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Amplios sectores de capitalinos y organizaciones de los estados hacen llegar ayuda

Apoya la gente a maestros a trasmano de la campaña de linchamiento en medios

El respaldo, dinero y despensas, ha llegado a los centros de acopio instalados en el Zócalo

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Enfrentamientos de grupos de jóvenes con la policía, en el contexto de la entrega del primer Informe de gobierno de Enrique Peña NietoFoto Marco Peláez
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Enfrentamientos de grupos de jóvenes con la policía, en el contexto de la entrega del primer Informe de gobierno de Enrique Peña NietoFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de septiembre de 2013, p. 6

Ubicados en el lado opuesto de los claxonazos y el enojo ciudadano, detonados por el caos vial que causan las movilizaciones magisteriales y la campaña negativa de los medios de comunicación, amplios sectores de la capital del país han otorgado apoyo económico, material, político y moral a los maestros indignados que están en plantón en el Zócalo de la ciudad.

Todos los días y a toda hora, a los diversos centros de acopio en los campamentos llegan alimentos, agua, medicinas y cobertores, muchas veces en camiones y por toneladas. Sin embargo, coinciden profesores de Oaxaca y de la ciudad de México, la solidaridad material es insuficiente porque ‘‘somos muchos, unos 40 mil, y siguen llegando más porque esto va pa’ largo’’.

La profesora María del Carmen García, coordinadora de alianzas con otros sectores de la sección 22, saca varios papeles de una bolsa de plástico –‘‘para que no se mojen con la lluvia’’– y menciona algunos de los muchos casos de solidaridad de organizaciones y personas, como dos camiones con botellas de agua que les llevó la Cooperativa Pascual.

‘‘Viene mucha gente del pueblo’’

Originaria de Tehuantepec, pero residente en Puerto Escondido, agrega que de Hidalgo llegó gente en una camioneta con despensas. Igual de los estados de México y Morelos, así como estudiantes de la UNAM y miembros de sindicatos y organizaciones sociales. ‘‘Vienen en camino cuatro toneladas de víveres desde Durango. Una ingeniera química trajo muchos medicamentos’’, añade.

‘‘Viene mucha gente del pueblo. Los que no traen cosas dan dinero, entre 100 y mil 300 pesos. Nos agradecen que estemos aquí y seamos el único sindicato que se opone a los planes privatizadores del gobierno. Muchos que no están bien informados vienen a preguntarnos sobre la realidad. Tenemos un gran apoyo de la ciudadanía.’’

Los primeros en solidarizarse con los profesores de Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, y ahora Chiapas, entre otros estados, fueron los maestros del Distrito Federal (sección 9), quienes además de facilitar sus instalaciones de la calle Belisario Domínguez para asambleas, dormitorios y uso de baños, montaron un campamento de acopio en el Zócalo.

Ahí, Rosa Isela Carrasco, secretaria de finanzas y acción social, y Rocío del Carmen Guzmán y Martha Corina Longoria, reciben entre la 1 y 2 de la tarde del sábado a cuatro profesoras y un profesor, quienes llegan de lugares como Iztapalapa a preguntar en qué pueden ayudar. Siempre tienen dos grandes ollas de café y té para obsequiar a los maestros.

Otros dos profesores de educación física se instalan en un lugar visible con un gran saco de carbón para los anafres, y enseguida se les arremolinan plantonistas con bolsas de plástico para surtirse.

Las tres docentes encargadas muestran la tienda donde duermen, secándose de la última lluvia. En otra tienda está la despensa con alimentos como arroz y longaniza, que cocinan y reparten en los campamentos.

Carrasco cuenta que un señor llevó a los maestros varias cajas de frutas, que un comerciante vecino les regaló muchas toallas de baño, que la ayuda no deja de llegar, pero es insuficiente.

Muy cerca se encuentra un campamento del sector 4-Juxtlahuaca, región Mixteca. Un letrero lo anuncia además como ‘‘centro de acopio’’. Es uno de los varios y pequeños lugares de recepción habilitados por su cuenta por los propios maestros.

‘‘Han llegado pocos víveres, pero nos ayudaría mucho que el gobierno capitalino pusiera más baños portátiles y limpiara o cambiara los que instaló en la calle Moneda, porque ya se han llenado’’, comenta el profesor Plácido Leonardo Cruz.

Quizá los segundos capitalinos solidarios con los maestros fueron los integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME). Ellos no cuentan con muchos recursos, porque el gobierno de Felipe Calderón extinguió su compañía, no reciben un salario y congelaron sus cuentas sindicales, pero prestan a los profesores sus instalaciones de la colonia Tabacalera.

También marchan con los maestros y acaban de instalar cuatro carpas de apoyo en el Zócalo, además de ayudarlos ‘‘con papelería y en el volanteo y el brigadeo’’, comenta el secretario de actas y acuerdos del SME, Gerardo Avelar. ‘‘La gente que pasa por aquí se acerca a expresar su apoyo a los maestros y a traerles ayuda, algo muy diferente a lo que se dice en los medios de comunicación’’, destaca el dirigente.