Opinión
Ver día anteriorMartes 5 de noviembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Sobre la vacuna contra el VPH
A

caba de aparecer un artículo muy interesante en el cual se sugiere que la aplicación de una sola dosis de la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) podría ser suficiente para la prevención del cáncer cervicouterino. El estudio realizado por un equipo científico, encabezado por Mahboobeh Safaenian, del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, muestra que la protección contra las variedades 16 y 18 del virus del papiloma humano (VPH 16/18) relacionadas con ese cáncer, es similar cuando la vacuna se aplica una sola vez, respecto al programa habitual de tres dosis, lo que a juicio de los autores puede simplificar la logística de los programas de prevención y reducir los costos de la vacunación en los países en desarrollo.

El estudio se realizó en Costa Rica, con las participantes en una prueba clínica de fase III (la última antes de que se apruebe la comercialización de cualquier fármaco), realizada entre 2004 y 2005, en la que aproximadamente 20 por ciento del total recibió menos de las tres aplicaciones recomendadas, lo que hacía posible realizar un seguimiento que cubrió los cuatro años posteriores a la aplicación de un número variable de dosis de la vacuna, encontrándose, como ya se dijo, que el efecto protector era semejante independientemente de si se aplicaba una, dos o tres veces.

Las razones por las cuales algunas de las jóvenes participantes no recibieron las dosis completas son diversas, pero en 35 por ciento de los casos fue por embarazo y en 13 por ciento por rechazo a recibir la vacuna. Se realizaron las visitas de seguimiento, en las que se tomaban muestras de sangre para determinar la presencia de anticuerpos contra VPH 16/18 inducidos por la vacuna, y a las mujeres con vida sexual activa se les practicaba un examen pélvico tomando células exfoliadas del cuello uterino con la finalidad de determinar posible infección a partir de la presencia del ácido desoxiribonucléico (ADN) del virus.

A fin de cuentas el estudio sugiere que una sola dosis de una vacuna puede tener los mismos resultados que tres. En mi opinión es muy arriesgado basarse en un solo trabajo, aunque haya aparecido en una revista tan prestigiada como Cancer Prevention Research, para tomar decisiones tan importantes de políticas públicas en materia de salud, aunque pudiera representar ahorros económicos importantes.

No estamos aún en condiciones de arriesgar tanto, aunque el trabajo pueda resultar esperanzador. Los refuerzos en las campañas de vacunación tienen la finalidad de asegurar al ciento por ciento la protección. Por ejemplo, en el caso de la poliomielitis, es posible que una sola dosis sea suficiente para brindar protección a una persona, pero existe una individualidad biológica y la repetición es importante. Es quizás uno de los elementos que ha permitido la erradicación de la enfermedad.

Pero además de esto, trabajos como el comentado tienen otros aspectos interesantes. Como se recordará, las vacunas contra el VPH desde su surgimiento han estado en medio de una polémica, pues se han puesto en duda sus beneficios. Estos debates, a veces se han olvidado de la importancia que tienen los argumentos científicos y se convierten en acusaciones, muchas veces irracionales y absurdas, contra quienes respaldan el empleo de estas vacunas, acusándolos de estar al servicio de las trasnacionales farmacéuticas (lo mismo sucede con quienes piensan que no debe descartarse a la energía nuclear entre las opciones para el desarrollo de fuentes renovables, a quienes se tacha, sin ninguna reflexión, de ser empleados de las grandes empresas de energía atómica).

Como sea, conforme avanza el tiempo hay menos dudas acerca de la utilidad de las vacunas contra el VPH; primero, porque es posible medir los títulos de anticuerpos contra este virus en la sangre inducidos por la vacunación (mediante pruebas de gran precisión como ELISA y SEAP) y segundo porque es posible detectar el ADN viral a partir de la citología mediante las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa. No es necesario esperar 20 o 30 años para saber si hay protección contra el virus en la sangre o si éste se está instalando a nivel del cérvix.

Se sabe con certeza que este virus es responsable de lesiones en distintos tejidos a partir de los cuales puede desarrollarse el cáncer y se sabe también que el más alto porcentaje de cáncer cervico-uterino se presenta en los países en desarrollo. Estos son los datos, y es innegable que se debe buscar proteger a la población… O no?