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Se pondrán en riesgo miles de empleos y proyectos de inversión en el sector

Perderán competitividad las aerolíneas nacionales si gravan la turbosina: ASPA

La reforma hacendaria tiene como finalidad privatizar el petróleo, afirma Martí Batres

 
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de octubre de 2013, p. 7

La turbosina es 7 por ciento más cara en México que en el extranjero, por lo que gravar este combustible, como se propone en la iniciativa de reforma hacendaria, provocaría de inmediato un incremento adicional en el costo de los boletos de avión, se reduciría el número de pasajeros, así como los planes de inversión y la creación de empleos en la industria aérea.

El dirigente de la Asociación Sindical de Pilotos de Aviación (ASPA), Carlos Manuel Díaz Chávez Morineau, consideró que el costo de ese impuesto recaerá sobre las líneas aéreas mexicanas, porque las extranjeras quedarán exentas, por lo que las empresas nacionales perderán competitividad.

El gravamen que se pretende imponer a la turbosina pone en riesgo a la industria aérea mexicana, por lo que ASPA rechaza en forma total esa propuesta, debido a que carece de sentido económico e incluso ambiental, y sólo pone en riesgo el crecimiento del sector y los miles de empleos que genera, indicó el capitán Díaz Chávez.

Falso, que se trate de promover políticas sociales

El presidente del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Martí Batres Guadarrama, señaló que la reforma hacendaria tiene como finalidad facilitar la privatización del petróleo. Su propósito es contar con recursos que sustituyan las pérdidas de ingresos derivadas de esa privatización.

En conferencia de prensa, Batres aseguró que es falso que la reforma esté hecha para promover políticas sociales, como el seguro de desempleo o la pensión para adultos mayores, ya que esos programas tendrían un costo menor a uno por ciento del total del presupuesto anual. Eso quiere decir que podrían realizarse con un simple ajuste presupuestal sin aumentar impuestos.

Acerca de la propuesta de gravar con un peso el litro de refrescos y bebidas azucaradas, Robert Lustig, neuroendocrinólogo estadunidense, aseguró que para disminuir el consumo de azúcar, particularmente de la alta fructosa, que es la que ha invadido el mercado de los alimentos, se requiere aplicar un impuesto alto a esas bebidas.

Ayer, en conferencia, resaltó que aplicar dos centavos por onza en Estados Unidos significaría reducir 46 por ciento del consumo de ese bebida en su país. Mientras que en México, de acuerdo con Alejandro Calvillo, de El Poder del Consumidor, aplicar un impuesto de dos pesos reduciría 20 por ciento el consumo de bebidas azucaradas.

Calvillo señaló, con base en datos de la Secretaría de Salud, que en México el costo de la epidemia de obesidad se calcula en 80 mil millones de pesos y se estima que en cinco años se elevará a 150 mil millones.

Dijo que si se mantiene la propuesta de gravar esas bebidas con un peso por litro se obtendrían 12 mil millones, y con 2 mil millones de ese monto se podrían instalar bebederos en las escuelas de educación básica.