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Antepuso el interés de los desarrolladores turísticos: Pedro Álvarez Icaza

El gobierno de Guerrero obstaculizó el ordenamiento ecológico de Acapulco

El desastre en el puerto, llamado de atención para Cancún, afirma ex funcionario de Semarnap

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Los alumnos de la escuela Plan de Ayala, en el poblado Parotillas, realizan labores de limpieza en el plantel para poder volver a clasesFoto Pedro Pardo
 
Periódico La Jornada
Viernes 4 de octubre de 2013, p. 13

El ordenamiento ecológico del territorio de Acapulco no se concretó en el sexenio de Ernesto Zedillo, porque el gobierno estatal antepuso los intereses de los desarrolladores turísticos e inmobiliarios y no hubo voluntad política, afirmó Pedro Álvarez Icaza, quien fue director de Ordenamiento Ecológico de la entonces Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnap).

En entrevista, detalló el proceso que se dio para la elaboración de ese ordenamiento después que el huracán Paulina devastó Acapulco en 1997, sobre lo cual se trabajó en un ambiente de tensión y dificultades de convivencia con el gobierno de Guerrero, al frente del cual estuvieron Ángel Aguirre y, a partir de 1999, René Juárez.

Indicó que en los lugares donde sí se concretaron los ordenamientos ecológicos, el desarrollo ha sido distinto, y puso como ejemplos el corredor de Tulum a Chetumal y la Costa Alegre de Jalisco.

Advirtió que el desastre de Acapulco es una llamada de atención para Cancún, donde la intrusión salina ya llega a los cimientos de los hoteles. En este centro turístico se estableció el primer ordenamiento ecológico, pero ha habido tres modificaciones a la regulación. Se buscó hacerlo más estricto por los huracanes y la pérdida de playa, como ha pasado, pero hubo una oposición feroz y no se logró reducir la densidad del uso de suelo.

Si no se adoptan medidas lamentaremos otras tragedias

En Cancún, la primera consecuencia de los huracanes es la pérdida de playas en la lengüeta de la zona hotelera, a tal grado que se lleva arena de otros lugares. Lo que pasó en Acapulco es un aviso para Cancún. Si no se adoptan medidas de regulación más drásticas, de protección de zonas de humedales, un día vamos a lamentarlo.

Recordó que cuando llegó el huracán Paulina ya había un trabajo entre la Semarnap y el gobierno de Guerrero, y estaba el antecedente de demandas por las construcciones ilegales en Punta Diamante, donde había encono porque la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente había demostrado que todos los permisos otorgados eran ilegales.

En el ordenamiento ecológico del territorio se incluyó toda la bahía de Acapulco, y a partir de los estudios se concluyó que había que ordenar y poner intensidades de uso de suelo, reubicación de asentamientos y limitar el crecimiento tanto urbano como de desarrollos turísticos de gran escala, sobre todo en Acapulco Diamante.

Tuvimos meses de trabajo y terminamos la propuesta para que el gobierno de Guerrero decretara el ordenamiento ecológico del municipio, pero había mucha presión de los desarrolladores, porque no aceptaban que hubiera limitantes ambientales. No teníamos apoyo del estado, no había interés real, sólo querían salir de la tensión con la Semarnap.

El ordenamiento ecológico, apuntó, es responsabilidad de los estados, la secretaría coadyuva, y se requiere del aval del cabildo para que ese instrumento sea legal. No logramos que lo decretaran y terminó la administración federal.

Planteó que si en aquel momento no se quiso escuchar a los especialistas, hoy escuchen a la naturaleza. Aún hay áreas que se pueden conservar y trabajos que hacer en la laguna de Tres Palos y en los ríos, cono el Papagayo.