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El gobierno estatal medió el acuerdo con evangélicos

Tras firmar convenio, retornan tzotziles católicos a Chenalhó

El centro Frayba alertó del riesgo de que la violencia aumente en la zona

Enviado
Periódico La Jornada
Martes 20 de agosto de 2013, p. 13

San Cristóbal de las Casas, Chis., 19 de agosto.

Al cumplirse 30 días de desplazamiento y exilio, anunciaron su retorno al ejido Puebla, de Chenalhó, los católicos agredidos y amenazados por evangélicos vinculados abiertamente con los paramilitares que realizaron la masacre de Acteal en 1997. El día 8 se firmó un convenio de civilidad, distensión y respeto mutuo, mediado por el gobierno estatal. Que quede claro que respetamos el acuerdo desde el momento en que no hemos hecho ninguna agresión, y harán valer su contenido pese a fundados temores de que no sea respetado por la otra parte, expresaron hoy los tzotziles que regresarán a sus hogares este martes acompañados por una caravana civil.

Por su parte, el Frayba alertó del riesgo de que la violencia persista y aumente, debido a la nula actuación de las autoridades de Chiapas encargadas de procurar justicia. Solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos medidas cautelares para los indígenas, e informó que acompañará el retorno y mantendrá un monitoreo permanente sobre los derechos humanos en la zona.

Los desplazados aclaran: Tuvimos que salir por las amenazas y el clima de violencia creado por las autoridades comunitarias y sus seguidores. Retornan aunque los peligros no han desaparecido. Los católicos de Puebla y la parroquia de San Pedro Chenalhó firmaron con dichas autoridades, ante una comisión interinstitucional, un convenio que establece libre tránsito en el ejido y cese de agresiones.

No puede haber auténtico diálogo si no es sobre la base de la verdad, y algunas verdades no se han respetado, apuntan. Las autoridades comunitarias les negaron que fueran desplazados “porque ‘nunca firmaron una orden de que saliéramos’; no se necesita un papel para obligar a alguien a salir de su comunidad por seguridad”. Las amenazas son claras desde el momento en que su grupo intentara linchar a tres compañeros; mientras sigan diciendo la calumnia de que envenenamos el agua, nos amenazan, y mientras sigan diciendo que no golpearon a nadie, están mintiendo.

Consta en las actas del ministerio público la verdad de los golpes, y en cambio ellos nunca demostraron el envenenamiento. Otro ejemplo de cómo confunden es que presenten como católicos tradicionalistas que reclaman la ermita a Domingo Gutiérrez Gutiérrez y Antonio Gómez. El primero es diácono presbiteriano y el segundo, pastor del séptimo día.

Los católicos demandan suspender las guardias que impiden el libre tránsito y las acusaciones falsas, respeto a personas y propiedades, alto a las agresiones con piedras a sus casas, acelerar el proceso legal para determinar la legítima posesión del predio y el pago de daños. De la comisión interinstitucional, que también firmó, esperan que vigile el cumplimiento de lo acordado.