en Chiapas la rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

En una publicación sobre agricultura sostenible, el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, de la Cámara de Diputados federal, señala que a países como el nuestro se les condenó a ser importadores netos de sus alimentos básicos. La propuesta para México es que sembremos en lo que seamos competitivos y tengamos ventajas comparativas, como hortalizas y frutas tropicales, y que Estados Unidos nos abastezca de granos, básicamente maíz y trigo.

Hay continuidad en las políticas: el ahora titular de la Sagarpa, Enrique Martínez, mencionó en una entrevista televisiva el pasado 25 de julio que el plan del gobierno del pre-sidente Enrique Peña Nieto es dar seguridad alimentaria, sin que esto quiera decir que vamos a producir todo lo que consumimos, porque además de ser poco factible no es conveniente. Mencionó que 57 por ciento de lo que se consume en México se produce aquí mismo y la aspiración es llegar al 75 por ciento recomendado por la FAO.

Agregó que sale más barato importar arroz y soya que producirlos aquí, lo cual no quiere decir que no produzcamos y hay que aspirar a producir más. México tiene buen potencial, pero se requiere de muchísima agua, así que no son cultivos en donde nosotros aspiremos a ser autosuficientes.

Kondo López apuntó que lo que quiso dar a entender el titular de la Sagarpa es que hay que hacer una reconversión regional. Citó que en Sinaloa, cuando escaseó el agua, se dejaron de producir 500 mil to-neladas de arroz, pero se producen 5 millones de toneladas de maíz. Hay que cultivar el arroz en el sureste, donde llueve mucho, indicó.

Bueno Torio, ex presidente y actual vicepresidente del Consejo Mexicano del Arroz, relató que en 1989 se abrieron las fronteras al arroz asiático, con un arancel de 20 por ciento. El productor mexi-cano tenía 70 años vendiendo bajo un esquema de precios de garantía, nunca lo obligaron a ser eficiente... y de repente se le puso a competir con Vietnam, donde el arroz se da solo, porque hay lluvias monzónicas 100 días al año... y la gente trabaja por dos o tres dólares al día.

La debacle vino porque llegó arroz de Vietnam, 40 o 50 por ciento más barato que el nacional, señaló por separado Díaz Hartz, presidente del Consejo Nacional de Productores de Arroz de México. Explicó que entre 1989 y 1992 desapareció 50 por ciento de los 25 mil productores de arroz que sembraban unas 265 mil hectáreas y cosechaban unas 290 mil toneladas, poco más de lo que se consumía entonces en el país.

Importado desde 1993, 50% del consumo

En 1993 se logra el cierre de las fronteras, pero ya se importaba 50 por ciento del consumo. En 1994 llega el TLCAN. Después, Estados Unidos expide una Farm Bill (Ley Agrícola) fijando subsidios altísimos a los productores de arroz para que se fomentara la producción... para 1999 ya estábamos importando 85 por ciento de arroz palay de EU.

En paralelo, quiebran los industriales propietarios de los molinos que secan, descascarillan y empacan el arroz, de los que había unos 200 hace 30 años y ahora quedan quizá unos 14, aunque algunos no están funcionando, informó en Palizada, Campeche, Federico Ayala. En el rancho de los Ayala, Laguna Blanca, donde ahora se siembran unas 100 hectáreas de arroz orgánico, la beneficiadora llegó a procesar hasta seis mil toneladas del cereal al año. Ahora prácticamente está parada.

En 2013, informó Díaz Hartz, quedan en situación precaria 3 mil 310 productores en 14 estados del país que, si bien les va, sembrarán 34 mil 650 hectáreas (en 2009 se sembraron 60.8 mil hectáreas) para una producción estimada en 174 mil 300 toneladas.

Los principales estados productores son: Campeche, con 9 mil hectáreas; Veracruz, 10 mil; Nayarit, 4 mil, y Michoacán 3 mil hectáreas. Morelos, con mil 200 hectáreas, es significativo porque produce una variedad especial de arroz grueso, con denominación de origen, Morelos, muy apreciada por los consumidores.

Los rendimientos promedio de arroz por hectárea son de 4.32 toneladas en la zona del sureste, 5.88 en el occidente, llegando a siete en Sinaloa y 8.65 en la zona centro, con un pico de 9 a 10 toneladas en Morelos.

Cultivo en riesgo de desaparecer

Díaz Hartz coincidió con Bueno Torio en que por lo menos las importaciones de arroz palay desde Estados Unidos, que en 2012, según datos de la Sagarpa, fueron de 698 mil 241.33 toneladas, con valor de 272.94 millones de dólares, dan trabajo a las beneficiadoras en México porque viene con cáscara, acá se procesa y hay trabajo en la industria y en la cadena de distribución.

No ocurre lo mismo con el arroz asiático, que llega ya pulido, justo para empacarlo y ponerlo en los anaqueles, cuya importación autorizó la Secretaría de Economía en 2008, cuando hubo una crisis alimentaria y abrió las fronteras a todos los países, aun a aquellos con los que no tenemos TLC. Eso provocó una nueva debacle porque llegaron arroces de mala calidad a precios desleales, de acuerdo al precio internacional, y no se ve voluntad de esa dependencia para imponerles aranceles.

Se le preguntó a Kondo López si hay alguna posibilidad de que se ponga en marcha el plan de choque que demanda el campo arrocero. Contestó que no será para mañana pero las organizaciones de productores han conversado con el secretario Martínez y el subsecretario Jesús Aguilar sobre un plan emergente, para mantener un nivel mínimo de reserva técnica; no pretende en el corto plazo alcanzar un nivel de suficiencia sino que no se nos desaparezca el cultivo definitivamente.