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Desastre natural
Saqueos y escasa ayuda
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Tiendas departamentales ubicadas sobre el bulevar de las Naciones, en Acapulco, fueron saqueadas por habitanes de las colonias aledañas, como la Colosio o La PozaFoto Javier Verdin
Corresponsales
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de septiembre de 2013, p. 2

Acapulco, Gro., 17 de septiembre.

Más de 12 mil personas damnificadas permanecen en 47 albergues luego de los estragos que causó en el estado la tormenta tropical Manuel, entre ellos más de 11 mil viviendas dañadas, informó el gobernador Ángel Aguirre Rivero en conferencia de prensa en la octava Región Naval, acompañado de funcionarios federales.

Precisó que en la entidad suman 22 muertes por los efectos del meteoro. Detalló que en Acapulco suman 4 mil refugiados, más de mil 300 en Chilpancingo y el resto en los municipios de las regiones de Tierra Caliente y Costa Grande. Más de 10 mil guerrerenses han sido desalojados de zonas de riesgo.

Gerardo Ruiz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, informó que la Autopista del Sol se encuentra afectada por 20 derrumbes delicados y se espera que para el viernes se reanude parcialmente la circulación en esa vía. Apuntó que la carretera federal presenta cuatro cortes muy graves.

El funcionario federal reportó que este martes 2 mil 750 turistas fueron desalojados en vuelos privados y con apoyo de 20 aviones de las secretarías de la Defensa Nacional y la Marina.

En un comunicado, el gobierno de Guerrero informó que suman 11 mil 591 viviendas con daños mayores (5 mil en Acapulco, de las cuales 42 se derrumbaron), principalmente por inundaciones tras el desbordamiento de 25 ríos.

Fuentes del ayuntamiento porteño aseguraron que la ciudad se quedó sin agua potable, debido a que los aguaceros destruyeron las dos torres de los pozos que surten del líquido, y el sistema de bombeo colapsó.

Zona Diamante, una isla

La zona Diamante quedó convertida en una isla luego del desbordamiento del río La Sabana y la Laguna Negra de Puerto Marqués, que mantienen incomunicados a unos 20 mil habitantes de 30 colonias.

Camionetas particulares y de la Policía Federal (PF) transportan a residentes y turistas desde el crucero de Puerto Marqués a localidades contiguas, hasta donde el agua lo permite.

Por otro lado, crecen las quejas de habitantes por falta de energía eléctrica, comida, agua y transporte. Priva el desorden y la desinformación. Tenemos familiares que viven en casas de la (colonia) Colosio y no sabemos nada de ellos, comentó Verónica Ruiz, habitante de la colonia Dragos.

Este martes tuvieron lugar dos protestas de ciudadanos que claman por ayuda, una en la zona poniente, a la altura de la colonia Jardín, y otro en la periferia, en la colonia Alborada.

Si bien 50 por ciento del territorio quedó anegado, hay zonas, entre ellas donde se ubica la avenida Costera Miguel Alemán, que no sufrieron daños y están transitables; sin embargo, los habitantes de esos sectores permanecen aislados debido a que no pueden trasladarse a otros sitios.

En puntos distintos del polo turístico se reportaron actos de rapiña. En el bulevar de las Naciones, en la zona Diamante, decenas de personas abrieron por la fuerza y extrajeron diversos artículos de las tiendas Steren y Extra, y al Costco lo saquearon totalmente.

Efectivos de la Marina que patrullan Puerto Marqués quitaron a los saqueadores objetos suntuosos o de diversión, como pantallas, y sólo permitieron que quienes buscaban víveres los llevaran a sus hogares.

La zona rural del puerto también resultó gravemente afectada. Unos 5 mil habitantes de siete poblados asentados en los bienes comunales de Cacahuatepec, del otro lado del río Papagayo, permanecen aislados por las inundaciones.

Durante un recorrido por la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, Aguirre Rivero y Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social federal, recibieron reclamos de pobladores por falta de agua y comida. Formadas afuera de la tienda Walmart Diamante, unas 600 personas esperaban ingresar al supermercado.

Al percatarse de la presencia del mandatario, lugareños y viajeros reprocharon que no los dejaban entrar. ¡Tenemos sed y hambre, no queremos regalado! ¡No hay luz! ¡Adónde vamos ir por las despensas! ¡No hay agua!

Aguirre Rivero y Robles Berlanga descendieron del vehículo de la Marina que los trasladaba. Una mujer de unos 50 años salió llorando de entre la multitud y abrazó al mandatario pidiéndole ayuda: perdimos todo, gobernador.

Después, las autoridades se trasladaron al Foro Imperial, habilitado como albergue, donde cientos de damnificados apenas cuentan con comida y agua.

Cientos de calles de Chilpancingo quedaron destrozadas por la fuerza de la corriente del río Huacapa, que arrastró 20 pipas de agua; más de 200 casas resultaron con daños mayores, 15 de ellas, del fraccionamiento Don Eli, se derrumbaron y muchas más están apunto de colapsar, sobre todo las ubicadas en los márgenes de ese cauce.

En la capital del estado no hay servicio telefónico ni Internet; ningún banco funciona; hay apagones intermitentes en varios sectores de la ciudad y se reportan actos de rapiña.

Alerta por el río Balsas

Habitantes de Ajuchitlán del Progreso, Ciudad Altamirano, San Miguel Totolapan, Tlapehuala y Zirándaro reportaron a Radio Universidad que miles de personas se encuentran damnificadas tras el desbordamiento del río Balsas y el desfogue de la presa El Caracol. Pidieron ayuda a autoridades de los tres niveles de gobierno y les reclamaron que centren su atención en Acapulco y Chilpancingo.

La carretera que comunica a Iguala con Chilpancingo quedó destruida por la corriente del río Mezcala, cauce que más adelante se convierte en el Balsas.

En Coyuca de Catalán, un tramo del puente que conduce a esa localidad se desplomó y la localidad se encuentra incomunicada; en Zirándaro, varias zonas quedaron completamente cubiertas por el agua, entre ellas la Hacienda Vieja; en la localidad vecina de San Jerónimo, municipio de Huetamo, Michoacán, el cementario quedó bajo el agua.

Más de cinco mil damnificados y cientos de casas dañadas dejó el desbordamiento de la Laguna Negra, cuyas aguas anegaron la mitad de la cabecera municipal de Tixtla.