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Al menos mil pobladores de la Montaña han emigrado tras perder cultivos: Tlachinollan

Damnificados de Guerrero se hacen jornaleros para subsistir

Colonos de Acapulco analizan la posibilidad de mudarse ante los estragos causados por Ingrid y Manuel

Policías comunitarios y normalistas se quejan de acoso de militares de élite en Tixtla

Foto
Habitantes de Guerrero que perdieron sus cosechas a causa de los fenómenos meteorológicos Ingrid y Manuel han emigrado al norte del país para trabajar en los campos agrícolas. En la imagen, socorristas y militares siguen buscando cuerpos en la comunidad de La Pintada, municipio de Atoyac de Álvarez, donde 73 personas perecieron y 40 viviendas fueron sepultadas por un alud el 16 de septiembreFoto Óscar Alvarado
Corresponsales
Periódico La Jornada
Lunes 14 de octubre de 2013, p. 35

El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan informó que casi, un mes después de las tormentas Ingrid y Manuel, más de mil habitantes de la región de la Montaña han dejado sus hogares por haber perdido sus cultivos de maíz, frijol, plátano y café, y emigraron al norte del país para trabajar de jornaleros agrícolas.

En un comunicado, Tlachinollan destacó este domingo que el Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña de Guerrero (CJAM) registró entre el 27 de septiembre y el 12 de octubre de 2013 la salida de cerca de mil personas que migraron desde la Montaña para emplearse de jornaleros agrícolas en Sinaloa, Sonora, Baja California, Baja California Sur y Chihuahua, entre otros estados.

El CJAM determinó que el comedor comunitario que atiende a los jornaleros no puede seguir operando, debido al desabasto y a que no ofrece atención integral, como había prometido el gobernador Ángel Aguirre Rivero durante la instalación de la Comisión Intersecretarial para la Atención y Apoyo a Jornaleros Agrícolas Migrantes en julio de 2013.

Mientras, habitantes de la unidad habitacional Luis Donaldo Colosio, ubicada a un kilómetro del hotel Princess de la zona Diamante de Acapulco, buscan otro sitio para vivir, ante la zozobra que les dejaron las lluvias, las corrientes de agua en las calles, la rapiña, los vehículos arrastrados, el lodo acumulado, el calor sofocante y el polvo acumulado en aproximadamente 10 mil viviendas.

Jennifer Palacios, casada y con tres hijas menores, sufre pesadillas por Manuel desde septiembre, pues aunque su casa no se inundó, recuerda la fuerza de la corriente. Fueron días de desesperación. El sábado 14 empezó la inundación en los accesos; después de la medianoche empezó a subir el agua porque la lluvia no cesaba, relató.

A las 7 horas del 21 de septiembre, la Secretaría de Marina evacuó viviendas de dos pisos cubiertas por las aguas desbordadas del canal del río La Sabana. Al mediodía nos cortaron la luz, a las 16 horas el agua, y de ahí todos salimos espantados. Los marinos nos avisaron que el único sitio seguro era donde estábamos, pero nadie nos decía por qué. No dormimos en toda la noche.

Mario Sánchez, también vecino de la unidad Colosio, lamentó: La verdad, me fue mal. Ya no quiero vivir allá. Hay un chingo de polvo y muchos rateros.

Mientras, brigadas de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria (CRAC-PC) y unos 100 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa iniciaron ayer la limpieza de calles en Tixtla, la mitad inundadas por los aguaceros que dejaron Manuel e Ingrid.

Gonzalo Molina, promotor de la CRAC en Tixtla, aseguró que los acosaron grupos de élite del Ejército Mexicano entrenados para matar con los kaibiles de Guatemala y en Israel.

Policías comunitarios y normalistas empezaron a barrer y a recoger basura en calles aledañas al barrio El Santuario, hasta llegar a la iglesia ubicada en el centro de Tixtla, inundadas por las aguas de la Laguna Negra, que continúa su desfogue, dijo Molina.

Llegó un cuerpo de fuerzas especiales y nos preguntamos qué hacían aquí. Nos rodearon y nos presionaron para que nos retiráramos porque supuestamente sólo veníamos a tomarnos la foto, lo cual es falso. Los soldados son los que vienen, están un rato y se van. Desde que se inició la inundación hemos estado con nuestro pueblo, y si no, que nos desmientan los propios ciudadanos, dijo el promotor de la CRAC.