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Requieren mejorar comunicación oral y escrita y manejo de otros idiomas

Identifica carencias y fortalezas de universitarios estudio de la Uia

El documento abarca datos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México y Perú

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Estudiantes de preparatoria beneficiarios del programa Prepa Sí del GDF, en la rectoría de la UNAM en noviembre de 2009Foto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de agosto de 2013, p. 33

Existen debilidades preocupantes de alumnos de bachillerato y universitarios en las competencias cognitivas y lingüísticas, como la comunicación oral y escrita, la capacidad de abstracción, análisis y síntesis, y los conocimientos teóricos, así como en el dominio de un segundo idioma, afirma el Informe de competencias profesionales en preuniversitarios y universitarios de Iberoamérica, realizado por la Universidad Iberoamericana (Uia), la Fundación Universia y la Fundación Telefónica.

Es preciso destacar que estas habilidades fueron calificadas como deficientes en el caso de los preuniversitarios y el problema permanece entre quienes concluyen la universidad. Este es sin duda un factor que profesores y autoridades de este nivel educativo (superior) tendrían que colocar en un lugar prioritario de su agenda, asienta el documento, presentado ayer en la Uia.

En contraste, el estudio –realizado en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México y Perú– arroja que en lo referente al desarrollo de competencias en los egresados universitarios la principal fortaleza está en las habilidades interpersonales, el trabajo en equipo y el uso de las tecnologías de la información.

El estudio analiza la relación entre la formación de competencias profesionales que ofrecen las instituciones educativas de nivel superior y medio superior, y las necesidades de los sectores productivos y sociales a partir de la percepción de rectores, desarrolladores de planes de estudio, empleadores, profesores, alumnos y egresados.

La investigación, de carácter exploratorio, refiere también que para 70 por ciento de los egresados en México es difícil integrarse al mercado laboral en el país. Así, 51 por ciento tienen empleo de tiempo completo, 17 por ciento de tiempo parcial y 19 por ciento no trabajan.

En ese rubro, en México poco más de la tercera parte de quienes tienen empleo declaran que éste coincide con sus estudios profesionales, mientras otra tercera parte señalan que la coincidencia es mediana y el resto refieren baja o nula coincidencia entre su actividad laboral y sus estudios universitarios.

En educación superior, 72 por ciento de los egresados encuestados en México se dijeron satisfechos con la formación recibida, mientras 17 por ciento se declararon insatisfechos. En tanto, la mitad de los empleadores en México se dicen satisfechos con la formación de los egresados y 13 por ciento no están conformes.

El estudio advierte que no conviene supeditar la formación universitaria a demandas coyunturales del mercado y acota que el ingreso al mercado laboral depende en gran medida de factores económicos y no sólo del ámbito educativo.

También alerta sobre la baja puntuación otorgada a competencias ubicadas en el ámbito de los valores, como el compromiso con el medio ambiente y la responsabilidad social.

Al respecto, la directora del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM –quien comentó la investigación– resaltó que las competencias profesionales son conocimientos, habilidades y aptitudes de la mayor centralidad para construir sociedades productivas y éticas que promuevan no sólo el desarrollo económico sino humano con justicia social. Tratar de apuntar a esa formación es indispensable en las universidades y en la educación media y básica.

Subrayó la importancia de articular mejor los niveles educativos, como recomienda el informe, pues una carencia nodal de nuestro país es el tema de las articulaciones entre niveles educativos que podemos situar desde el prescolar. Si nos preocupa una competencia básica como la comunicación oral y escrita, que sirve para toda la vida, el problema viene desde la educación básica.