Sociedad y Justicia
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Lanza la Uia la campaña Optemos por no discriminar

Pobreza, preferencia sexual y color de la piel, factores para ser excluidos
 
Periódico La Jornada
Martes 5 de noviembre de 2013, p. 32

La discriminación continúa siendo uno de los flagelos más dolorosos en México. Hoy en el país la pobreza es la principal causa para ser discriminado, seguido por la preferencia sexual y el color de la piel.

En la presentación de la campaña Optemos por no discriminar, que ayer lanzó la Universidad Iberoamericana (Uia), Jacqueline L’Hoist, presidenta del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la ciudad de México, indicó que los tres sitios donde más se presenta este problema son la calle, las escuelas y los centros de trabajo.

La primera encuesta sobre discriminación –aplicada a una muestra representativa de 5 mil personas– reveló que 98 por ciento de los consultados reconoció que los indígenas son quienes sufren más discriminación; en segundo lugar aparecen los hombres homosexuales, con 96 por ciento, seguidos, con 90 puntos porcentuales, por la gente de tez morena. Ese fue un dato alarmante, porque la mayoría (de los ciudadanos) tenemos ese tono de piel.

L’Hoist dijo que se debe reconocer que la sociedad mexicana es clasista, racista y que da demasiada importancia a la apariencia. Por ello, resaltó que es necesario que se emprendan estrategias para que los ciudadanos comiencen a modificar el lenguaje, a partir del cual se da parte de la discriminación.

José de Jesús Daniel Ponce, del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, señaló que el factor que más divide a los mexicanos es la riqueza; otro es el legal, pues si bien existen leyes no se aplican en todo el país, y uno más es la impunidad, ya que aun cuando en siete entidades la discriminación es un delito, no hay una sola sentencia por incurrir en ello.

A esto se suman factores conductuales. “Desde casa aprendimos a diferenciar a la gente por su condición económica, color de piel, lugar de origen, preferencia sexual, modo de hablar y religión, entre otros. En este país somos racistas, desde pequeños enseñamos a los niños a destacar a quién se parece, quién es diferente, con quién salir ‘para mejorar la raza’. Son cosas que aprendemos en casa y amplificamos en la escuela, las calles, los medios, las iglesias.

Javier Hernández Valencia, representante en México de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, recordó que la Suprema Corte determinó que todas las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos deben generar jurisprudencia. Por lo que las resoluciones sobre discriminación de ese tribunal en otras naciones también pueden aplicarse en territorio mexicano.

Resaltó que 12 de las 176 recomendaciones al Estado mexicano por las naciones integrantes del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, como parte del Examen Periódico Universal –realizado en octubre— tienen que ver con conductas de discriminación.