Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Domingo 3 de noviembre de 2013 Num: 974

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Las cartas españolas
de Freud

Ricardo Bada

La maleza de
los fantasmas

Ignacio Padilla

En los mapas
de la lengua

Juan Manuel Roca

Expedición cinegética
Luis Bernardo Pérez

Giselle: amor,
locura y exilio

Andrea Tirado

Vinicius bajo el
signo de la pasión

Rodolfo Alonso

Dos poemas
Vinicius de Moraes

Meret Oppenheim,
la musa rebelde

Esther Andradi

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Columnas:
A Lápiz
Enrique López Aguilar
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
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Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


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Naief Yehya
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La convención de cómics de Nueva York
y los órdenes invertidos

A riesgo de perder cualquier credibilidad que pueda yo tener, debo hacer una confesión: disfruto enormemente las convenciones de cómics.

La fiesta de la Lycra, los encajes y las espadas de cartón

Para quien no los ha experimentado, los Comic Con son eventos inquietantes, halloweens prolongados, bazares de revistas, libros, juguetes, parafernalia, ropa extravagante y curiosidades. Aunque también se trata de congresos de artistas, autores, expertos, aficionados y coleccionistas. Son como un descomunal mercado del Chopo en esteroides e inyecciones alarmantes de presupuesto. Asimismo, son territorios de excepción donde lo extraño, lo insólito y lo transgresor adquieren una cándida naturalidad y podemos convivir con nuestros monstruos y fantasías. Se celebra ahí el imaginario de la historieta, del cine fantástico y de ciencia ficción, así como su carga de hiperviolencia glamourizada y sexualidad desinhibida y perversa. Esta es una delirante celebración de los símbolos e imágenes que rigen las obsesiones infantiles y el fetichismo pop puestos en escena a través de disfraces, toda clase de pertrechos eróticos y militares de utilería. Este encuentro de nostalgias es la oportunidad singular de ver y fotografiar a doscientos Batmans y diez mil zombis, a todos los personajes del manga hentai, a Thor y el Hombre de Hierro, a Khaleessi de Juego de tronos y a Mr. White de Breaking Bad.

En medio de una gran crisis

En su séptimo año, el Comic Con 2013 de Nueva York atrajo a más de 130 mil visitantes, un notable incremento a los 33 mil de su primera edición. Este es un evento donde los fans pagan cientos de dólares por el privilegio de escuchar y tomarse fotos con autores, genios y leyendas del cómic, por ser los primeros en adquirir las últimas novedades y las obras más oscuras, por hacer interminables colas para obtener un preciado autógrafo o participar en una de las conferencias más cotizadas, pero lo principal es ser parte de la fiesta, disfrazarse y jugar por los pasillos a ser alguien o algo distinto ante la mirada cómplice de otros fans. A pesar de la bien conocida crisis editorial por la que atraviesa el mundo, Nueva York sigue siendo sede de docenas de editoriales grandes y pequeñas, y es el hogar de miles de artistas y escritores relacionados con esta industria y los géneros que dominan aquí. Así, una vez más se pone en evidencia el crecimiento y desarrollo del cómic, la novela gráfica y el videojuego, cuyas ventas siguen aumentado.

Ninfas y monstruos fotogénicos

Llama la atención la disponibilidad de la gran mayoría de las Bellas y las Bestias, de los y las asistentes (aún aquellos disfrazados de seres brutales y agresivos) para posar ante las cámaras de extraños. Chicas con impresionantes escotes, cortísimas faldas, ligueros, vestidos transparentes, spandex entalladísimos o microscópicas tangas que encarnan personajes de invención propia o clásicos, como Vampirella, la Mujer Maravilla, Jessica Rabbit, Lara Croft, la princesa Leia y Leelo del Quinto elemento se muestran y exhiben, a la menor provocación, desafiantes y coquetas. Todo es cuestión de contexto. El reconocimiento y la admiración del atuendo del prójimo, del trabajo e ingenio invertido en la imitación y fidelidad del disfraz es ampliamente agradecido. Así,por todos lados se dan muestras de solidaridad y entusiasmo por compartir gustos y fanatismos, por apreciar el buen/mal gusto de los demás. Es como pasar a través del proverbial espejo de Lewis Carroll con Alicia, bueno, con las muchas Alicias que se dan cita en esta tierra de moral invertida en donde las miradas indiscretas y hasta lascivas, son casi siempre bienvenidas.

Convivencia y amnistía

Perder tiempo entre absurdos monitos bi y tridimensionales puede parecer frívolo, ridículo e inexplicable para el observador ajeno. Sin embargo, el Comic Con es un Mardi Gras sincretista y sintético, carnaval pagano del consumo, epifanía herética, noche de Walpurgis postmoderna, celebración demoníaca del cuerpo y el deseo, explosión eufórica por revivir ilusiones juveniles, liberación de las pasiones reprimidas y desenclosetamiento de la diversidad polimorfa sexual. En un mundo en guerra, desgarrado por la desigualdad, la esclavitud y el oprobio, una convención como ésta viene a darnos ánimo al mostrarnos actos de complicidad casi amorosa entre extraños, una conversión de la economía bélica en espectáculo lúdico y el apropiamiento popular, por lo menos durante cuatro días, de la vorágine mercantil.