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Yaquis, publicado por Planeta, es el libro más reciente del escritor Paco Ignacio Taibo II

El PRI quita fulgor a momentos de resistencia popular inmensos

Reivindica a esa comunidad y desblanquea la imagen porfirista que algunos historiadores conservadores intentan reconstruir

Otra vez en nombre del progreso avanza un capitalismo salvaje, dice

Todo mundo habla del genocidio nazi, pero nadie del genocidio contra los yaquis

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Paco Ignacio Taibo II, en su casa, durante la charla con La JornadaFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de octubre de 2013, p. 4

El escritor Paco Ignacio Taibo II (Gijón, 1949), en su libro más reciente titulado Yaquis: historia de una guerra popular y de un genocidio en México, intenta entre otras cosas devolver a esa etnia su historia, a la vez que desblanquear la imagen porfirista que algunos historiadores conservadores intentan reconstruir: Porfirio Díaz, el progreso, los ferrocarriles, el desarrollo económico.

Para el autor existe “un terrible paralelo con la historia contemporánea en nuestro país. En estos momentos, otra vez en nombre del progreso hay un avance de un capitalismo salvaje, neoliberal, al que le importa un bledo la nación y los ciudadanos. Es la búsqueda del botín.

El gran problema de la historia de México para los mexicanos es que ha sido secuestrada durante muchos años. La historia se volvió un botín ideológico del poder, justificativo. Nosotros somos la revolución, somos la reforma, somos todo y se los vamos a dar al consumo, en ceremonias escolares pinches en que los niños se mueren de calor y quedan insolados, en nombres de estaciones del Metro, en estatuas y en libros de texto gratuito malos. El PRI construye esta imagen de somos la paz después de... y ablanda a los personajes y momentos clave de la historia de México. Les quita fulgor, brillo, lo que son, momentos de resistencia popular inmensos.

Siempre defendieron su tierra

En la contraportada de Yaquis... (Planeta) aparece la siguiente frase demoledora de Taibo II: A lo largo de los años explorando el pasado de México he encontrado historias canallescas y miserables, pero de todas ésta es la peor y al mismo tiempo la más grandiosa.

Hace seis o siete años el autor se enfrentó al enigma del genocidio del pueblo yaqui que duró, ya de manera desatada, de 1905 a 1911, aproximadamente, porque redujo la tribu de 30 mil personas a una quinta parte”. De hecho, si lo pones en dimensión, es un genocidio más atroz que el de los judíos en la zona que ocupan los alemanes de Europa. Todo el mundo habla del genocidio nazi, pero nadie habla en México del genocidio contra los yaquis.

Taibo II recorrió en dos ocasiones la zona del río Yaqui, para ver los restos pétreos, los edificios militares en ruinas, las iglesias, las tumbas, los campamentos, los lugares de las masacres.

Luego, me metí de cabeza en los archivos sonorenses en Hermosillo y Ciudad Obregón, después la prensa.

Ante la pobreza de la prensa mexicana, recurrió a la estadunidense y se sorprendió ante el interés por ese estado: Sonora era pensado por una parte de las élites como un posible botín dado los mitos de la tierra repleta de minas. Curiosamente, en la zona yaqui no hay minería, sólo el río y su enorme riqueza.

Después realizó trabajos complementarios en archivos mexicanos, es decir, militares: “Es una historia completa de huecos o donde sólo tienes una voz que es el parte militar y éste miente. Dice: había 2 mil yaquis en el frente; mentira, no podía haber en ese momento. Las caballerías yaquis no eran más de 200, no hay caballos en la zona yaqui. Las armas. Entonces, combatimos y matamos 150 indios y rescatamos cuatro rifles. En el libro hay una enorme precisión para demostrar qué tipo de guerra era.

El libro se armó con una estructura de pequeños capítulos que cuentan la evolución de la guerra popular yaqui en resistencia contra los barones de Sonora, su historia, cómo se construye el proyecto capitalista de robarse el río Yaqui. Era el negocio.

–¿Esto es equiparable con la matanza de nativos en Estados Unidos?

–Desde otra perspectiva. El impulso que destruyó las comunidades indígenas estadunidenses es de colonización, impulsado a veces de una manera más brutal por el descubrimiento de minas, de la construcción del ferrocarril. Aquí, la concentración es sobre una zona no conflictiva.

“Los yaquis eran un pueblo con una estructura democrática, una estructura religiosa muy sólida, una vida cultural muy intensa, un pueblo de agricultores armados porque siempre defendieron su tierra. No estaban en la ruta del ‘progreso’ hasta que los barones de Sonora deciden apropiarse del botín”.

Yaquis... será presentado en varias ferias del libro: mañana, en Monterrey; el sábado 19, a las 19:30 horas, en la del Zócalo de la ciudad de México; el 26, en Hermosillo; el 22 de noviembre, en Monclova, y el 7 de diciembre en Guadalajara.