jornada


letraese

Número 206
Jueves 5 de Septiembre
de 2013



Director fundador
CARLOS PAYAN VELVER

Directora general
CARMEN LIRA SAADE

Director:
Alejandro Brito Lemus

pruebate




Antonio Ramírez

Armonizar las masculinidades

La imagen de un avión sobrevuela la cabellera larga y grisácea de Antonio Ramírez mientras sus pies se acercan a mi expectativa de conversar con él. Antonio, como le gusta que le digan sus amigas y amigos, recorre los pasillos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y ubica dos lugares para que la palabra y la memoria viva inicien su propia travesía.
Antonio es psicólogo, músico, maestro en dramaterapia, doctor en psicología clínica y, sobre todo, uno de los referentes de los grupos de reflexión de hombres que ejercen violencias en Latinoamérica. Él fundó y dirige el Centro de Capacitación para Erradicar la Violencia Intrafamiliar (CECEVIM), en San Francisco, California.

¿Cuándo se crea el modelo CECEVIM?
El modelo se consolida entre 1992 y 1995 y es una herramienta que tiene como finalidad erradicar la violencia en los hogares y pretende substituirla con la intimidad, actitud opuesta a la violencia.

¿Por qué es importante el apoyo de las feministas en este tipo de modelos?
Siempre busqué el apoyo de las compañeras feministas tanto en Estados Unidos como en México porque es fundamental que ellas tengan una mirada al trabajo que estamos haciendo. Yo tengo la suerte de que me han apoyado hasta ahora, pero en el momento que no me respalden lo dejo; no es discurso, es un trabajo propio.

¿Considera que se pueden hacer modificaciones al modelo CECEVIM?
Se vale, no es problema. Lo único que yo sugiero es que quitemos la competencia, que digan de dónde surgen las cosas, el crédito. Todo es modificable, pero la forma en que se hace es la diferencia. Yo no desarrollo el modelo en el vacío, tengo coincidencias con Julia Perilla y compañeras de Género y Desarrollo, Gendes (México). Por ejemplo, en San Francisco hablamos con las parejas de los hombres agresores, entre otros ejemplos.

En su libro Violencia masculina en el hogar, alternativas y soluciones incorpora las frases “este libro le va a mover el tapete, así que quiero prepararlo”. ¿Cuál es la intención de hacer esta advertencia?
Porque a mí se me movió el tapete totalmente. El libro no empezó como tal sino como aclaraciones de los conceptos que yo estaba trabajando. Escribí un par de capítulos y le pedí el favor a una amiga de que lo editara y, después de hacerle varias entregas, me puso una nota roja que decía: “¡Qué bestia!, estoy envuelta por un hombre violento, lo que compartes en este libro es lo que me está pasando, voy a terminar mi relación”.
Por este motivo, escribo esa frase en la introducción. En ese momento pensé que si este texto fue tan fuerte para ella, entonces también sería  muy confrontante para la persona que lo quiera leer.
 
¿Cuál es el tema de su siguiente libro y cuándo lo publicará?
El libro está en desarrollo y es un profundización de cada uno los conceptos del libro Violencia masculina en el hogar… desde las perspectiva de género. El texto está orientado a profundizar los porqués subrayando que el espacio social y cultural son modificables y para mí estos son los fundamentos para hacer un trabajo revolucionario. La competencia entre hombres es un tema crucial y son los códigos identificados los que nos advierten si estamos hablando desde la competencia o desde la cooperación.

¿Por qué es un trabajo revolucionario?
Se ha considerado a la revolución como algo externo –especialmente los hombres– pero, para que sea cierta, se debe implementar una educación interna la cual articula mi actitud conmigo, mi actitud con otra persona o personas y la relación entre éstas. Es un cambio interno el cual se hace por voluntad.

¿Cuántas personas se han formado en el modelo CECEVIM y en qué países está operando?
El modelo ha sido impartido a mil personas las cuales habitan en países como Uruguay, Panamá, México y cinco estados de Estados Unidos: Oregon, Georgia, Oklahoma, Baltimore y San Francisco.
 
¿Cuál es la proyección de los grupos de reflexión con hombres que ejercen violencia?
El proceso que hemos llevado a cabo está dirigido a decirles a los compañeros que hagan un plan para no ser violentos pero no les hemos dicho cómo hacerlo; la respuesta es la meditación. Si yo medito 15 minutos al día presto atención a lo que estoy pensando y puedo desapegar esas ideas de mi intelecto y dejo de ejercer violencia.
 
Si pudiera relacionar la música con el trabajo con hombres que ejercen violencia, ¿cómo podría definir esa pieza musical?
Uno de los conceptos que tomo de la música es la armonía y ésta es significativa para  combinar individualidades con el fin de crear un propio sonido. Además, como dijo una amiga, las relaciones tienen que ser éticas y estéticas y, si hacemos algo artístico con una pareja, esto se traduce en una relación, en armonía.

“¿Cómo te sientes?”, le pregunto a Antonio mientras contemplo su sonrisa cómplice. Él sabe que este cuestionamiento es recurrente cuando se trabajan con grupos de reflexión con hombres violentos. “Muy bien, es rico recordar estos aspectos de la vida.”

Antonio se levanta, camina un poco más rápido que mis pies cansados y se percata que miro los muñecos que cuelgan de su mochila. “¿Y por qué tienes esos muñecos?”, le pregunto mientras que intento agarrar uno. “Algunos los compro, otros me las regalan, pero ¿quieres que realmente te cuente por qué los tengo?, es que no quiero olvidar la curiosidad que tienen los niños y las niñas”. (Camilo Salas)

S U B I R