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Caminaron por las banquetas deteniéndose en los altos para no bloquear el tránsito

De regreso al Zócalo, los maestros buscaron exorcizar el enojo de los automovilistas

Vuelven a mostrar su inconformidad por la satanización aplicada desde radiodifusoras y televisoras

 
Periódico La Jornada
Jueves 29 de agosto de 2013, p. 6

En cuatro horas y media, y sin incidentes mayores en su transcurso, miles de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) realizaron ayer la manifestación más numerosa y quizá más importante de los últimos días, esta vez a la casa presidencial de Los Pinos.

Sin embargo, como una losa invisible, pudo percibirse en ellos la preocupación por las molestias viales que han causado a la vida cotidiana de los capitalinos pues, por ejemplo, el masivo regreso al campamento ubicado en el Zócalo lo hicieron primero por las calles y después por las banquetas, deteniéndose incluso en los altos para dar paso al flujo vehicular, lo que esta vez pudo exorcizar los claxonazos de los automovilistas.

Fue una tornamarcha en la que los profesores también mostraron su buen ánimo por el arribo constante de refuerzos de unos 20 estados –además del apoyo de contingentes del Sindicato Mexicano de Electricistas y del movimiento #YoSoy132–, pero también evidenciaron su enojo por la satanización en su contra de la mayoría de las televisoras y radiodifusoras comerciales.

Ese retorno, que comenzó poco antes de las 3:30 de la tarde, luego de que sus líderes salieran de la residencia oficial de Los Pinos, tuvo también momentos gratificantes, como cuando a la altura del Museo de Antropología el ‘‘cura Miguel Hidalgo’’, caracterizado desde 2010 por don Pepe Ortiz, les gritó estandarte en mano: ‘‘¡Vivan los maestros, Hidalgo está con ustedes!’’

Ante ello los mentores, ya más relajados después de dos horas de caminata y consignas y otras dos de tensa espera sobre Reforma, esquina Chivatito, le respondieron al padre de la patria: ‘‘¡Ese apoyo sí se ve, ese apoyo sí se ve!’’

Desde antes de las 10 de la mañana, los profesores comenzaron a salir del campamento del Zócalo. Algunos tomaban un bocado y se despedían de sus compañeros que se quedaban de guardia.

En pequeños grupos llegaban por diferentes calles a la explanada del Palacio de Bellas Artes, a la parte trasera de éste o a la calle Tacuba. Y casi a las 11 horas partieron sobre avenida Hidalgo, doblaron a la izquierda en Paseo de la Reforma y siguieron hasta Chapultepec.

Por las bocinas instaladas en una vieja camioneta, colocada a la vanguardia de la marcha, se escuchaban de parte de varios profesores argumentaciones dirigidas a los pocos transeúntes. A la altura del Metro Hidalgo criticaron a las televisoras por ‘‘lo que avientan’’ en su programación a la niñez mexicana: ‘‘pura basura’’.

Muy cerca de Bucareli, cuestionaron el concepto oficial de ‘‘calidad de la educación’’, ya que ‘‘no aparece en los términos pedagógicos y sólo se utiliza para aumentar la productividad en las fábricas’’. Y desacreditaron la idea de ‘‘evaluación’’, pues se pretende realizar con criterios que no corresponden a la realidad social y cultural de México.

Evaluación ‘‘urgente’’

No faltaron las consignas. Antes del Ángel de la Independencia se escuchó por el sonido: ‘‘¿Capital de Veracruz?’’ Y una respuesta a coro: ‘‘¡Boca del Río!’’. O: ‘‘¿Capital de Puebla?’’ Coro: ‘‘¡Cholula!’’ O: ‘‘¿Capital de Oaxaca?’’ Coro: ‘‘¡Huatulco!’’ Y al final todos: ‘‘¡Urgente, urgente, evaluación al Presidente!’’

Alrededor de las 13 horas llegaron al cruce de Reforma con Chivatito, en medio de cierto clima de tensión propiciado tal vez por una voz en las bocinas que llamaba a no dispersarse para ‘‘evitar a los infiltrados y una provocación’’, y con ello, la represión policiaca.

Ahí, en el tramo que va del Auditorio Nacional al Circuito Interior, los manifestantes realizaron un miniplantón de dos horas y media, mientras un pequeño grupo de líderes trasponía la valla de granaderos camino a Los Pinos.

Encabezado por Rubén Núñez Ginés, de Oaxaca; Juan José Ortega Madrigal, de Michoacán, y Francisco Bravo, del Distrito Federal, entre otros, el grupo salió después de las 3 de la tarde e informó del poco éxito de sus gestiones (los secretarios de Gobernación y Educación no participarían en el diálogo con legisladores).

Luego comenzaría la tornamarcha. A la altura del Museo de Antropología recibirían el grito de apoyo de don Pepe Ortiz-cura Hidalgo. Los miles de maestros avanzarían otro tramo por el arroyo vehicular de Paseo de la Reforma, pero después del puente del Circuito Interior comenzarían a subirse a la banqueta, como cualquier transeúnte.