Mundo
Ver día anteriorMiércoles 4 de septiembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Era autoritario, dice, y lo compara con Cristina Fernández

Repudio en Argentina a editorial de La Nación que defiende el golpe contra Perón
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de septiembre de 2013, p. 21

Buenos Aires, 3 de septiembre.

Escritores, académicos y movimientos sociales repudiaron un editorial del conservador diario La Nación negando el golpe militar que derrocó al popular gobierno del ex presidente argentino Juan Domingo Perón, en septiembre de 1955, instalando la dictadura de la llamada revolución libertadora, y acusando al ex mandatario de ser responsable de su caída, porque su régimen se había agotado y abundaban los escándalos y las burdas muestras de autoritarismo.

En este misma editorial hace referencias a un momento similar que, según el punto de vista de los directivos de ese medio, vive el actual gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, lo que a juicio del reconocido escritor y periodista Osvaldo Bayer es una clara incitación a terminar con el gobierno constitucional.

La Nación sostiene que Perón no cayó por las armas a lo que Bayer, autor de uno de los libros más importantes del país Los Vengadores de la Patagonia Trágica, que investiga sobre el fusilamiento de mil 500 trabajadores por militares en la provincia de santa Cruz, en el sur del país en los años 1920-21, responde que es evidente que el golpe militar se aprovechó de la situación política del 55. No se pueden disimular los hechos del pasado. El contenido del editorial contradice las bases científicas de la historia.

Según el matutino fuertemente opositor ni las balas de plomo derrocaron al general Juan Domingo Perón, ni existen balas de tinta, ni, en caso de existir, podrían destituir gobiernos. Perón no cayó por obra de las armas que alzó la Revolución Libertadora en 1955.

Bayer señaló que aunque hubiera existido una crisis política fuerte en ninguna ley de la Constitución Nacional está escrito que las fuerzas militares deben tomar el poder, hablando desde Alemania con Tiempo Argentino.

Por su parte, el jefe de gabinete Manuel Abal Medina dijo sentir escalofríos ante la reivindicación del golpe de 1955 y llamó a reflexionar sobre esta actitud sobre todo quienes tienen un compromiso menor con la democracia.

Antes del golpe de septiembre del 55, en junio de ese mismo año, los militares bombardearon la casa de gobierno intentando matar a Perón, en su primer intento de golpe, en horas del mediodía, anticipándose a lo sucedido en septiembre de 1973, con aquellos militares chilenos que bombardearon La Moneda (casa de gobierno de Chile) en el golpe que encabezó el ya fallecido general Augusto Pinochet contra el presidente democrático Salvador Allende. En el bombardeo de la marina argentina sobre la Plaza de Mayo murieron decenas de personas, obreros y estudiantesy y todos aquellos que a esas horas caminaban desprevenidamente por el lugar.

También Abal Medina condenó la intención de la editorial al decir que Perón se había ido por sus propios errores del gobierno tratando de negar aquel golpe cruento, donde se desató una brutal persecución a los trabajadores, sindicatos, barrios pobres y otras y fueron fusilados los que intentaron enfrentar esa injusticia -entre ellos militares- en 1956.

La Nación contestó a un reciente discurso de la mandataria donde dijo que algunos intentan derrocar gobiernos populares con balas de tinta refiriéndose al papel cumplido por los medios en la historia del golpismo en el país y en la región.

El analista de la Agencia Urondo (APU), Nicolás Adet Larcher señala que el título de la editorial de La Nación es La tinta no destituye, lo que es una tendencia ingenua que trata de desligar a la prensa de un rol decisivo en cuanto a destitución o imposición de gobiernos. Añade el analista que la realidad confirma los dichos de Cristina en cuanto a que, muchos de los gobiernos derrocados en nuestra historia contaron con titulares catastróficos de la prensa en su contra que favorecieron, o propiciaron el clima para golpes de Estado.

El clima ahora se ha recalentado con ataques permanentes contra la figura presidencial, algunos duramente referidos a supuestos problemas emocionales, por parte de periodistas opositores, y también de algunos políticos como el ex presidente Eduardo Duhalde, del peronismo opositor de derecha y que en los últimos procesos electorales ha hecho guiños a militares de las pasadas dictaduras.

Duhalde atacó a la presidenta tratando de instalar la idea de que no tendría capacidad para el mando con una expresión sumamente grotesca de se le aflojaron los tornillos, después que su esposa Hilda de Duhalde pusiera en duda la capacidad de las mujeres para ejercer la política y que un analista opositor diagnosticara una supuesta enfermedad no reconocida, lo que fue rechazado por agrupaciones de profesionales en todo el país.

Esto sucede mientras se espera la decisión de la Corte Suprema de Justicia, que debe decidir si un artículo de la misma referido a la inequidad que representa la existencia de monopolios de medios como el Grupo Clarín es aplicable o no y si es constitucional.

En esta situación el guatemalteco Frank La Rue, relator de la Organización de Naciones Unidas para Libertad de Expresión, quien estuvo durante el debate reciente en la Corte, destacó la importancia para la democracia y la libre expresión de la ley de medios audiovisuales argentina votada por el Congreso a fines de 2009.

Advirtió que la concentración de medios lleva a la concentración del poder político, aunque no opinó sobre la audiencia citada por la Corte para dirimir la situación entre el Estado y el Grupo Clarín, el único entre varios aquí, que se niega a cumplir la ley y no quiere desprenderse de una parte de sus posesiones mediáticas, que lo convierten en el grupo más poderoso en el país.