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¡Urgente, urgente, evaluación al Presidente!, la consigna

En el DF, la de ayer fue la marcha de los desinformados

A Chuayfett no le funcionó la amenaza de descontar el día a maestros

 
Periódico La Jornada
Jueves 5 de septiembre de 2013, p. 8

Esta es la marcha de los desinformados. Hasta que no vieron la aprobación de la última ley del paquete de la reforma educativa, los maestros del Distrito Federal salieron a las calles. A la marcha anterior acudimos 80, hoy, ya lo ves, somos 900, dice Juan Manuel Rendón, ex director de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros, mientras, a su lado, los futuros maestros gritan: ¡Oaxaca, aguanta, que el DF se levanta!

Desinformados son, según el Presidente de la República, quien atribuyó a esa circunstancia la oposición de los maestros a la reforma. O eran, porque hoy muchos marchan con copias de la Gaceta Parlamentaria donde se publicó la nueva Ley del Servicio Profesional Docente.

Esta es la marcha de los igualitarios, de los que quieren que la evaluación de los servidores públicos sea pareja. Grita un maestro megáfono en mano:

–¿Capital de Veracruz?

–¡Boca del Río! –responde el contingente en natural alusión a los gazapos presidenciales.

–¿Capital de Guerrero?

–¡Acapulco!

–¿Capital de Oaxaca?

–¡Huatulco!

El grito que sigue es unánime: ¡Urgente, urgente, evaluación al Presidente!

Se le quitaron los cuchillos más filosos

Esta es la marcha de los insultos. Los periodistas que empujan la rueda de la historia sobre aquellos que mandan al diablo las instituciones no han tenido empacho alguno cuando suben a la pantalla a los ciudadanos que, volante en mano, piden otra masacre como la del 68. También muestran las agresiones de exaltados profesores de la CNTE a ciudadanos que, inocentemente, acuden a Paseo de la Reforma con letreros para nada provocadores: Fuera, maestros flojos. No muestran otras escenas. En las cercanías del Auditorio Nacional, un señor de mediana edad voltea para un lado y otro. Halla su objetivo. Un profesor de fenotipo oaxaqueño, valga la maniquea expresión, es la víctima. Comienza a gritarle casi en la cara: ¡Nos están jodiendo desde hace días aquí en Polanco, güevones! Una guapísima profesora, chilanga, lo encara: ¿Qué dice? ¡Yo también soy maestra! El hombre se apoca. Lo suyo era con los nacos, con los indios, con los patarrajada que no lo dejan sacar el coche.

Esta es la marcha de la victoria, o de la derrota, nunca se sabe. La iniciativa original ha sufrido cambios importantes. Se le han quitado algunos de los cuchillos más filosos. Eso no lo podemos declarar públicamente, pide comprensión uno de los líderes de la coordinadora. Quizá sea cierto que la izquierda nunca sabe reconocer ni capitalizar sus triunfos. O quizá son verdaderas las versiones de un arreglo en lo oscurito con el gobierno, con el Congreso o con el pacto, un veneno que ningún jefe de la CNTE podría tragar sin ser quemado en leña verde en una asamblea maratónica. O tal vez, simplemente, es una cuestión de táctica.

Uno de los líderes duros de Oaxaca cuenta que las versiones fueron divulgadas por diputados de la corriente Nueva Izquierda del PRD, enojados porque los acusaron de traidores.

En todo caso, las versiones reflejan desinformación. Sólo quien no conoce a la CNTE y sus sinuosos métodos de toma de decisiones puede pensar que tres líderes sentados con unos diputados pueden garantizar un acuerdo.

Esta es la marcha de la defensa del empleo y la educación. Es una marcha grande, enorme para un movimiento que lleva una semana aguantando las versiones del inminente fin de su plantón. ¿Y qué va a pasar si no regresan a trabajar?, le preguntan al secretario de Educación, Emilio Chuayffet, en entrevista mañanera de televisión. Se aplicará la ley, dice, en su papel de Silabario de San Miguel del nuevo PRI. El titular de la SEP le echa leña a la hoguera cuando anuncia que la primera evaluación será en julio del próximo año. Aunque, claro, si le preguntan de la negociación con la CNTE, él se declara pedagogo, el Piaget de Atlacomulco.

Esta es la marcha de los desencuentros y las sospechas. Si no se divide y si sus líderes dejan de mirar el ombligo de sus demandas locales, la CNTE podría capitalizar el descontento que se extiende a otros estados.

Esta es la marcha del renacimiento de la coordinadora. Mucho grito suena fuera de sus bastiones. Los veracruzanos bloquean carreteras. Los quintanarroenses están en paro. Cinco municipios de Baja California suman 11 mil maestros en marcha. Cinco mil mentores vienen al relevo desde Michoacán. En Jalisco salen 2 mil a las calles. Los maestros celebran los reportes de 12 entidades con aplausos y gritos de ¡duro!

¿Qué esto sólo es cosa de la atrabiliaria y sureña CNTE, cuyo dominio se circunscribe a los estados con mayor atraso educativo? La prensa local recoge declaraciones de maestras de Chihuahua que manifiestan su apoyo a los compañeros del sur que están defendiéndonos de la reforma.

Esta es la marcha de las amenazas inútiles. Amenaza el secretario Chuayffet y uno de sus empleados, Luis Ignacio Sánchez Gómez, herencia de Elba Esther Gordillo, dice que el paro fue total en 148 planteles y parcial en 310, de un total de 5 mil 200. Claro que el mismo funcionario presumía, apenas la semana pasada, que en el DF sólo se habían sumado al paro 150 mentores. Esta vez, la cumplida amenaza del descuento –800 pesos no son poca cosa para alguien que percibe 8 mil– no le funcionó.

Esta es la marcha de la defensa del empleo y de la dignidad de los antiguos apóstoles, ahora convertidos en barbajanes gracias al linchamiento. Porque en ninguna de las consignas, en ninguna manta, en ningún cartel, se demanda aumento salarial.