Madrid, 3 de septiembre.

El presidente de Bolivia, Evo Morales, realizó hoy una visita a España de sólo unas horas dentro de una gira de trabajo por Europa, con el propósito de recuperar la normalidad de las relaciones bilaterales tras la crisis diplomática por el secuestro de su avión en territorio europeo, ocurrida en pasado julio, en la que España participó activamente al negarle el permiso para sobrevolar su espacio aéreo. El mandatario latinoamericano aseguró que el incidente está superado y que no guarda ni rencor ni resentimiento a nadie, ya que los pueblos indígenas no somos vengativos.

El mandatario boliviano viajó por primera vez a España y a Europa desde que se puso su vida en peligro cuando el pasado 2 de julio varios gobiernos europeos le negaron permiso de sobrevolar sus territorios debido a que sospechaban que en el interior de la aeronave viajaba el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) Edward Snowden. El avión de Morales debió aterrizar en Viena para reabastecerse de combustible.

Casi dos meses después, Morales se entrevistó con el rey Juan Carlos y con el presidente español, Mariano Rajoy, con quienes abordó la situación de las relaciones entre ambos países, intereses económicos comunes y la situación de la comunidad boliviana en España, una de las más numerosas de ciudadanos extranjeros en el país.

La Moncloa -la residencia oficial de la presidencia española- definió en encuentro con Morales como visita de cortesía, con lo que evitó así dar una rueda de prensa conjunta y esquivar así tanto las preguntas sobre la crisis diplomática como las relacionadas con los numerosos casos de corrupción que aquejan al gobierno español y al propio Rajoy.

Los encuentros se centraron en las relaciones comerciales de ambos países, al tener España numerosos intereses en el país andino, así como en proyectos que pretenden desarrollar de forma conjunta de cara la Cumbre Iberoamericana de Panamá, que se celebrará el próximo mes. Morales comenzó aquí una gira de trabajo que también le llevará a Bielorrusia, Italia y El Vaticano, donde tiene previsto reunirse con el papa Francisco.

A pesar de que la visita inició con polémica, al negarse el mandatario español a dar la rueda de prensa conjunta habitual, Morales le restó importancia al asunto e insistió en hasta tres ocasiones que la crisis diplomática por el secuestro del avión está superada y olvidada.

Se refiere a los hechos que ocurrieron en la madrugada del pasado 2 de julio, cuando el mandatario boliviano partió de Rusia -donde participó en una reunión multilateral- rumbo a La Paz, pero durante el trayecto los gobiernos de Italia, Francia y España le prohibieron sobrevolar su espacio aéreo.

El motivo de la medida eran las sospechas filtradas por Estados Unidos de que en su avión viajaba Snowden, que en aquellos días estaba a la espera de ser asilado por algún país mientras se encontraba en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita de Sheremetyevo.

El avión necesitaba reabastecerse urgentemente de combustible, y finalmente, las autoridades bolivianas lograron que Austria accediera a abrirle su territorio y a que aterrizara su avión en Viena. Ahí permaneció secuestrado el avión presidencial varias horas, durante las cuales además recibió una petición formal del embajador español en Austria, Alberto Carnero, para que se tomaran un café en el interior de la aeronave y así corroborar que efectivamente no viajaba ahí Snowden Morales expresó entonces su profundo malestar con la diplomacia europea en general, y con los gobiernos de España, Francia e Italia en particular.