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La Casa Blanca aclara que no se espía a la mandataria alemana en la actualidad

El celular de Merkel, intervenido; exige a Obama una explicación

Agencias de Berlín dicen tener pruebas suficientes para confrontar a EU sobre la vigilancia

Son prácticas inaceptables que violan la confianza entre amigos, acusa la canciller federal

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El presidente estadunidense, Barack Obama, prometió ayer a la canciller federal alemana, Angela Merkel, investigar el presunto espionaje a su teléfono celular. La imagen es del mes pasado en San PetersburgoFoto Reuters
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Jay Carney, vocero de la Casa Blanca, rehusó ayer responder si en el pasado la NSA vigiló comunicaciones de la gobernante de Alemania y se limitó a aclarar que eso no ocurre en estos díasFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 24 de octubre de 2013, p. 31

Nueva York, 23 de octubre.

Por tercer día consecutivo la Casa Blanca fue obligada a responder a denuncias de gobiernos aliados por el espionaje a sus mandatarios y altos funcionarios y, por segunda vez esta semana, el presidente Barack Obama tuvo que hablar con sus contrapartes –hoy con la alemana, antes con el francés– para dar explicaciones (al parecer, en el caso de México se decidió que no era necesario).

Hoy, después de que la canciller alemana, Angela Merkel, llamó a Obama para, esencialmente, decirle que ya deje de intervenir su teléfono celular, la Casa Blanca negó que sus agencias de inteligencia intervengan actualmente las comunicaciones privadas de la mandataria y prometieron, como siempre, investigar los hechos.

Según el vocero de Merkel, Steffen Seibert, la gobernante expresó que si las acusaciones son confirmadas desaprueba inequívocamente tales prácticas y las ve totalmente inaceptables. Agregó que “entre amigos y socios cercanos… no debería de haber tal monitoreo de un jefe de Estado. Eso sería una grave violación de la confianza”. El gobierno alemán demandó un cese inmediato a este tipo de vigilancia.

Se acumulan las quejas: México, Francia, Brasil, la UE...

El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, comentó a reporteros en Washington que Obama le aseguró a la mandataria alemana que Estados Unidos no monitorea las comunicaciones de la canciller. Pero al preguntarle si esto había ocurrido en el pasado, o si la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) podría haber captado tales llamadas antes, Carney indicó que no tenía una respuesta.

Sin embargo, todo indica que Merkel estaba convencida de que algo había sucedido. Der Spiegel, que ha reportado sobre varios de los documentos secretos estadunidenses filtrados a los medios por el ex contratista de la NSA, Edward Snowden, informó en su sitio de Internet que agencias de inteligencia alemanas habían evaluado información técnica que había proporcionado y consideraron que había suficiente evidencia como para enfrentar al gobierno estadunidense sobre el asunto.

El gobierno de Obama también fue obligado a responder a denuncias de sus contrapartes en Francia y México en estos días, todo por reportajes que revelan el espionaje masivo de la NSA a sus cúpulas políticas y ciudadanos con base a los documentos filtrados por Snowden.

Después de que el periódico Le Monde reportó que la NSA había intervenido las comunicaciones de millones de teléfonos en Francia, así como las de sus diplomáticos en Nueva York y Washington, Obama habló el lunes con su contraparte François Hollande –quien expresó su extrema reprobación de estas prácticas– para asegurarle que se investigaría el asunto. Obama reconoció que algunos de los reportajes habían generado interrogantes legítimas por parte de nuestros amigos y aliados, según la Casa Blanca.

Sin embargo, el director de inteligencia de Estados Unidos, James Clapper, decidió hoy refutar el informe de Le Monde, al declarar en un comunicado que tenía información no precisa y engañosa, y afirmó que era falso que la NSA hubiera intervenido más de 70 millones de comunicaciones telefónicas de ciudadanos franceses en sólo un mes. Subrayó, como todos los altos funcionarios estadunidenses en estos últimos días, que Estados Unidos recauda el mismo tipo de inteligencia que recaban todas las naciones.

En estos días, después de que Der Spiegel reveló el domingo que la NSA había logrado intervenir las redes de comunicación cibernética de la presidencia en México y de la ahora extinta Secretaría de Seguridad Pública durante el mandato de Felipe Calderón, el gobierno de Obama de nuevo tuvo que asegurar a su vecino que investigaría todos estos casos.

El canciller José Antonio Meade reiteró el martes nuestra condena más enérgica y nuestro llamado a que a la brevedad se proceda a la investigación comprometida por Obama, la cual se prometió desde el pasado 5 de septiembre, cuando se reveló que la NSA había espiado en 2012 al entonces candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Subrayó que con nuevas versiones sobre el espionaje realizado por los estadunidenses, que hasta la fecha hay una respuesta aún insuficiente y por lo mismo inadmisible, e insistió en que la investigación estadunidense y las explicaciones procedan lo más rápido posible.

Alemania hoy, al igual que México, instó a la Casa Blanca a acelerar las investigaciones que ha prometido sobre todo esto desde hace meses.

Vale recordar que Brasil también denunció que Washington había espiado las comunicaciones personales de la presidenta Dilma Rousseff, quien después de la revelaciones con base en los documentos filtrados por Snowden, demandó explicaciones y canceló una visita de Estado a Washington el mes pasado.

El New York Times y el Washington Post publicaron editoriales esta semana que, mientras aceptan la justificación de la necesidad del espionaje de la NSA para propósitos antiterroristas, cuestionan cómo puede ser usado esto en el caso del espionaje sobre líderes de países aliados como México, Francia, Alemania, la Unión Europea y Brasil.

El Times indica que Obama debe cumplir su promesa de evaluar las prácticas ante las revelaciones sobre las operaciones de la NSA, ya que países libres deben imponer límites firmes a instituciones de seguridad a las que se les permite operar en las sombras.

El Post afirma que Obama tiene que cumplir sus promesas a México y Francia, y que aunque esto “no llevará a un fin de la actividad de vigilancia extranjera, ni debería… se necesitan mejores controles políticos, con una inyección de sentido común”, dado el daño provocado por estas actividades en las relaciones con aliados.

Una vez más, como lo ha tenido que repetir desde que las revelaciones sobre las actividades de espionaje electrónico de la NSA, que empezaron a ser publicadas por The Guardian en junio, detonaron un debate nacional e internacional que se intensifica cada día, el gobierno de Obama insiste en que se evalúa la manera en que se recaba inteligencia para equilibrar de manera apropiada las preocupaciones legítimas de seguridad de nuestros ciudadanos y aliados con las preocupaciones de privacidad que todos comparten.