Opinión
Ver día anteriorLunes 11 de noviembre de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Tres eleciones significativas
E

l martes pasado se celebraron elecciones en Estados Unidos. Destacan los resultados de tres de ellas, porque en alguna medida apuntan a lo que pudiera suceder el próximo año, cuando se renovará el total de la Cámara de Representantes y parte del Senado.

En el estado de Nueva Jersey, tal como se esperaba, fue relecto el gobernador republicano Chris Christie con un margen considerable sobre su oponente demócrata. Es importante destacar que por vez primera 50 por ciento de los latinos votó por el candidato republicano, a diferencia del 25 por ciento que tradicionalmente se ha manifestado por los aspirantes de ese partido. Con este triunfo, Christie se sitúa claramente como uno de los favoritos en la carrera por la candidatura a la presidencia por el Partido Republicano en 2016.

En Virginia, estado eminentemente conservador, el candidato demócrata se impuso al gobernador republicano, quien perdió la relección. Lo significativo es que el aspirante derrotado es uno de los más conspicuos miembros del ala de derecha radical del Partido Republicano, conocida como Tea Party. Su fracaso puede significar la erosión de ese sector dentro del partido y, con ello, el regreso a una política más moderada en su seno.

En la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, el candidato del Partido Demócrata a la alcaldía, ganó la elección con un margen de tres a uno sobre su oponente republicano. Es notorio porque en 20 años es el primer demócrata que llega al puesto que se considera el más difícil después del de presidente. De Blasio no es un demócrata común. Se ha distinguido a lo largo de su carrera política por algo que se pudiera llamar liberalismo progresista, que lo coloca a la izquierda de la mayoría de sus compañeros de partido. Su discurso de campaña sobre la necesidad de abatir la desigualdad mediante la redistribución de la riqueza encontró tierra fértil en la ciudad en que se gestó el movimiento Occupy Wall Street, cuyos integrantes ocuparon una plaza en el centro financiero más importante del orbe, en protesta contra los excesos de Wall Street y la injusta distribución de la riqueza.

El triunfo de De Blasio tuvo resonancia en todo el país, porque la pobreza y la desigualdad que prevalece en amplios sectores sociales de la ciudad de Nueva York son similares a las que se observa en buena parte de las ciudades estadunidenses. Quienes han seguido de cerca esta elección comentan que es un llamado de atención para todos aquellos que se preparan para disputar un puesto de elección popular en los futuros comicios. No pueden ignorar las condiciones del deterioro económico en que viven millones de estadunidenses, y agregan que ignorarlo es suicida para cualquiera que pretenda ganar unos comicios. La posibilidad de que el triunfo de De Blasio sea la muestra de lo que puede suceder en otras elecciones ha despertado cierto optimismo entre quienes aspiran a una sociedad menos desigual.