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Exigen los mandatarios que EU ponga fin al bloqueo contra Cuba

Acuerdan enfocar el mecanismo en las preferencias de América Latina
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de octubre de 2013, p. 8

Panamá, 19 de octubre.

Jefes de Estado y de gobierno de Iberoamérica culminaron este sábado aquí la 23 cumbre regional con el acuerdo de reformar el foro para adaptarlo a las prioridades de América Latina y modificar su periodicidad, así como apoyar a España y a Portugal, agobiados por una crisis económica, tras un deslucido encuentro al que no asistió la mitad de los 22 mandatarios invitados.

Los líderes iberoamericanos respaldaron una propuesta de convertir la cumbre anual en una cita de cada dos años después de la próxima edición que se celebrará en la ciudad de Veracruz en 2014, con la finalidad de permitir una alternancia entre las cumbres iberoamericana y reuniones como la de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea.

Cuando se iniciaron en 1991 en Guadalajara, México, la iberoamericana era el único foro de diálogo entre América Latina y Europa, y una de las pocas instancias de intercambio político regional. Hoy existen más de una decena de encuentros.

La mayoría de los mensajes de los mandatarios o representantes de los gobernantes ausentes convergió en la idea de que en este momento de crisis en los miembros europeos del foro, la mejor alternativa es dinamizar la secretaria iberoamericana y los asuntos de cooperación en temas diversos y no darse la espalda.

El presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, aprovechó para instar a los gobernantes latinoamericanos a que sigan apostando en su país. España cree en América Latina... Apoyándonos y con una mirada común, abordaremos el futuro con ambición y esperanza, destacó.

Señaló que España comienza a salir poco a poco de su crisis económica. Aseguró que sigue representando una plaza de oportunidades para la inversión. Estimó que el país dejará atrás la recesión este año y que logrará un crecimiento de 0.5 por ciento en 2014.

La crisis de España y la relativa tranquilidad de una América Latina que ha sorteado de momento los embates económicos, invirtieron los roles en este foro. Los latinoamericanos consideran que ahora deberían ser escuchados y tratados en condiciones más igualitarias.

Las medidas que relanza el foro están incluidas en la Declaración de Panamá, que destaca, además, reimpulsar un foro de diálogo, concertación política y cooperación en el marco de una profunda transformación de la economía mundial.

Restructurar el financiamiento de la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y enfocar la cooperación hacia el desarrollo de las pequeñas y microempresas y el impulso a “las áreas de educación, ciencia y tecnología e investigación.

Las reformas incluyen el cambio en la proporción de las cuotas que aportan los países a la Segib, para pasar gradualmente en tres años de 70 por ciento que asumen España y Portugal a 60 por ciento, y de 30 por ciento a 40 por ciento el aporte de América Latina.

Además, para el secretario general iberoamericano, el hispano-uruguayo Enrique Iglesias, ésta fue su última cumbre y se despide del cargo que ocupa desde 2005, aunque permanecerá hasta enero, mientras asume su sustituto y se aplican los cambios.

A la cumbre en Panamá sólo asistieron la mi­tad de los 22 jefes de Estado y de gobierno, con un ausentismo marcado en los izquierdistas mandatarios de Sudamérica. Las bajas, que se han sucedido en las últimas citas, motivaron que en Cádiz, España, se hablara de la necesidad de cambios en el sistema para evitar su desaparición.

Burocratizadas y costosas –la cumbre de Panamá costó 9 millones de dólares– estos encuentros desembocaron, más que en proyectos concretos, en retórica. Se les recuerda fundamentalmente por anécdotas como el memorable ¡Por qué no te callas!, que el rey Juan Carlos espetó al ahora fallecido ex presidente venezolano Hugo Chávez, en Santiago de Chile, en 2007.

Por otra parte, en una resolución los mandatarios iberoamericanos exigieron el fin del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba desde hace 53 años.

Los gobernantes pidieron a Estados Unidos ponga fin al bloqueo que mantiene contra Cuba, según lo dispuesto en 21 resoluciones aprobadas en la Asamblea General de Naciones Unidas.

También acordaron apoyar iniciativas para debatir el problema del narcotráfico desde una perspectiva integral que incluya la salud pública y la prevención.

Un comunicado especial, señalaron que los gobernantes saludan las iniciativas tendientes a promover un debate sobre el problema mundial de las drogas, que conduzca a lograr una efectiva lucha contra este flagelo desde una perspectiva integral.