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Desastre natural

En Acapulco, el impacto fue del agua que bajó de la sierra, más que la lluvia

Ningún boletín de Conagua alertó sobre posibles riesgos en Guerrero
 
Periódico La Jornada
Miércoles 18 de septiembre de 2013, p. 5

Por medio del protocolo de Alerta Temprana se informó a los estados sobre las características de los fenómenos hidrometeorológicos que afectarían las costas del país, pero la presencia de dos eventos es algo inédito, al menos en esta intensidad. No había ocurrido una tormenta tropical con un huracán, señaló la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Sin embargo, en los boletines divulgados el jueves 12 de septiembre para los medios de comunicación y el público en general no se menciona que Guerrero estaba en riesgo por la presencia de algún fenómeno natural en el océano Pacífico, aunque desde ese día las lluvias ya se presentaban; sólo se alertaba que para el sábado existía alto potencial de chubascos con tormentas muy fuertes en diversos estados, entre ellos Guerrero.

Oscar Pimentel, coordinador general de atención de emergencias y consejos de cuenca de la Conagua, explicó que en dicha entidad las lluvias fuertes empezaron el jueves; el viernes dieron inicio afectaciones graves y sábado y domingo fue una situación de desastre.

En entrevista, explicó que por medio de la Alerta Temprana, cuando hay algún fenómeno de importancia, hasta con 72 horas de anticipación se envían oficios directamente a los gobernadores, quienes deben convocar a los comités estatales de protección civil, y también al Sistema Nacional de Protección Civil. Además, se informa a las direcciones locales de Conagua y a los organismos de cuenca.

En el caso de la entrada de Ingrid, por el Atlántico, y Manuel, por el Pacífico, dijo, se avisó “fenómeno por fenómeno. No se detectaron al mismo tiempo. Se siguió a Ingrid desde que estaba a cientos de kilómetros de las costas, y en cuanto se detectó cada uno se dio el reporte a los estados”. Los días 12, 13 y 14 de septiembre se indicaron las características de los fenómenos en ambas costas.

Consideró que en Acapulco, más que las lluvias, el impacto fue el agua que escurre de la sierra. No se sabe la cantidad que es; hay cuencas donde hay periodos más largos de escurrimientos. No es un problema atribuible a que la autoridad actuó fuera de oportunidad. Más bien la velocidad con que se dio el fenómeno.

Sobre la presencia de Manuel, dijo que se informó en cuanto se supo que podría haber afectaciones en los estados. Las 72 horas antes es una norma del protocolo, pero se sujeta al comportamiento de los fenómenos; a veces hay más tiempo para avisar. El criterio general es que se emite la alerta en cuanto se detecta el evento.

Pimentel insistió que el Servicio Meteorológico Nacional emitió a tiempo la alerta sobre las consecuencias de la combinación de estos dos fenómenos: primero se dio el aviso de uno y luego se previó el peligro que los dos podrían representar. Se informó a los gobiernos de los estados.

Añadió que las inundaciones no se pueden evitar en ningún lugar del mundo; se debe actuar con alertas tempranas y con tiempo para avisar a la población. Desde el lunes pasado se empezó a avisar sobre los fenómenos que afectarán Yucatán, donde hay áreas de baja presión que generarán mayor humedad y más precipitaciones.