Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 3 de noviembre de 2013 Num: 974

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Las cartas españolas
de Freud

Ricardo Bada

La maleza de
los fantasmas

Ignacio Padilla

En los mapas
de la lengua

Juan Manuel Roca

Expedición cinegética
Luis Bernardo Pérez

Giselle: amor,
locura y exilio

Andrea Tirado

Vinicius bajo el
signo de la pasión

Rodolfo Alonso

Dos poemas
Vinicius de Moraes

Meret Oppenheim,
la musa rebelde

Esther Andradi

Leer

Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 

Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso

Berklee en México, para músicos sin varo

En el mundo de la educación musical es imposible soslayar el nombre del Berklee College of Music. Se trata de la escuela más famosa –mundialmente– para el estudio de géneros populares (jazz, rock, latino) por instrumento, así como de otras carreras relacionadas con la industria: composición, musicalización de películas, representación artística, producción, etcétera. Ubicada en Boston, Estados Unidos, cuenta con más de cuatro mil alumnos presenciales y 24 mil tomando clases a distancia (en línea). En sus aulas conviven personas de noventa y un países, y entre sus maestros se hallan reconocidos y premiados intérpretes y productores, como el español Javier Limón y el peruano Óscar Stagnaro, quienes recientemente visitaron el DF para dar a conocer los pasos de la institución en nuestra polarizada tierra.

Hablamos del proyecto Berklee Latino que ocurrirá del 13 al 18 de enero en el Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México. Por supuesto, no nos pagaron por anunciarlos ni tenemos nada que ver con ellos. Lo señalamos hoy domingo, lectora, lector, porque frente a las muchas ofertas educativas que en torno a la música popular han surgido en nuestro país, vale la pena considerar las que cumplen con programas rigurosos.

Normalmente, quienes se inscriben a una de las carreras de cuatro años de Berklee deben gastar muchísimo dinero en colegiaturas, materiales y manutención en Boston, por lo que se trata de un lujo que, además, no garantiza nada. La transformación y naturaleza de la industria son ajenas al valor de una licenciatura, por más que sea útil lo que allí se aprende, por más que se generen relaciones y se consiga práctica. En música lo que cuenta es la experiencia. Así las cosas, además de su oferta tradicional y de sus cursos de verano, Berklee extiende una propuesta en miniatura, una probadita de su oficio, aprovechando –creemos– los frutos de la carrera de Ingeniero de Producción Musical Digital que ya ha cosechado el Tecnológico.

En el pasado hubo escuelas de México que se asociaron con Berklee para generar intercambios, becas y semilleros de quienes pudieran trasladarse a Estados Unidos, pero siempre nos parecieron planes ambiciosos y poco claros, incluso mañosos. Éste, en cambio, es un programa corto que puede ser significativo por su contenido teórico, por el contacto con grandes maestros y porque ayuda a establecer un diagnóstico individual. Se dividirá en tres cursos: Composición, Interpretación y Producción. Los interesados pagarán aproximadamente setecientos dólares y tendrán clases de diez de la mañana a cinco de la tarde durante una semana, así como invitaciones a conciertos y otras actividades. Deberán tener mínimo dieciséis años de edad y por lo menos seis meses tocando o cantando. Los géneros en que se concentrará la información son los latinos. Sus profesores vendrán directamente de Berklee y serán dirigidos, precisamente, por Limón y Stagnaro.

Hablando sobre ellos, Javier Limón vio un giro radical en su vida profesional luego de producir el disco Lágrimas negras, de Bebo y el Cigala, al que fue invitado tras conocer al cineasta, melómano y productor Fernando Trueba (Calle 54). Si bien comenzó desde muy joven a componer para figuras como Enrique Morente y Paco de Lucía, fue hasta ganar su primer Grammy en 2003 que su nombre y sello discográfico ganaron fama. A partir de entonces ha sumado experiencias con Calamaro, Serrat, Sabina, Vicente Amigo, Alejandro Sanz y muchos del universo flamenco, afianzándose como uno de los hombres clave en Berklee.

Su contraparte es Óscar Stagnaro, bajista peruano reconocido por sus trabajos y giras con Paquito D’Rivera, Cachao, Jorge Drexler, Iván Lins, Isaac Delgado, Dave Valentin y Tania Libertad, entre decenas más. Egresado del Conservatorio de Música de Lima, vive en Estados Unidos desde hace treinta y cuatro años. Allá ha ganado cuatro premios Grammy y publicado varios libros en torno al bajo eléctrico. Escribe mensualmente en diversas publicaciones especializadas y ha conseguido que diferentes países de Latinoamérica estrechen sus lazos con Boston.

Dicho lo anterior, el acercamiento de esta escuela es una opción interesante para quienes viven en este México, el real y extendido, que no puede soñar con el pago de escuelas en el extranjero. Ojalá que no sólo se trate de una estrategia para pescar clientes futuros. Ojalá que sea un proyecto de largo aliento. Veremos. Aquí la información. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.