Opinión
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Economía Moral

Excelente número temático de una revista sobre pobreza y política social

Fulcrum, revista de la Escuela de Lancaster, es la agradable sorpresa

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ace pocos días llegaron a mis manos dos números temáticos sobre pobreza de las revistas Ibero (N° 27: Hambre, pobreza y derecho a la alimentación) y Fulcrum (N° 21, Pobreza y política social). La primera de la Universidad Iberoamericana y la segunda de la Escuela de Lancaster, AC, escuela privada bilingüe (español-inglés) del DF, que comprende de prescolar a preparatoria, y que sigue el sistema de enseñanza británico. Fulcrum fue presentada el día de ayer en el Auditorio de El Colegio de México. Me referiré sólo a ella en esta entrega. Sólo quiero señalar que, paradójicamente, es mejor este número que el de Ibero. Dame un punto de apoyo y moveré al mundo, dijo Arquímedes. La frase es el lema de esta revista. Fulcrum es una palabra en latín que en español es fulcro (o pivote). Según Wikipedia la palanca es una barra rígida que puede girar libremente alrededor de un punto de apoyo llamado fulcro. Es una revista semestral con algunos textos en inglés, pero con predominio del español. La existencia de una escuela de educación básica que tenga su propia revista con contenidos académicos avanzados es un hecho insólito en este país de cultura chatarra. Se trata de un órgano interno de la escuela, destinado a la lectura de sus estudiantes, los miembros de sus familias y del personal académico y administrativo de la escuela, lo cual se aprecia en las dos secciones fijas con las que termina cada número: “Quién es quién en la escuela? y Vida en la escuela. Hay una sección muy interesante que le informa al lector qué libros del tema del número están disponibles en cada una de las dos las bibliotecas de la escuela. El resto de la gruesa revista (casi 150 páginas el número 21) está dedicada al tema de fondo. En cada número los autores de los artículos son padres de familia, personal de la escuela y alumnos o ex alumnos. Es decir, es una revista hecha por la comunidad de la escuela para ella misma. Su producción está a cargo del Comité de Apoyo Académico, formado por padres de familia, autoridades y personal de la escuela. En la página web de la escuela se pueden bajar los números de Fulcrum.

El N° 21 fue coordinado por Araceli Damián, profesora-investigadora de El Colegio de México y destacada especialista en los temas del número. La portada (que se reproduce aquí) lleva una impactante fotografía de Maya Goded (madre de estudiantes de la escuela) de niños de la calle en el DF. El número está bellamente diseñado e impreso con gran calidad a colores; contiene muchas fotografías aportadas por los autores de los artículos o por estudiantes de la escuela. Una estudiante escribe un artículo y dos ex alumnos también escriben; los demás son de padres de familia y personal docente o autoridades de la escuela.

En la primera sección se aborda el concepto y las mediciones de la pobreza. Araceli Damián explica el concepto de pobreza y critica las mediciones de pobreza del Banco Mundial y del Coneval. Boltvinik discute y critica los conceptos y mediciones de hambre, malnutrición y pobreza alimentaria. Alan Dowie, director general de la escuela, critica las mediciones de los conocimientos proporcionados por las escuelas y presenta estadísticas muy impresionantes que muestran que las necesidades educativas de todos en el planeta se podrían satisfacer reduciendo la cantidad de helado de los europeos a la mitad, las necesidades de salud básica y nutrición reduciendo su consumo de cigarrillos en 25 por ciento, y reduciendo en 5 por ciento el gasto militar mundial se satisfarían las anteriores necesidades más las sanitarias.

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En la segunda sección la estudiante María Guillén discute el concepto de desarrollo y lo asocia a la desigualdad y la pobreza. Destaca que el desarrollo puede producir pobreza. Boltvinik justo analiza la producción (y mitigación) de pobreza por el capitalismo en los últimos 100 años y las teorías de las crisis capitalistas. Para sostener la tendencia del capitalismo a producir pobreza, se ve obligado a mostrar que la supuesta baja de la pobreza en el mundo alegada por el Banco Mundial, es falsa. Muestra que la crisis actual del capitalismo es también una crisis intelectual: el capitalismo ya no se está remodelando a sí mismo porque sus intelectuales no saben qué debe hacerse como sí supieron en los años 30 y en los 70. En otro artículo, Boltvinik aborda la dimensión más estructural de la crisis que deriva de la automatización creciente, pues anuncia el fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado y su posible salida: el ingreso ciudadano universal que permitiría a todas las personas un ingreso austero pero adecuado desde el nacimiento hasta la tumba.

David Lamb, ex alumno de la escuela, invita a leer un libro que busca explicar el éxito/fracaso de los países en el desarrollo en función del predominio de dos tipos opuestos de instituciones; las inclusivas/extractivas. (Al parecer hay un problema de traducción y en vez de extractivas deberían ser excluyentes). Ernesto Azuela Bernal muestra una gráfica en la que la mayor tasa de homicidios está asociada a la desigualdad social (el caso paradigmático es Estados Unidos), y concluye que las sociedades ricas y desiguales son sociedades muy débiles e injustas.

Dave Jones, director del plantel que incluye prescolar y cinco grados de primaria, analiza experiencias de pobreza en los tres países en que ha vivido por periodos largos, señalando que siempre hay algo que uno puede hacer: Gran Bretaña, Gambia y México. Comenta sobre los invasores de viviendas abandonadas (squatters) en Gran Bretaña, destacando la experiencia de su hija de haber hecho un documental al respecto ayudando a crear conciencia sobre el enorme problema de la vivienda. La malaria (paludismo) cerebral en Gambia deja a muchos con incapacidades de aprendizaje. Al respecto, narra la experiencia de haber participado en un esfuerzo no gubernamental por proveer educación a esta población discapacitada.

Sobre México, Jones destaca la enorme brecha educativa entre los niños cuyos padres pueden pagar una buena escuela privada y los que no, y refiere al respecto la experiencia de la escuela de ofrecer cursos extra-curriculares a las y los menores del barrio donde se sitúa uno de los planteles. La sección termina con el artículo de Roberto Castellanos quien analiza las paradojas que surgen de la boyante bibliografía sobre felicidad (estudios basados en las percepciones de la población y que no están asociados ni al nivel del PIB ni de la desigualdad). Concluye que no se trata de ser feliz aunque se viva en la pobreza, justificando esto siempre y cuando se tenga aquélla, sino de entender que progresar materialmente no garantiza una mayor felicidad, aunque por momentos parezca que ayuda a alcanzarla. Se me ha terminado el espacio, continuaré en la próxima entrega. Como abrebocas vayan dos frases de alguien de mucha fama, citadas en uno de los artículos que no he abordado y que analizaré en ella: Que los deseos se reduzcan a las necesidades. Suprimamos la miseria, cultivemos la pobreza.

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