Opinión
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Balance de la Jornada

A Costa Rica con Jiménez y Peralta como punta de lanza

E

l triunfo apurado sobre Panamá en el estadio Azteca dejó una lección principal y es que los foráneos o llamados europeos no pueden ser la base de la selección. Su rendimiento es muy inferior al que muestran los jugadores que militan en la liga nacional con Cepillo Peralta y Raúl Jiménez a la cabeza.

En todo caso pueden ser buenos refuerzos, jugadores de 45 minutos. Con ellos como columna vertebral el Tri de José Manuel de la Torre fincó su estrepitoso fracaso.

El Chaco Giménez dejó sin argumentos a quienes refunfuñan por la presencia de naturalizados en el Tricolor. Mil veces preferible el Chaco que intrépido y con arrojo suicida disputa cada balón, y que incluso sangrando a chorros quiere regresar a la batalla para no dejar en desventaja a los suyos –como si en ello le fuera la vida–, a la soberbia y capricho de Carlos Vela. Giménez y Lobos saben que en la cancha se espera algo más de ellos y están listos para dar ese plus.

Vucetich, con su carácter bonachón, accesible pero firme, logró distender el ambiente en la selección nacional, tanto dentro como fuera; algo que bien pudo hacer Luis Fernando Tena, también de carácter afable y que sabe tejer lazos fraternales hacia los jugadores, pero al Flaco le pesó en exceso la lealtad no sólo hacia el jefe y amigo, sino también al esquema que, como ya se dijo, esperaba conseguir todo en base a los inconsistentes europeos.

Dice Sergio Bueno que Vucetich, quien ha ganado 13 de sus 14 finales, tiene una buena estrella y la fortuna le sonríe de forma permanente. Es posible que no sea tanto así. El Rey Midas trae consigo una cauda de 23 años de experiencia en la que no faltaron las derrotas y ceses.

Una gran virtud es saberse retirar en el momento justo y no aferrarse a un equipo sólo porque ya logró un título, y luego todos –directiva y afición– esperan muchos más, como si fuera cosa de desgranar cuentas. Después de haber hecho campeón a Tecos los Leaño hablaron de ofrecerle un contrato por 20 años. Vucetich rió comprensivo. Hoy la broma es: “¡Si Vuce hizo campeón a Tecos entonces sí es muy bueno!”

Cuando Justino Compeán le ofreció por primera vez dirigir al Tri, rehusó por motivos personales que todos entendieron, vivía un momento difícil a causa de su viudez. No obstante, estaba escrito que tarde o temprano se tendría que sentar en el banquillo candente. Fue cosa de llegar y enseguida aplicó una fórmula muy similar a la del Piojo Herrera en el América, sacudir la presión del entorno prodigándose sin cortapisas.

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Chaco, luego de recibir un golpe en la cabeza en el partido ante PanamáFoto Jam Media

A ambos les sale natural, tal vez Miguel se excede porque le gustan los micrófonos y es muy sociable. Vuce se dosifica pero sabe romper el hielo, ríe con franqueza y no desdeña ocasión de gastar el ingenio en bromas. También buscó de inmediato el diálogo directo con los jugadores, es experto en manejar egos desbordados, como lo hizo en su momento con el Chupete Suazo y con el pleititos Ángel Reyna.

Los reglamentos estrictos y con sanciones pueden ser buenos en etapa formativa, con selecciones menores, pero con las mayores queda claro que son contraproducentes, crean mal ambiente y hasta resentimientos. El Chepo de la Torre aplicó la normativa disciplinaria diseñada por su hermano Néstor, casi de estamento militar, y sencillamente no gustó al plantel porque exhibe al futbolista.

Los jugadores entienden que son personas públicas y el modelo a seguir de muchos niños, por lo que deben observar una buena conducta dentro y fuera de la cancha, pero, cuando se tiene dinero, juventud y fama, hay que dar cauce inteligente para el disfrute de esos tesoros que pocas veces se conjugan. Imposible someterlos a un régimen monacal.

La victoria del viernes con el golazo de Jiménez sirvió no sólo para atrapar tres puntos vitales, el Rey Midas celebró además haber sacudido fantasmas: Volver a anotar en el estadio Azteca, reconciliarse con el público de probada fidelidad, y empapar de buen ánimo y confianza a los jugadores. Ahora el reto es aprovechar cada minuto para pulir el funcionamiento en el campo de juego.

Los nervios de los federativos mexicanos siguen a tope, el duopolio televisivo sufre, pues la misión es grave. Los ticos ya esperan con el hacha desenterrada: Todos queremos a México fuera del Mundial, clamó el delantero costarricense Jerry Palacios. Sus compañeros han hecho eco: A nosotros nos dejaron fuera en el último minuto, no vamos a tener compasión, advirtió Joel Campbell.

Nueva Zelanda espera, merodea... Para ir a la repesca el empate sirve, pero la exigencia es el triunfo porque Honduras tiene casi en la bolsa el último boleto directo ante los eliminados Reggae Boyz. México está optimista porque cuenta con el iluminado Raúl Jiménez, al enjundioso Cepillo Peralta y al Rey Midas al frente del equipo que este lunes viajará a San José.