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Movilización indígena en Brasilia
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Cerca de mil representantes de comunidades indígenas y de descendientes de esclavos africanos en Brasil exigieron ayer al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff respeto a sus derechos y sus tierras, y pidieron que se reconozca el aporte que hacen al país. Líderes dijeron que llegaron a la capital para dialogar con el CongresoFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de octubre de 2013, p. 24

Brasilia, 1° de octubre.

Cerca de mil representantes de comunidades indígenas y de descendientes de esclavos africanos en Brasil exigieron este martes al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff respeto a sus derechos y sus tierras, y pidieron que se reconozca el aporte que hacen al país.

Con los rostros pintados y el cuerpo cubierto de trazos negros con distintas figuras geométricas, con plumas multicolores en la cabeza, lanzas y flechas, los indígenas transitaron por los alrededores del Palacio de Planalto -sede de la presidencia-, el Palacio de Tribunales, el Congreso y los ministerios en el Distrito Federal.

Dilma, respeta a tu gente, gritaron al pasar por los exteriores del palacio presidencial, fuertemente custodiado por la policía. El recorrido lo hicieron al son de cánticos tribales que retumbaban entre los edificios de la explanada de los ministerios.

La tierra indígena no puede convertirse en latifundio o Por la demarcación inmediata del territorio indígena, eran algunas de las frases que se leían en los carteles que llevaban los manifestantes.

Antes de iniciar la marcha, los caciques de las comunidades aclararon que, si bien muchos de sus antepasados son guerreros, esta manifestación era pacífica.

Estamos aquí los distintos pueblos, no para ejercer violencia alguna, sino para dialogar con el Congreso. Nos preocupan las leyes que perjudican a nuestros pueblos, por eso estamos aquí, dijo el célebre cacique Raoni, de la etnia kayapó, utilizando la lengua jê, propia de su comunidad.

Takakire, otro representante kayapó, explicó a la Afp que fueron recibidos por parlamentarios este martes pero que no quedaron satisfechos.

La principal preocupación que tienen las comunidades es el respeto a sus tierras, que son depredadas por plantaciones de soya y el ganado, sostuvo.

En tanto, otros representantes también destacaron el aporte cultural de sus comunidades al país, por ejemplo, en las tradiciones y el turismo.

Si hoy existe una comida típica y una comida típica de Brasil, es porque un indio o un negro las preservó, dijo Nubia de Souza, representante de la Coordinadora Nacional Quilombola (Conaq).

En su página de Internet, el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (INCRA) describe a la comunidad quilombola como un grupo étnico, predominantemente constituido por población de raza negra rural y urbana.

El nombre de su comunidad proviene de quilombo, como se conocía en el país al lugar en donde se concentraro y orgfanizaron políticamente los esclavos que huían de las haciendas. El INRA reconoce más de 3 mil comunidades quilombolas en Brasil.

Varios pueblos indígenas de esta nación sudamericana han denunciado ser víctimas de violencia.

Según un estudio hecho por el Consejo Indigenista Misionero (CIMI), la violencia contra las comunidades nativas creció más del triple entre 2011 y 2012 en Brasil, en muchos casos por la disputa por la tierra con los grandes hacendados.

Un total de mil 276 indígenas sufrieron violencia en 2012, contra 378 en 2011, reveló el informe anual del CIMI.

El estudio considera violencia las amenazas de muerte, los homicidios, los intentos de asesinato, el racismo, las lesiones corporales y las agresiones sexuales.

En Brasil viven 896 mil 900 indígenas de 305 etnias, menos de 0.5% de la población de 194 millones de personas.

Las tierras indígenas ocupan 12 por ciento del territorio, buena parte en la Amazonía. Hay muchas tierras pendientes de reconocimiento en áreas pobladas y ocupadas por colonos para la agricultura.