Opinión
Ver día anteriorMiércoles 23 de octubre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El Complot Mongol II

Gobernación: lenta, pero segura

Cisen-Cibernética vs. NIP

L

ento, pero seguro, el gobierno peñanietista finalmente decidió convocar al avezado Filiberto García (El Complot Mongol, de Rafael Bernal) para que encabece la investigación en torno al descarado y nada novedoso espionaje que el gobierno de Estados Unidos, por medio de sus infinitas agencias de inteligencia, realiza en territorio mexicano. El éxito de la misión está garantizado, pues también participarán el Cisen y la policía cibernética, organismos que, dicho sea de paso, son los encargados de neutralizar y combatir el espionaje contra el país y –más allá de las que ella misma realiza– evitar intromisiones en la red y las telecomunicaciones gubernamentales, entre otras gracias.

Bajo perfil, caravanas y eterna sonrisa fueron, hasta ayer, las respuestas del gobierno de Enrique Peña Nieto a las revelaciones sobre el espionaje gringo a dirigentes políticos, candidatos a Los Pinos (incluido el que hoy despacha en la casa presidencial), integrantes del gabinetazo y demás próceres de la patria (sin olvidar asuntos estratégicos como los hidrocarburos), pero tras revelarse que hasta el inefable Felipe Calderón fue espiado (algo por demás innecesario y ocioso), el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, desenvainó la espada y anunció que se indagará la probable participación de funcionarios mexicanos en el espionaje e intervención de las comunicaciones por parte de Estados Unidos.

Para que no quedara duda de lo estricta que será la autoridad, Osorio Chong detalló que a la Secretaría de Gobernación, el Presidente de la República ha ordenado realizar una investigación que deberá determinar si existen evidencias o no (sobre el espionaje), así como la probabilidad de que hubiera participación de ciudadanos o funcionarios públicos de entonces que intencionalmente o bien por omisión, negligencia o cualquier otro motivo hayan desplegado conductas que hubieran constituido alguna posible violación a la privacidad de las comunicaciones del entonces gobierno federal y el ex presidente de la República (Felipe Calderón), de los entonces funcionarios o del candidato Enrique Peña Nieto y su equipo de colaboradores (La Jornada, Fabiola Martínez).

Ya el gobierno gringo había advertido que sólo responderá a través de medios diplomáticos a nuestros socios y aliados, y no vamos a comentar públicamente sobre cada aspecto de una supuesta actividad de inteligencia, mientras la Secretaría de Relaciones Exteriores consideró el acontecimiento como inaceptable y contrario al derecho. Y todo el mundo tranquilo, pero reapareció Felipe Calderón, quien se dijo ofendidísimo por la intromisión y aseguró que más que tema personal es un agravio a las instituciones del país (y lo dice alguien que las agravió permanentemente).

Así, pues, Filiberto García tiene tarea por delante y deberá iniciar la investigación no por la intromisión gringa en sí, sino por los propios mandos mexicanos, que tal fue la instrucción del inquilino de Bucareli. Pero finalmente qué bueno que cuando menos lo anuncien en el discurso, por mucho que de tiempo atrás La Jornada documentó cabalmente de qué tamaño ha sido y es la intromisión (legal e ilegal) del gobierno de Estados Unidos y la de sus agencias de espionaje en las distintas esferas del denominado poder mexicano.

Debió actuar de inmediato, pero sólo tras lo publicado por Der Spiegel, con el primer colaborador del gobierno estadunidense (léase el Felipillo) como personaje central, Gobernación decidió convocar a don Filiberto para que, junto con el Cisen y la Policía Cibernética, resuelva el nuevo Complot Mongol, pero sólo si existen evidencias sobre el presunto (Osorio Chong dixit) espionaje gringo en México.

Pues bien, se desconoce cuál será el salario autorizado a Filiberto García (más gastos de representación), pero lo que sí se sabe es el presupuesto 2014 que el gobierno federal propone para el Cisen (dependerá de lo que decidan los diputados), el cual asciende a 7 mil 537 millones de pesos (algo así como 580 millones de dólares), de los que 25 por ciento se destinarán a servicios personales. El relativo a la Policía Federal Cibernética no ha sido detallado.

Lo anterior es relevante, porque si se compara ya no la capacidad de espionaje, investigación, infraestructura, personal, formación, alcance y conexos que tienen el Cisen y la cibernética, sino el poder financiero de estas instituciones mexicanas con las innumerables agencias gringas de inteligencia, entonces la distancia es abismal, por mucho que Filiberto encabece la investigación.

Sólo para dar una idea de qué se trata, de acuerdo con información de la Casa Blanca en 2014 el Programa Nacional de Inteligencia (NIP, por sus siglas en inglés, entre cuyos objetivos también aparece la defensa de nuestros intereses económicos) del gobierno estadunidense contará con un presupuesto de 48 mil 200 millones de dólares (más de dos veces el presupuesto educativo mexicano para el mismo año). Desde luego que esa carretada de dinero no se destinará exclusivamente a espiar a los próceres de la patria, pero por pequeña que sea la cantidad rebasará con creces lo que el gobierno mexicano destine a –supuestamente– combatir tales prácticas.

Con los dos elementos en la mano (los presupuestos del Cisen y del NIP) se conoce que la diferencia entre uno y otro es, modestamente, de 8 mil 300 por ciento, favorable, desde luego, a los espías foráneos. Con parte de ese dinero, el gobierno de Estados Unidos fortalecerá las capacidades de inteligencia mundial para interrumpir el terrorismo y comprender mejor las amenazas extremistas; controlará la proliferación de armas de destrucción masiva, mediante el fortalecimiento de la recolección y capacidad de análisis; mejorará las capacidades del ciberespacio para ayudar a proteger las redes federales (las gringas, desde luego), la infraestructura estratégica y la economía de Estados Unidos, así como mejorar la seguridad de las redes de inteligencia contra la intrusión y las amenazas de contrainteligencia y proporcionará advertencias estratégicas a los responsables políticos nacionales sobre cuestiones de interés geopolítico y económico, entre otras, para que tomen las decisiones adecuadas.

Las rebanadas del pastel

Desde luego que el gobierno estadunidense cuenta con muchísimas más agencias de inteligencia (civiles y militares), pero de cualquier suerte los mexicanos no tienen por qué preocuparse, pues con Filiberto García, el Cisen y la cibernética, México está protegido, y el nuevo Complot Mongol desarticulado.

Twitter: @cafe-vega