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Murió el nazi Priebke
 
Periódico La Jornada
Sábado 12 de octubre de 2013, p. 21

Roma, 11 de octubre.

El nazi Erich Priebke, condenado en 1998 a cadena perpetua en Italia por la matanza de las Fosas Ardeatinas en 1944, y uno de los últimos criminales nazis con vida, murió este viernes a los 100 años en Roma, anunció su abogado.

Horas más tarde, el gobierno de Argentina anunció que no autoriza que Priebe sea sepultado en Bariloche, donde vivió más de 40 años, hasta 1994 cuando fue detenido.

El ex oficial alemán de las SS murió en su residencia de la capital italiana, donde permanecía en arresto domiciliario.

Priebke, quien cumplió un siglo de vida el pasado 29 de julio, fue uno de los oficiales que organizó la matanza en unas cavernas a las afueras de Roma de 335 civiles, entre ellos 75 judíos, ejecutados con un tiro en la nuca el 24 de marzo de 1944, en represalia por un ataque de la resistencia contra una unidad de las SS.

Detenido en Argentina en 1994 tras haber vivido tranquilamente en ese país más de 40 años, extraditado y juzgado en Italia, donde cumplió reclusión domiciliaria por razones de salud, Priebke, jamás ofreció disculpas, ni manifestó arrepentimiento alguno.

Según su apoderado, Paolo Giachino, Priebke no será instalado en una cámara ardiente y su cuerpo sería enviado a Argentina, para ser enterrado en Bariloche, al lado de su esposa.

Pero la cancillería argentina informó en un tuit que "el canciller Héctor Timerman ha dado orden de no aceptar ningún trámite que permita el ingreso del cuerpo del criminal nazi Erich Priebke a nuestro país. Los argentinos no aceptan este tipo de afrentas a la dignidad humana".

El ex capitán nazi gozó del apoyo de varios movimientos pro-nazis de Italia y Europa, que le garantizaron asistencia legal y médica hasta el final de su vida.

Según contó al diario Il Corriere della Sera uno de sus amigos, Mario Merlino -conocido como el "profesor negro" por su militancia fascista- el ex capitán alemán se había convertido en los últimos años al cristianismo, leía textos sagrados y solía recogerse a meditar tras haber perdido casi completamente la memoria.

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El nazi Erich Priebke, condenado en 1998 a cadena perpetua en Italia por la matanza de las Fosas Ardeatinas en 1944, y uno de los últimos criminales nazis con vida, murió ayer a los 100 años en Roma, informó su abogado. Horas más tarde, el gobierno de Argentina anunció que no autoriza que Priebke sea sepultado en Bariloche, donde vivió más de 40 años y hasta 1994, cuando fue detenido. El ex oficial de las SS falleció en su residencia de la capital italiana, donde permanecía en arresto domiciliarioFoto Ap

Hace 10 años, una fiesta organizada por sus 90 años en una finca, así como la salida pública a un restaurante suscitaron protestas en Italia.

Su presencia en un restaurante romano en 2011 acompañado por amigos, fotografiada por la popular revista Oggi, causó indignación, en particular de la comunidad judía, que pidió que se revise su caso.

Priebke fue autorizado en 1999 a dejar su domicilio "durante el tiempo estrictamente necesario para la satisfacción de necesidades indispensables", como las visitas médicas.

Los familiares de las víctimas de la mayor matanza cometida por las tropas nazis en Italia esperaron por años que ofreciera disculpas por el papel que jugó como responsable de la operación.

Durante el proceso celebrado en Roma, Priebke, que compareció en varias audiencias, aseguró que se limitó a "cumplir órdenes".

Sebastiano di Lascio, abogado de la asociación de familiares de víctimas de la matanza, tildó de "chocante" la negativa del ex oficial nazi a presentar disculpas.

El hecho de que Priebke lograra vivir hasta los 100 años, mientras sus víctimas, algunas de las cuales tenían 17 o 18 años nunca lograron envejecer, era inaceptable para los sobrevivientes y familiares.

La masacre de las Fosas Ardeatinas, en marzo de 1944, fue ordenada en venganza por una bomba que hicieron estallar los partisanos en las calles de Roma, que mató a 33 soldados alemanes. Se cree que fue el propio Adolfo Hitler quien ordenó que se asesinaran a 10 personas por cada alemán muerto. Las víctimas fueron reunidas en el barrio judío y otras, sobre todo detenidos políticos, fueron trasladadas desde las cárceles a una red de cavernas en las afueras de la ciudad, donde fueron ejecutados.

La matanza duró horas y Erich Priebke era uno de los oficiales que la organizó.